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¡Abracadabra! Por qué se celebra el Día Internacional del Mago

El origen católico. El sacerdote que usó el ilusionismo para que los chicos fueran a misa.

31 Enero de 2019 12:50
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Giovanni Melchiore Bosco Occhiena , más conocido como Juan Bosco,  más conocido aún como Don Bosco, era un sacerdote católico de Castelnuovo, en el norte de Italia, fundador de la obra de los salesianos. Consciente de que para la mayoría de los chicos, asistir a misa no es lo que se dice un programón, Don Bosco pensó que bien valía la pena entretenerlos con sus trucos de magia, si con eso lograba que fueran a la iglesia.

Según escribió el mago colombiano Germán Arciniegas en el sitio especializado Pasto Magic, la lista de trucos que se le atribuyen a Don Bosco es prodigiosa:

Sacaba de la boca de un chico 12 bolitas coloradas. 

Cambiaba el agua en vino que luego ofrecía a los espectadores. 

Multiplicaba los huevos de gallina sobre un cesto.

Sacaba palomas del bolso de las señoras.

Sacaba conejos de los sombreros de los espectadores.

Adivinaba el dinero que llevaban los espectadores en los bolsillos.

Hacía que su varita mágica volara sobre sus manos.

Resucitaba un pollo previamente descuartizado.

Y caminaba, saltaba y bailaba sobre una cuerda floja, sosteniéndose con un sólo pie. 

¿Exageraba el amigo Arciniegas? Bueno, desde luego que no hay videos de Don Bosco en YouTube,  pero la magia, como el cine, requiere de la suspensión de la incredulidad, así que vemos a creerle. Digamos que el último "truco" mencionado entra más en el arte del equilibrismo y demuestra que acaso Don Bosco amaba tanto el escenario como el púlpito. Cultor de una religión en la que el Espíritu Santo baja del cielo convertido en paloma, desciende sobre el cuerpo de una virgen que al cabo de nueve meses parirá un mesiás que morirá y resucitará, no sin antes resucitar a otro muerto, convertir panes en peces y agua en vino, no es ilógico que haya visto en la práctica del milagro una prolongación de su oficio. 

Don Bosco: la alegría de los niños con sus trucos de magia. 

Ilusionista de calidad, Don Bosco falleció el 31 de enero de 1888. Se le atribuye la frase: "Los ilusionistas llevan al diablo en las manos y a Dios en el corazón". Apenas 46 años después de su muerte fue canonizado por el Papa Pio XI y se convirtió en el Santo Patrono de los magos. No fue el único sacerdote especialista en magia. En 1895 nació Wenceslao Ciuró, también sacerdote y gran ilusionista,  que destacaba en los juegos de cartas o cartomagia y que además de la magia incursionó en la ventriloquia: fue, de hecho, el autor de La Ventriloquia, el primer manual sobre este noble arte escrito en español. 

Wenceslao Ciuró, otro sacerdote que descolló como mago.

Pero volvamos a Don Bosco, ya que al fin y al cabo por él estamos escribiendo esta nota. Encontramos en Internet, mágica fuente de conocimientos instantáneos, un poema que le dedicó el ilusionista conocido como Mago Frank

Dice así:

Tú que también fuiste Mago

y por tu noble labor te convertiste en Santo,

haz que la labor que hago

por lo menos logre mitigar un llanto.

Que toda la habilidad

que brote de mis manos

se convierta en caridad

y amor a mis hermanos.

Tú que supiste aliviar

abandono y zozobra,

permíteme continuar

con mi Magia tu obra.

Y así, siguiendo tu ejemplo

me acercaré al Ser Supremo

haciendo de la Magia un templo

para el pobre y el enfermo.

¡Feliz Día, amigos Magos!