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A un año de haber sido condenada por atropellar a su novio rugbier, Julieta Silva volvió a la cárcel

Estuvo con domiciliaria durante dos años, pero luego de que la sentencia quedara firme, la Corte ordenó que volviera a la cárcel.

06 Noviembre de 2019 19:33
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Luego de haber pasado más de dos años con prisión domiciliaria, este miércoles Julieta Silva, la joven condenada por atropellar y matar en San Rafael a su novio, Genaro Fortunato, en 2017, se presentó ante la Justicia y fue finalmente trasladada hacia la cárcel después de que la Corte rechazara un recurso extraordinario impuesto por su abogado tras conocerse que la sentencia había quedado firme.

Antes de volver a prisión, donde ya estuvo alojada dos meses durante la etapa de instrucción de la causa, la condenada brindó una entrevista para el medio local Sitio Andino, donde contó cómo cambió su vida y la de sus hijos tras haber protagonizado el accidente que le quitó la vida a Fortunato.

Acompañada de su abogado, Alejandro Cazaban, esta mañana Silva se presentó ante la Justicia, y luego quedó detenida en el Complejo Penitenciario Nº IV de San Rafael. Debió regresar a prisión luego de que la Corte rechazara un pedido de la defensa donde se solicitaba que la condenada cumpliera el resto de la pena con domiciliaria.

Aunque el letrado analiza presentar algún nuevo recurso, lo cierto es que a partir de marzo de 2020 la acusada cumplirá la mitad de su condena y podrá acceder a beneficios carcelarios, por lo que hay chances de que recupere su libertad el año siguiente.

Silva fue condenada en septiembre del año pasado por el delito de homicidio culposo agravado por conducción antirreglamentaria, luego de haber matado a su novio Genaro Fortunato el 9 de setiembre del 2017 tras atropellarlo a la salida del boliche La Mona. En el debate los jueces entendieron que Julieta actuó con "negligencia e imprudencia", y que no hubo dolo para matar al joven. En base a eso, descartaron la figura de homicidio simple con dolo eventual y la condenaron por un hecho culposo.

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En una entrevista exclusiva que brindó la joven antes de ser nuevamente detenida, Silva contó al portal de noticias Sitio Andino que estuvo poco más de dos años con domiciliaria, y que vivía en la casa de su pareja con sus dos hijos, de 12 y 7 años.

"Cuando me avisan que me van a llevar al penal, pedí verlos (a sus hijos) porque había estado internada y no había podido estar con ellos. Los llevaron a investigaciones, y mas o menos les tuve que explicar lo que pasaba. Les dije que iba a volver, y volví. Ese momento fue tremendo", reveló entre lágrimas.

Según reveló, los dos chicos han tenido que ser tratados psicológicamente para poder afrontar el hecho de que su madre esté presa y acusada de haber cometido un delito. "El más grande no tomó nunca dimensión de lo que pasaba, hasta que un día estaba buscando unos juegos en la computadora y salió mi nombre. Lo abrió y justo lo vi, y entonces tuve que sentarme y explicarle la dimensión de lo que pasaba afuera. Su edad es complicada porque está entrando en la adolescencia, y esto por ahí lo avergüenza", comentó.

La condenada negó haberse escapado alguna vez de su casa, ya que en una ocasión los familiares de Fortunato la acusaron de haber estado con un auto en el centro de la ciudad de San Rafael. "Yo no salí nunca. Tengo puesta una tobillera y me controlan por un teléfono que tiene GPS", sostuvo. Del mismo modo, negó tener mucho dinero e influencias, e incluso comentó que es sostén de familia, y que ella sola ha sacado adelante a sus hijos.

"Me la rebusco para trabajar desde acá y poder mantener a dos niños con todo lo que eso implica. Trabajando he podido salir adelante. Con el más chico nos ha costado mucho también que se quiera ir a otros lugares a dormir, casa de compañeros y demás, porque él siempre tenía el miedo de volver y que yo no estuviera en la casa", dijo por último.

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