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Abuso sexual infantil: cómo detectar, ayudar y acompañar a las víctimas

Los casos no paran de aumentar y las instituciones que brindan Educación Sexual Integral son cada vez menos. 

por Noa Liberman

14 Noviembre de 2022 14:52
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El abuso sexual infantil en Argentina es una problemática que no cesa ni descansa, que ha aumentado exponencialmente a lo largo de los años, y que el Estado parece no querer o no poder abordar.

El abuso sexual no requiere de acceso carnal para ser considerado como tal. Cualquier conducta de tipo sexual que un adulto le realice a un menor de edad es considerado abuso por la ley. Mostrar o incitar a tocar los genitales propios, tocar los ajenos, contacto buco-genital sea o no superficial, y obligar a los menores a que observen escenas sexuales, entre otras, son todas acciones consideradas como abuso sexual.

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Si bien la implementación de la Educación Sexual Integral en las instituciones educativas es una ley que rige desde el 2006 y que tiene como propósito garantizar dicho derecho, aún no logra ser cumplido. En algunos casos, varios padres que no entienden la importancia de esto, han comunicado que están en contra de que sus hijos reciban información que les "modifique su pensamiento".

 

No obstante, en el año 2019, se constató que el 80% de las denuncias de abuso sexual ocurridas en ese año, fueron a partir de la implementación de las clases de ESI en los colegios. Es decir, que la importancia de educar a los menores, quienes no tienen las herramientas y la seguridad para identificar dichas situaciones, han encontrado un sistema de apoyo en dicha dinámica.

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Uno de los puntos claves para entender el error de este sistema, comienza de la mano de la educación y de las herramientas que tienen los docentes y las instituciones para tratar este tema. Es muy difícil de detectar el abuso en los menores, debido al pánico que les da hablarlo, si es que lo logran identificar, mayormente porque según un informe realizado el primer año de la pandemia, por el Programa "Las Victimas Contra las Violencias", en el 76,8% de los casos, los agresores son del entorno familiar de la víctima. 

Además, en el 2020, a través de un informe realizado por la Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes de Unicef, el 11 por ciento de las mujeres encuestadas de 18 a 49 años declararon haber sido víctimas de abusos sexuales durante su infancia. Es decir que 1 de cada 10 mujeres sufrió un abuso sexual. En el 2021 se repitió la investigación y el número se redujo a 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres.

 

La realidad de argentina frente a este tema es triste y desolador, ya que casi no hay registros reales de denuncias sobre abuso sexual infantil, ya que al ser la mayoría intrafamiliar, solo se denuncian los episodios que se logran detectar dentro de las instituciones infantiles. Un grave ejemplo del aumento de lo dicho anteriormente, es lo ocurrido en los primeros 10 días de noviembre del corriente año.

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Casualmente en el mes en el que se encuentra el Día Nacional contra el Abuso Infantil, hubo varias denuncias que conmocionaron al país, sin contar las que no han sido expuestas en los medios de comunicación. En Comodoro Rivadavia, diversos padres comenzaron a notar que sus hijos tenían miedo de quedarse en el jardín y se hacían pis encima. A raíz de dibujos que hicieron los menores y relatos que le comunicaron a sus padres constataron que se trataba del profesor de música. El mismo, daba clases en diversas instituciones de la zona, y son al menos 42 las denuncias por abuso sexual cometidas por el docente hacia los menores. ¿Cómo los directivos del lugar no pudieron detectarlo?

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La semana pasada se conoció que en un colegio de Mendoza, varias menores de edad encerraron en un baño a una nena de siete años, y tras golpearla y ahorcarla, la violaron con una lapicera. ¿Y las autoridades del colegio contratadas para controlar a los menores, donde estaban?

En la misma semana, también se probo el abuso sexual cometido por Ricardo Montenegro, un hombre de 32 que violaba a la hija de diez años de un matrimonio amigo y luego de cada episodio le "pedía perdón". Según lo confirmó la cámara gessel de la menor. También, el caso de una menor de 13 años que tras relatar los reiterados abusos sexuales que recibía por parte de sus familiares, y al no recibir la ayuda que pedía en el colegio al que concurría, se suicido.

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Denise Regadío, psicóloga y sexóloga opinó sobre esta atroz problemática que invade a la sociedad y afirmó: "Es un tema del cual lamentablemente no se habla mucho, y teniendo en cuenta que las instituciones son lugares donde los niños llevan sus problemáticas. Cuando los niños están entre pares, es como que se muestran tal cual son. Entonces la posibilidad que tiene un docente de advertir algún tipo de estas citaciones, en el contexto de que el niño se sienta seguro, es super importante".

"Creo que hay que capacitar muchísimo más en todo tipo de instancia educativa ya que los chicos y chicas pasan la mayor parte del tiempo en la escuela. Entonces es una gran herramienta que uno tiene ahí para intervenir. Y esto no solo tiene que ver con el lenguaje. Creo que los docentes deberían tener la materia de sexualidad. Porque muchas veces esto de interpretar los juegos que los niños hacen y su vocabulario, que si uno no está atento lo pasa desapercibido", contó Regadío.

 

Con respecto a la falta de herramientas que tienen tanto los docentes como los menores a la hora de detectar, ayudar y acompañar los casos de abuso, la profesional dijo que por un lado "El ámbito educativo es el lugar por excelencia donde uno tiene la capacidad de registrar que le pasa ese niño o esa niña. Hay que tener una mirada más amplia y no solo mirar en lo educativo sino también sus comportamientos. Muchas veces no se le da importancia a esto, y no se tiene en cuenta que la mayor parte de abusos de niños ocurre en el ámbito intrafamiliar. Hay que hablar mucho más sobre abuso infantil".

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También, aseguró que no solo es necesario educar para entender los casos una vez ya sucedidos, sino que es clave para la prevención, que se pueda educar a los jóvenes con herramientas que los contemple a entender sobre los genitales y las partes del cuerpo que no esta bien que los adultos toquen y sobre el consentimiento, una vez que ya son adultos. 

"La sexualidad no tiene que ver sólo con los cuerpos. Se va aprendiendo, se va modificando a lo largo de la vida. Pensando que la juventud es el momento donde uno incorpora la mayor parte de la información. Yo creo que lo más importante es eso, hoy los jóvenes tienen mucha información por internet, y esa información en cuanto a la anatomía y al consentimiento es una gran oportunidad. Hay que cambiar la mirada que juzga a la sexualidad. Es importante ir por el lado de las emociones que hoy en día se dejan de lado en la educación", cerró la profesional.

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Por último, cabe destacar que la idea frente a la incursión y a la necesidad urgente de implementar la ESI en todos los ámbitos educativos es simplemente un pedido de que se cumpla la ley ya vigente desde hace 16 años. Para instruir, enseñar, y sobre todo informar. Dejar de echarle la culpa a la víctima y apoyarlos. Desde los colegios, luchar porque los menores cuenten si están atravesando algún episodio de abuso en sus casas, y luego tomar las medidas necesarias en conjunto con la justicia. Y desde las casas, brindarle el apoyo a los menores a que se sientan e la libertad y en la confianza de relatar lo que atraviesan en su día a día en los establecimientos. Y en ambos casos, educar a los menores a que cuenten esos "secretos" que obligan los adultos a que compartan solo con ellos. ¿Hasta cuando las víctimas van a vivir con miedo y los abusadores van a seguir libres?

 

 

 

 

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