31 Agosto de 2020 11:05
Este lunes se cumplen 21 años de la tragedia de LAPA, uno de los accidentes más graves de la historia de la aviación argentina, que provocó la muerte de 65 personas, entre pasajeros y tripulantes, y heridas de diversa gravedad en más de treinta personas que se salvaron de milagro luego de que el avión cruzara el Aeroparque Jorge Newbery y se estrellara contra un terraplén tras cruzar la avenida Costanera.
Se trató del cuarto accidente más grave en la historia de la aviación argentina. Ocurrió el 31 de agosto de 1999, cuando el vuelo 3.142 de Líneas Aéreas Privadas Argentinas (LAPA) no pudo despegar, atravesó el alambrado del aeroparque Jorge Newbery, cruzó la Costanera y se estrelló a metros de una planta de gas, en el acceso al predio de Punta Carrasco.
El avión, un Boeing 737-204C partió pasadas las 20.30 con rumbo a la ciudad de Córdoba. En total, transportaba a 98 pasajeros y cinco tripulantes.
De acuerdo con la investigación, minutos antes de despegar el avión registró una falla en uno de sus motores, lo que demoró el proceso de despegue hasta que finalmente los mecánicos lograron terminar la revisión.
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Durante el despegue, la aeronave no logró levantar vuelo. A una altísima velocidad, no logró frenar y atravesó el alambrado del aeroparque, embistió un auto y se incrustó en un terraplén a metros del predio de Punta Carrasco. La pérdida de combustible provocó un incendio que causó la muerte de decenas de pasajeros que no pudieron escapar del avión en llamas.
Los pilotos, Gustavo Weigel y Luis Etcheverry, murieron en el accidente, y si bien en una primera instancia la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil apuntó a la responsabilidad de Weigel por no extender los flaps para aumentar la sustentación de la nave y lograr que levantara vuelo, más tarde salieron a la luz graves negligencias de la empresa, entre las que se encontraban fallas estructurales en la gerencia operativa de los vuelos, así como las múltiples fallas técnicas que registraban las aeronaves de LAPA.
NADIE PRESO
La historia de la causa penal por el siniestro de LAPA es intrincada, compleja y tal como sucedió en otras investigaciones que datan de aquella época, ningún responsable terminó preso, entre otras cosas por las demoras que se produjeron a lo largo de toda la instrucción, en la que declararon más de 500 personas. En una primera instancia, la investigación apuntó sólo a la responsabilidad de los pilotos, aunque luego comenzó a hablarse de fallas estructurales de la compañía.
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En agosto del 2000 la causa ya tenía 1.600 páginas, 80 cuerpos, 1.500 testigos y 34 imputados. Meses más tarde, serían procesados cuatro directivos de LAPA: el presidente, Gustavo Deutsch, el director General, Ronaldo Boyd, el gerente de operaciones, Fabián Chionetti y la gerenta de recursos humanos, Nora Arzeno, así como también tres jefes de la Fuerza Aérea.
En 2001 renunció el juez federal Gustavo Literas, a cargo del caso, que quedó en manos de Claudio Bonadio. Para esa época ya había más de mil testigos. Tiempo después volvería a cambiar de magistrado y se haría cargo Sergio Torres. Recién en 2002 se confirmaron los procesamientos de tres de los directivos y dos años más tarde, en septiembre de 2004, el fiscal Carlos Rívolo pidió elevar la causa a juicio oral, apuntando a Detusch, Boyd, Chionetti y Arzeno, entre otros.
En el año 2005 la Cámara Federal ratificó que se debía hacer el juicio, que a esa altura apuntaba a nueve personas: seis directivos y tres integrantes de la Fuerza Aérea, por estrago culposo e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Curiosamente, parte del peso recayó sobre el piloto Weigel, que tenía su matrícula vencida, y quien había fallecido en el accidente. El noveno era el brigadier Enrique Dutra, quien se suicidó en 2005 y fue hallado en el interior de su auto en Villa Carlos Paz
En 2010 fueron absueltos seis de los ocho acusados. Dos de los gerentes, Valerio Francisco Diehl, ex gerente de operaciones y Gabriel María Borsani, ex jefe de la línea 737, fueron condenados a tres años de cárcel en suspenso, lo que desató un fuerte reclamo de los familiares de las víctimas. Increíblemente, en 2014 la Sala IV de la Cámara Federal de Casación anuló las dos condenas y consideró que el caso había prescripto de la acción penal. El fallo luego fue ratificado por la Corte Suprema.