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A 22 años del crimen de José Luis Cabezas: cómo viven el asesino Prellezo y el resto de los condenados

Hoy se cumple un nuevo aniversario del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias. El principal condenado se matriculó tiempo atrás como abogado en la Ciudad y despertó el rechazo de la hermana de Cabezas.

25 Enero de 2019 08:12
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Se cumple un nuevo aniversario del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias José Luis Cabezas, quien había retratado al empresario Alfredo Yabrán, el principal instigador del crimen cometido en 1997. A 22 años, ninguno de los condenados está tras las rejas, y el principal responsable, el entonces jefe de los custodios de Yabrán, Gustavo Prellezo, se recibió de abogado y tiempo atrás se matriculó en el Colegio Público de Abogados de la Ciudad, lo que despertó críticas de la familia del fotógrafo. 

Las caras de los condenados. 

El instigador del homicidio había sido el empresario Alfredo Yabrán y Gustavo Prellezo fue señalado como el encargado de asesinar al fotógrafo. Hoy, Prellezo no sólo está libre, sino que se recibió de abogado y armó su propio estudio jurídico. Aunque en la provincia de Buenos Aires no le habilitaron la matrícula, días atrás la hermana del fotógrafo asesinado, Gladys Cabezas, denunció que el Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires sí lo había habilitado y que ejercía desde mediados del año pasado. "¿Matricularon a un asesino?", se preguntó indignada.

Prellezo era el jefe de custodios y uno de los hombres de confianza de Yabrán, el autor intelectual del asesinato. Pese a que fue condenado a prisión perpetua, fue beneficiado en 2006 con el arresto domiciliario.

Luego sumó más privilegios, cuando la Justicia lo autorizó a salir a caminar una hora por día para tratar su hernia de disco. Después logró que le permitieran ir sin custodia al hospital y a cursar en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata.

Gustavo Prellezo junto a su título.

En 2017 se recibió de abogado, pero seis días después le revocaron la matrícula. Pese a eso, continúa armando un libro en el que contará su versión de los hechos, para insistir sobre su inocencia. Tal como lo dijo en 1998 ante las cámaras de televisión, asegura que es inocente y que no fue quien asesinó a Cabezas. 

Vive en Los Hornos, junto a su nueva pareja y su hija. Allí los vecinos mantienen diálogo con él e incluso algunos le advierten si hay algún periodista o fotógrafo rondando en la zona para que pueda evadir la exposición mediática. 

Gladys Cabezas contó que hace poco tiempo lo vio caminando en La Plata, pero que no lo enfrentó. "Hicimos dos cuadras y yo me quería bajar, pero mi marido no me dejó. 'Vos estás loca, no te bajás', me dijo. Y no me dejó. Hoy yo digo que el que no me dejó bajar fue mi hermano. Porque si yo me bajaba y me ponía a pelear con Prellezo, hubiera sido un desastre. Fue mi hermano el que me dijo 'no te bajes'", afirmó.

Prellezo y el resto de los condenados gozan de libertad condicional: para la familia y amigos de Cabezas, el hecho es sinónimo de impunidad y falta de Justicia.

Alberto Gómez.

En el caso de Alberto Gómez, quien estaba a cargo de la comisaría de Pinamar cuando sucedió el crimen,  fue necesario hacer un segundo juicio para condenarlo a prisión perpetua. La Justicia determinó que fue él quien “liberó la zona” para que pudieran asesinar a Cabezas.

En 2010, Gómez logró la prisión domiciliaria y en 2011 la libertad asistida hasta que cumplió su pena, en 2013. Vive en Valeria del Mar, a poca distancia de donde fue asesinado el fotógrafo. 

Otra de las implicadas en el crimen fue Silvia Belawsky, policía y ex esposa de Prellezo. Quedó implicada por una falsa denuncia por el robo del auto que utilizó luego su marido para cometer el crimen. Sólo fue condenada a cuatro años por estafa.

Luego de cumplir la condena, vive en La Plata junto a la hija que tuvo con Prellezo.

Silvia Belawsky.

Sergio Camaratta era oficial de la policía junto con Anibal Luna. Participó en la inteligencia y el seguimiento del equipo de la revista Noticias. Además ayudó a sostener económicamente a la banda denominada “Los Horneros” -encargada de concretar el secuestro del reportero- en los días previos al asesinato.

Sergio Camaratta.

Fue condenado a prisión perpetua, pero en 2006 consiguió la libertad. En 2012, tras el fallo de la Suprema Corte que revocó la reducción de las penas, fue nuevamente detenido. Tres años después, en 2015, murió.

Héctor Retana era uno de “Los Horneros”, y participó del secuestro y del posterior asesinato de José Luis Cabezas en

una cava en las afueras de Pinamar. Murió en el penal de Olmos en abril de 2001. Fue el primero que confesó cómo se llevó adelante el plan criminal para matar a Cabezas. En la declaración que brindó ante la Justicia sostuvo que en la noche del crimen estaba borracho y drogado. 

Héctor Retana.

Sergio González también  participó del secuestro y del asesinato de Cabezas. La investigación determinó que fue él quien obligó al periodista a arrodillarse en la cava.  En 2005 había quedado en libertad condicional gracias al "dos por uno". En 2015 volvió a la cárcel por otro delito vinculado al narcotráfico.

Sergio González

José Luis Auge fue quien "hizo de campana" en el momento de concretar el secuestro del fotógrafo. Consiguió la libertad condicional debido a que trabajó en la ONG "Reinserción social y dirigida", destinada a ayudar a los presos a reorganizar su vida. En la actualidad vive en Los Hornos y trabaja como "changarín".

José Luis Auge.

Horacio Braga fue quien interceptó, golpeó y secuestró a Cabezas para llevarlo junto al resto de la banda al lugar donde luego fue asesinado. Luego de que le dieran la libertad condicional terminó la carrera de Abogacía y trabaja como procurador.  

Anibal Luna. Foto Editorial Perfil. 

Sólo el ex policía Aníbal Luna continúa técnicamente preso por este crimen, con un régimen especial que lo autoriza a salir del penal 72 horas por semana. Continuó con su vida en General Madariaga, pero desde hace tiempo los vecinos y hasta el intendente del ese partido, Esteban Santoro, afirman que Luna anda por las calles libremente.