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31 horas de viaje: las vueltas de un hincha argentino para llegar a Kazán

En avión sale 400 dólares. Tren, micros e imaginación. El canje de entradas.

29 Junio de 2018 09:36
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El partido de la selección en tierras tártaras complicó a los hinchas argentinos. El cambio de entradas y la dificultad para llegar a la siguiente sede generaron un enorme desconcierto. Es que clasificar en el segundo puesto no estaba en los planes de ningún argentino, y mucho menos para los que vinimos a Rusia. Fueron muy pocos los que compraron entradas para los partidos que seguían el camino del segundo clasificado del Grupo D. Y muchos menos, los que previeron el tema del traslado.

Luego del agónico gol de Marcos Rojo contra Nigeria y la sufrida clasificación, hubo que empezar a recalcular y rearmar los planes. Y nada es fácil acá en Rusia. A la ya sabida complicación que existe con el idioma y la dificultad para comunicarse con aquellos que no hablan en inglés (muy pocos lo hacen en español), hay un tema no menor, las distancias. San Petesburgo y Kazan están separadas por casi 1600 kilómetros y varias horas de travesía.

Los pocos afortunados que pudieron conseguir un tren directo desde una sede a la otra tienen  que afrontar un viaje de 17 horas. Pero esta opción ya estaba agotada para cuando terminó el partido contra Croacia. Se agregó un servicio gratuito extra ayer por la tarde/noche rusa, pero este llegará a Kazán tan solo tres horas antes del partido, lo cual es una complicación a la hora de organizar la logística para ir a la cancha.

No hay muchos trenes directos desde San Petesburgo a Kazan. De hecho, salvo el gratuito provisto por Rusia y la Fifa, no se encontraba ninguno disponible a la venta. Y una vez terminado el partido con los africanos, tampoco había una opción directa desde Moscú.

Es por eso que hubo muchos argentinos que tuvieron que recurrir al alquiler de autos o de combis para resolver los traslados, ya que los precios de los vuelos arrancaban desde  400 dólares el más barato.

En el caso de este cronista y su grupo de amigos, el periplo empezó con el cambio de los tickets entre un partido de octavos y el otro. El que tenían casi todos, a jugarse el domingo en Nizhny, por si Argentina clasificaba primera de su grupo, por el que vamos a jugar mañana contra Francia. Una vez resuelto el tema de las entradas, había que resolver el tema de los traslados. Al ser un grupo grande, pudimos dividir tareas, y mientras unos sacaban pasajes para un trayecto, otros lo hacían para otro.

Antes de jugado el partido contra Nigeria, ya todos tenían su pasaje para volver a Moscú, en el tren gratuito, para la noche del 28. Saliendo de San Petersburgo a las 22:50 y llegando a Moscú a las 7 de la mañana. Este fue solo el primer tramo. Las primeras ocho horas-

El tramo siguiente fue bastante más corto, pero igual de cansador. A las 9:30 otro viaje en tren hacia Nizhny, este de cuatro horas, sentados, como quien se toma el Sarmiento o el Mitre (un poco mas cómodos) todas las mañanas para ir a trabajar. A Nizhny llegamos a las 13:30 y el siguiente viaje, con destino final a Kazan sale a las 21:30 y llega a la ex República de Tartaria a las 6:30. Después de una travesía de un poco más de 31 horas.

En este momento, este cronista se encuentra sentado en un restorán húngaro en la ciudad que supo ser uno de los centros de fabricaciones militares de la ex URSS, y donde fuimos goleados por Croacia. Haciendo tiempo para subirse al siguiente tren para realizar el último tramo. El que lo llevará a su destino final. Al menos por ahora, porque hasta volver a Moscú no paramos.