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A 200 años de su inauguración, un repaso por tres de las pinturas más emblemáticas del Museo del Prado

Google se hizo eco del aniversario.

19 Noviembre de 2019 13:48
del prado
del prado

Uno de los más importantes del mundo -y probablemente el más encumbrado en lo que a pintura europea se refiere- el Museo del Prado (situado en Madrid, España) cumple hoy 200 años de rica historia.

Iniciado a fines del siglo XVIII y concebido como Real Gabinete de Historia Natural, su construcción se retrasó por cuestiones políticas y bélicas, y recién fue retomada en 1818 por Fernando VII de la mano del interés artístico de su segunda esposa, Isabel de Braganza. Fue inaugurado en 1819 como Museo Real de Pinturas con el fin de mostrar las mejores obras de la Colección Real. 

Actualmente alberga más de 35.000 objetos, que incluyen -entre otros items- 8045 pinturas, 9561 dibujos, 971 esculturas, 1189 piezas de arte decorativo, 38 armas y armaduras, 2155 medallas y monedas, más de 15.000 fotografías y 155 mapas. Entre los cuadros están por supuesto algunos de los más famosos de la historia. 

La condesa de Chinchón (Francisco de Goya)

Este etéreo retrato, que transmite un aura de paz y dulzura, tiene como protagonista a María Teresa de Borbón y Vallabriga, nieta del rey Felipe V y esposa del noble y político Manuel Godoy

En la pintura, la condesa posa embarazada de su única hija, Carlota de Godoy y Borbón, y sonríe tímidamente con la boca cerrada (según rumores, porque le faltaban varias piezas dentales). En su mano derecha, puede verse un gran anillo que porta un retrato de su marido. 

Este no es el primer retrato que Goya realizó de la condesa: en 1783 la había pintado en su infancia, en una obra donde la niña lleva una larga mantilla blanca y está acompañada por un pequeño perro. 

Adán y Eva (Alberto Durero)

Durante uno de sus viajes a la ciudad italiana de Venecia, mientras trabajaba en el perfeccionamiento del uso del color, el artista alemán Alberto Durero pintó en 1507 esta pareja de pinturas, realizadas en tamaño real. 

El derrotero de las obras luego de su realización fue sumamente caótico: Durero las cedió al Ayuntamiento de Nüremberg, que las regaló al rey húngaro Rodolfo II. Luego, fueron robadas durante la guerra de los Treinta Años y terminaron en manos del monarca sueco Gustavo Adolfo. Eventualmente, llegaron a España como un presente de su hija, la reina Cristina, a Felipe IV en 1654.

Ambos cuadros estuvieron a punto de ser quemados por el rey Carlos III, que los consideró obscenos. Sin embargo, el monarca recapacitó aconsejado por sus asesores y permitió que se guardaran en una sala de acceso restringido en la Academia de San Fernando.

Las meninas (Diego Velázquez)

Alabada como una de las obras más logradas de la historia del arte, tiene como protagonista central a la infanta Margarita de Austria -en aquel entonces de alrededor de cinco años de edad-, hija del rey Felipe IV de España y de su sobrina y segunda esposa, Mariana de Austria, quienes también aparecen en el cuadro como observadores de la escena, reflejados en un pequeño espejo colgado en la pared del fondo.

Entre otros personajes, en la pintura también puede verse a Isabel de Velasco, dama de honor de la infanta, a los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato -parte del séquito real- y a la viuda Marcela de Ulloa, encargada de la vigilancia de las doncellas de la corte. 

Además, en el cuadro está presente Velázquez, en actitud de pintar. La composición de la escena sugiere que son el rey y su esposa quienes están posando, mientras su hija y su séquito llegan de visita al estudio. 

La obra fue finalizada en 1656 y pasó a decorar el despacho del rey Felipe IV. En 1734 estuvo a punto de ser destruida en el incendio del Alcázar de Madrid, pero fue salvada al ser arrojada por una de las ventanas al igual que varias otras pinturas. Está expuesta en el Museo del Prado desde 1819. 

"Velázquez por sí solo justifica el viaje", supo decir de la obra el impresionista francés Edouard Manet. "Los pintores de todas las escuelas que le rodean, en el museo de Madrid, parecen simples aprendices. Es el pintor de los pintores".

 

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