Hace exactamente doce años, José Iglesias supo que su hijo Pedro había muerto, y junto a él otras 193 personas en el trágico concierto de Callejeros en el boliche República Cromañón. Desde entonces, casi como un hecho natural, Iglesias puso su profesión de abogado al servicio de la lucha por Justicia. Hoy es un día de evocación y de presencia en las calles: Iglesias participará de una misa en la Catedral metropolitana y luego irá al acto en Plaza de Mayo donde los grupos Justicia por los pibes y Para que no se repita Cromañón -que congregan a la mayor parte de los sobrevivientes- leerán un documento consensuado que denuncia la responsabilidad del Estado.
Iglesias dice que la única diferencia entre Cromañón y Time Warp fue "la cantidad de muertos"
-¿Cuál es su balance de Cromañón a doce años en materia de Justicia y en materia de prevención para que no vuelva a ocurrir?
-La evaluación en ambos sentidos es negativa. Un poco menos negativa, o un poco más positiva en relación con la Justicia, porque de los 130 imputados han recibido condena alrededor de 30. Comparado con (la voladura del cuartel de) Río Tercero, con el atentado a la Amia, con el accidente de Lapa, es mucho, casi parece obsceno que me queje... En cuanto a la prevención, yo diría que no hace falta que opine, basta con que enuncie lo que pasó. En enero de este año ocurrió Time Warp, con el cual la única diferencia es la cantidad de muertos, porque las condiciones son las mismas. Hay corrupción en el corazón del gobierno de la ciudad, que revela que hay una caja política en la noche y que no es que haya dejado de haberla, sino que cambiaron los cajeros. Hay un empresariado corrupto. La excepción es el empresariado correcto, la regla es el empresariado corrupto. Hay fuerzas de seguridad corruptas, y las víctimas son las mismas. Lo demás es la sobreocupación de los locales, la misma de siempre.
"Lo único que logró Cromañón fue blindar a los corruptos. Cuando ocurrió Time Warp, el Jefe de Gobierno ni siquiera dio una conferencia de prensa...
Más que los argumentos, los hechos evidencian como son las cosas. Lo único que logró Cromañón es blindar a los corruptos. Cuando ocurrió Time Warp, el jefe de Gobierno ni siquiera dio una conferencia de prensa, y el jefe de la Agencia de Control Comunal sigue siendo el mismo de entonces (Javier Ibañez). De manera que tengo un doble gusto amargo, porque es el día que mataron a mi hijo, y porque 194 chicos murieron en vano.
El santuario de Bartolomé Mitre y un dolor que no cesa.
-Ha habido suicidios de sobrevivientes, algunos hablan de 16, otros de 23...
-Es difícil saber en cada caso qué incidencia tiene Cromañón, por eso yo prefiero evitar dar cifras, pero desde luego que son muchos. Los sobrevivientes están librados a su suerte. Ahora están saliendo las pericias psicológicas en los juicios civiles: a todos los sobrevivientes les dan un 35 por ciento de discapacidad psíquica. La discapacidad ha sido evolutiva, es decir que los sobrevivientes a medida que pasa el tiempo están mejor. Eso significa que al principio esa discapacidad era mucho mayor, eran muertos en vida. Hemos banalizado lo que ocurrió en Cromañón. El Gobierno de la Ciudad no hizo absolutamente nada. Se suponía que iba a haber un plan de contención y lo único que se hizo fue un fichaje de sobrevivientes. Cromañón es un espejo de nuestra sociedad.
"Quisimos que Cromañón fuera un punto de inflexión y es una lectura del presente, incluyendo al presidente
Quisimos que fuese un punto de inflexión y es una lectura del presente, incluyendo al hombre que hoy es el presidente.
-¿Por qué incluye a Macri en la lista?
-Porque Macri no sólo no hizo nada sino que mantuvo la caja política de la noche. Ahora ellos administran la caja política.
-Hay muchos enfermos de cáncer entre familiares y sobrevivientes, ¿verdad?
-Hubo un caso que es emblemático... El de Mariana Márquez, la madre que le dijo a Anibal Ibarra "Vos sos un muerto político". Ella había remitido el cáncer y lo volvió a tener. Las enfermedades tienen carga psicológica y de angustia. La falta de ganas de vivir influye mucho.
-Le pregunté por la Justicia y por la prevención, pero no le pregunté algo importante: ¿Cómo está?
-Hoy no es el mejor día para contestarlo. He aprendido a convivir con lo que ocurrió en Cromañón. He dejado de vivir en Cromañón. Gran parte de la batalla ha terminado, porque han terminado los juicios penales, aunque todavía quedan los civiles. Recuerdo a mi hijo todos los días. Y vivo una vida normal, como lo hacen o, mejor dicho, como tratan de hacer todos los padres.