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A cinco años: tres historias de vida detrás de la tragedia de Once

Familiares de las víctimas repasan lo vivido desde la fatídica estación. Videos exclusivos.

por Gisela Nicosia

22 Febrero de 2017 05:31
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Vidas frenadas, impactadas en la muerte ocasionada por la desidia. El choque en la Estación de Once ocurrió el miércoles 22 de febrero de 2012 y dejó un saldo de 51 muertos y 702 personas heridas.

Es el tercer accidente ferroviario más grave de la Argentina. Y será por siempre un antes y un después en la sociedad y en cada familiar y amigo de las víctimas.

BigBang se reunió en la estación de Once con tres de ellos. Y cada uno contó cómo enfrentan día a día el dolor.

De los 51 fallecidos, 21 murieron por aplastamiento de tórax.

Las historias

Vanesa Toledo es la hija de Graciela Díaz, una repostera elogiada por sus cercanos por su sentido del humor y por ser una buena cebadora de mates. Vanesa la menciona y sus ojos se iluminan. Graciela viajaba en el Sarmiento para llegar a su trabajo en el barrio de Once. Pero un día como hoy, hace cinco años, no debió hacerlo. Era su franco pero como le cambió el día a un compañero viajó, por última vez.

Vanesa Toledo, hija de Graciela Díaz.

"No vamos a esperar a que la causa finalice para que se resguarde la integridad de los usuarios del Sarmiento, queremos que este servicio funcione de la manera que todos nos merecemos. A mi mamá nadie me la devolverá, pero por lo menos no habrá otras personas que pasen por lo mismo que nosotros", finalizó Vanesa.

Queremos que este servicio funcione de la manera que todos nos merecemos.

LA BÚSQUEDA DE LUCAS

Paz algún día necesitará conocer toda la verdad sobre la muerte de su padre, Lucas Menghini Rey. Esa fue una de las fuerzas motoras para la lucha de María Luján.

En diálogo con BigBang repasa los momentos de dolor que enfrentó hasta saber qué había pasado con la vida de Lucas. Luego del impacto del tren contra el andén, y el caos generado en el rescate de víctimas y fallecidos, su hijo no aparecía. 

No estaba en las listas ni en la morgue. Su familia se encargó de buscarlo y reclamar respuestas ante el silencio de las autoridades. Luego de tres días de búsqueda, Lucas fue encontrado en el cuarto vagón del Chapa 16. Estaba en el tren, el mismo tren de la tragedia. 

La lucha de una madre que no baja los brazos.

María Luján necesitó ordenar ideas y "completar huecos" en su memoria, y también como un modo de catarsis. Y pese a mostrarse con templanza, sostiene que el dolor no es “ni un poquito” menos incisivo en el día a día.

Por el impacto, los vagones se montaron entre sí.

“La vida de mi hijo se la llevó la corrupción del Estado. Descubrí que hay gente que lucra y gente con intereses mezquinos, aunque también conocí gente comprometida con la verdad", sostuvo.

La vida de mi hijo se la llevó la corrupción del Estado.

DECIR ALGO MÁS

Leonel Frumento besó a su esposa Soledad, a su hijo Nayib, y su padre, Juan lo llevó en el auto a la estación de Morón. “Siempre soy de manejar rápido. A Leonel no le gustaba. Ese día lo noté bien y no quería que se amargue. Fui despacio y al llegar a la estación vimos que se iba el tren. Él se lamentó. Yo le dije que no se preocupara, que ya vendría otro tren. Lo despedí y me quedé con ganas de decirle algo más. Nunca más lo vi”, dice Juan con la mirada perdida en el recuerdo.  

Lo despedí y me quedé con ganas de decirle algo más. Nunca más lo vi.

Leonel tenía 32 años, un hijo, Nayib, de dos, y era el sostén de la casa que compartía con su pareja, sus padres y su hermana menor, Marisol. Leonel no solía viajar en tren pero aquella mañana, la del 22 de febrero del año pasado, su moto estaba en reparación y no quiso llevar el auto porque el estacionamiento le salía caro.

Los rostros de las 51+1 víctimas.

Como vigilador de una empresa transportadora de caudales, Juan, su papá, había imaginado los riesgos que corría su hijo. Leonel bajaba o subía las sacas de dinero de los bancos al blindado. Frente al riesgo de su trabajo, nadie de su familia imaginaba que el peligro real iba a ser subirse al tren.  

“Siempre miraba las noticias y mi hijo me preguntaba para qué lo hacía. Yo quería entender por qué pasaban las cosas y hoy entiendo que la tragedia pasó por la corrupción, por la falta de cuidado a la sociedad”, expresa.

Juan Frumento extraña a su hijo Leonel. 

Dentro de su bolso, Juan tiene una remera con la imagen de su hijo. La lleva junto a él y pese a que su familia pasa cada 22 de febrero lejos de su casa para no ver noticias que le recuerden lo que sufrieron, él prefiere asistir a los actos y luchar para que no vuelva a ocurrir otra tragedia.

*Música utilizada en los videos: "Moscas en rosas", de Chimeneas, banda de Lucas Menghini Rey.

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