por Alejo Paredes
30 Diciembre de 2023 09:00Evangelina Cueto es médica pediatra (MN 120230), forma parte de la Sociedad Argentina de Pediatría y se especializa en "derecho de las infancias", lo que la convierte en una voz más que autorizada a la hora de hablar sobre temas de violencia y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes. "Sólo se denuncia un 10% de los casos y de ese 10%, solo el 1% tiene una resolución favorable para la víctima en la justicia", le advierte a BigBang la profesional oriunda del pueblo bonaerense de Rojas y madre de dos, una niña de 13 años y un niño de 10.
En un imperdible mano a mano con este portal hizo principal hincapié en la "corresponsabilidad" de la sociedad en esta problemática, a la que definió como la "pandemia silenciosa" y advirtió que la cantidad de casos que se registran "están en clave de subregistros". "Hay subregistros, por eso me gusta hablar de pandemias silenciosas. Y hay subregistro porque el costo para la víctima de denunciar frente a una comunidad que normalmente desmiente lo que la víctima dice es muy alto", resaltó.
¿Por qué sucede esto?
- Hay una conducta que es consecuencia del silenciamiento que propone la cultura, como tiene un costo demasiado alto decir como para encarar esa solo. Lo de pandemia silenciosa en los casos de abuso tiene que ver con que el costo para la víctima, que es muy alto. Y el año pasado hubo casos de denuncia, incluso no estamos hablando de niñas, ni siquiera ni de niños, sino jóvenes o personas adultas incluso, que denunciaron públicamente casos de abuso sexual y el periodismo hizo eco más en la consecuencia que tenía para el supuesto abusador o abusador, concretamente, más que el costo que tenía para la víctima salir a decir semejante cosa.
El caso de Thelma Fardín e n esto es emblemático, o sea, ha sufrido mucho más que lo que sufrió el teórico abusador en cuanto al despliegue de repudia social que tuvo como consecuencia. No hay un manto de, por algo lo está diciendo, parecería una especulación, como si eso tuviese algún tipo de beneficio. Decir una cosa así no tiene absolutamente ningún beneficio, de hecho sabemos que las víctimas se exponen a un circuito de revictimización muy alto justamente por la falta de creencia en lo que la víctima está enunciando. Por eso hay subregistro y de hecho, además, los resultados a nivel judicial son muy desalentadores.
Una de cada diez denuncias tienen resultados favorables para la víctima y como el abuso sexual muchas veces no deja registro concreto, la posibilidad de probarlo con pruebas físicas es escaso. La víctima siempre tiene razón hasta que la justicia demuestre lo contrario y no viceversa. Me parece muy importante como llamar a una sensibilización colectiva para que dejemos de señalar excesivamente a las víctimas que se animan a hablar, que es un acto de valentía enorme.
Entonces todos esos mensajes que comunitariamente construimos son mensajes que nos adoctrinan y que después a la hora de tener que avanzar y exponer que verdaderamente fuiste víctima de abuso, bueno, lo pensás 15 veces a la ahora de denunciar. ¿Cómo no vamos a estar en todo el subregistro? Hay subregistro, claro. Mucho más allá de los números.
Esta forma es una manera de silenciar a las víctimas, ¿no es cierto?
- Sí, por eso lo ponía en tono de que es como una especie de adoctrinamiento, como un mensaje aleccionador. Te aleccionan para que sepas que la consecuencia de hablar va a ser muy alta, o sea, vas a sufrir consecuencias por eso. Entonces hay algo donde, bueno, mejor no lo digo, la Justicia no me va a creer, la gente me va a cocinar, voy a perder el trabajo, ¿cómo voy a salir a decir eso? Esto en caso de que seas una persona adulta, ni te digo los niños, que de hecho es una población vulnerable para los casos de abuso.
¿Cómo ves en general la salud de los niños, niñas, adolescentes que sufren esta clase de abusos? ¿Cómo repercute en ellos?
- Cualquier clase de violencia contra la infancia, ya sea maltrato físico, abuso sexual, negligencia o abandono, cualquiera sea el subtipo de maltrato o de violencia que sufran, deja consecuencias enormes en su salud, cuando pensamos la salud es desde un concepto integral, ya sea su salud emocional, física, psíquica, es inevitable que sufran consecuencias por eso. Por eso es tan importante el circuito de reparación de esos hechos.
¿Es reversible?
- Sí, por supuesto que es reversible, pero para eso tenemos que generar un consenso colectivo donde las víctimas justamente no estén en el tono de la pregunta anterior, o sea, lo que hablábamos en la pregunta anterior, y se les crea y se arme todo un circuito de restitución de derechos que arranca cuando le creemos sus expresiones. Eso ya es reparatorio per se. No es el culpable la víctima y por ende eso tiene que quedar en un acto. No es lo mismo abrir la escucha, ser sensibles, activar un circuito de protección con esto y en esto involucro al sistema médico, al sistema educativo, ¿no? Somos todos como personas o instituciones que tenemos que estar atentas a poder primero brindar escucha y después brindar el circuito necesario para que este niño o esta niña que sufrió la experiencia de la violencia sea subsanada.
¿Hubo un aumento de denuncias de estos años a la línea 102?
- Esto primero lo vinculo a políticas del Estado, excelentes políticas de Estado como la línea 102, que ya es un posicionamiento en favor de la escucha activa para la detección de los casos de abuso y del resto de las violencias contra las infancias. La línea 102, además de tener una función bien clara porque es un lugar donde te asesoran para que vos conozcas los pasos a seguir frente a la vulneración de los derechos, a la vez es un posicionamiento, es una manera de revertir lo que estábamos diciendo antes. Bueno, mira, si sos víctima, hay un lugar donde vamos a escuchar y donde te vamos a guiar para reparar este daño.
Entonces hay una sensibilización mayor, por eso el aumento de las denuncias, pero también sigue sucediendo que las denuncias son activas, en el medio tuvimos una pandemia y no hay que desconocer que la mayoría de los maltratos y las violencias contra las infancias suceden en el seno familiar, entonces de alguna manera el aislamiento, el confinamiento en los hogares a muchos chicos los puso en encuentro directo con esas personas maltratadoras, y por ende aumenta la chance de ser maltratado y se ha cortado el circuito más amplio de otras instituciones, como por ejemplo la escuela.
Esto también pasó para las violencias contra las mujeres, tanto violencias contra las mujeres como violencias contra las infancias suceden en el marco familiar, entonces como son violencias intrafamiliares, cualquier situación de aislamiento familiar es precipitador de esta violencia.
¿Cómo se puede detectar un caso de abuso para alguien externo?
- Depende un poco del grupo etario, no es lo mismo el maltrato y el abuso en un bebé lactante o en un niño de la primera infancia, un niño escolar, un adolescente, cada grupo etario tiene manifestaciones diferentes, pero las manifestaciones están. Entonces es una pandemia silenciosa, como digo siempre, es como una trampa, porque es silenciosa pero a la vez señales nos está dando, yo creo que es una pandemia desoída. No es que no dé síntomas, nosotros no estamos queriendo escuchar. En el caso de los más chiquititos se puede manifestar de un montón de maneras: retraimiento, angustia excesiva, dolores somáticos, dolor abdominal recurrente.
Hay diferentes manifestaciones del cuerpo que no son ligadas directamente a presiones de malestar. Rechazo a ciertos adultos que en teoría deben ser adultos que son de confianza y de resguardo. Entonces las personas que trabajamos en salud o las personas que trabajamos en educación o cualquier persona que esté en contacto con las infancias tienen que sensibilizar su manera de mirar estos vínculos, como estar atento, cómo se ve este vínculo con la mamá, el papá, un tío.. eso nos da bastante información acerca de si puede estar pasando algún atropello a los derechos de ese niño o niña.
Y en las adolescentes, hablo más en femenino porque a medida que avanza la edad, las mujeres tenemos más chances de haber sufrido abuso que los varones, así de claro, a pesar de que por supuesto los varones también pueden ser víctimas de abuso. A medida que avanza la edad claramente hay una especie de dispersión en contra de las mujeres, yo decía en favor pero sería en contra en este caso. Y las chicas que sufren abuso pueden manifestarlo de un montón de maneras, desde trastorno a la conducta alimentaria, depresión, intentos de suicidio, autolesiones, ausentismo escolar, como que se retiran de los grupos de pertenencias. O sea, tenemos síntomas a nivel concretamente físicos, emocionales, sociales, los podemos desagregar de distintas maneras.
¿Cuál es la mejor manera de generar una conciencia colectiva?
- Yo creo que tenemos todavía el desafío de construir lógicas más comunitarias, volver a armar un circuito institucional mucho más amplio, ¿no? La idea de la sagrada familia, ¿no? Como la familia puede ser un lugar espectacular de resguardo, y ojalá lo sea en la mayoría de los casos, pero los números dicen lo contrario, entonces creo que hay que generar lógicas más colectivas de cuidado, el cuidado no tiene que estar solo puesto en clave familiar, sino, vuelvo a decir, en clave comunitaria para revertir estas cuestiones. Y de hecho, me encanta introducir el concepto de corresponsabilidad.
Corresponsabilidad significa que todos tenemos una responsabilidad a la hora de cuidar a nuestras infancias, independientemente de que seamos la madre o el padre de ese niño o esa niña. Y eso tiene un sentido, ¿no? Es quitarle el derecho o atropellar el derecho de un padre a una madre. No, al revés, es poner el acento en los derechos del niño o de la niña. No puede ser que, digamos, según lo que te caiga en suerte, de si caíste en el ámbito de una familia cuidadora o no, ese sea tu destino. Por eso hay derechos, por eso hay leyes, porque más allá de lo que te toque al azar, como nacer en tal o cual familia, necesitamos garantizar derechos más allá de estos núcleos de pertenencia azarosa.
¿Cuál es tu opinión del caso Lucio Dupuy?
- Este caso no creo que sea diferente al resto en término... Creo quye fue un caso emblemático donde fallaron muchos circuitos institucionales y donde se actuó bastante en desacorde a la Ley de Protección Integral de los Derechos del Niño, que es la Ley 26.061. Esa ley habla de una protección integral y pone, como te decía antes, el concepto de corresponsabilidad arriba de la mesa. ¿Qué significa corresponsabilidad? Que todas las instituciones tienen un rol, todas las instituciones y todas las personas tenemos un rol a la hora de cuidar a las infancias, en mayor o en menor medida, pero todos tenemos un rol.
Ese niño, Lucio en particular, era un nene que estaba institucionalizado, o sea, que iba a un jardín de infantes, que iba a un centro de salud. Ya había un organismo de protección de derechos participando en el tema porque había habido mucho conflicto entre su madre y su padre. Entonces quiere decir que hubo un montón de actores institucionales que tendrían que haber puesto la mirada en ese niño y no lo hicieron. Por eso fue tan emblemático, porque es claramente un caso donde falló el sistema por todos lados. Y por eso también es importante decir que la ley Lucio es una consecuencia de ese hecho que se leyó con un emblema, que es una ley aprobada absolutamente por consenso, independientemente, o sea, todos los partidos políticos votaron esta ley y dio lugar a la creación de un programa para erradicación de las violencias contra las infancias que obliga que cualquier persona que trabaja en el estado, pero esto se va a hacer más extensivo todavía, conozca sobre la temática de violencia contra las infancias. O sea, el hecho de conocer nos pone de nuevo en tono de corresponsabilidad y nos invita a ser actores amplificadores.
Te hablé de pandemia, pero no te dije por qué hablaba de pandemia, porque ocurre en todos los niveles sociales, en todos los lugares del mundo, independientemente del nivel socioeconómico también, porque a veces existe un prejuicio donde el abuso o los maltratos solo son privativos de la pobreza, hay como una especie de cargar aún más las cintas en la pobreza y pensar que estas conflictivas solo ocurren ahí. La realidad es que los atropellos de los derechos de niñas, niños y adolescentes ocurren en todos los estratos sociales.
¿Qué se le puede decir, sobre todo a las adolescencias, que no se anima a contar lo que les sucedió?
- Yo lo que les digo sobre todos los adolescentes es que reclamen su derecho a la educación sexual integral, que es un ámbito espectacular para que haya conciencia de derechos y por ende conciencia de vulneración de derechos. Muchas veces en el ámbito de clases de educación sexual integral, aclaro entre paréntesis que es un derecho y está contemplado en la ley 26.150, una ley que ya tiene 18 años. En esos ámbitos las chicas se dan cuenta que fueron abusadas, porque muchas veces cuando ocurre en un momento de la infancia donde no te da ni para dialectizar, ni para poder conceptualizar lo que te sucedió, no sos consciente. Y en estos ámbitos donde se conversa, donde se habla de derechos, de reconocimiento del atropello sobre tu cuerpo, sí o no, bueno, aparece la conciencia de abuso. Entonces como acción central para la adolescencia es reclamar el derecho a la educación sexual integral.
¿Y para los adultos?
- Que generemos red, que sigamos como construyendo redes de apoyo y a pesar de la hostilidad que muchas veces nos espera y acá hay claros ejemplos de cómo muchas mujeres sufrieron la revictimización, el señalamiento, el descreimiento... que sigamos como teniendo la valentía de poder decir porque atrás nuestro hay un montón, justamente casi como un hecho como no sólo para autodefenderse y sanar algo de ese proceso sino también pensándolo colectivamente y poniendo la mirada en las infancias que nos siguen. O sea a medida que se repare y se le ponga un límite a semejantes atropellos estamos defendiendo los derechos de los demás, de los más chicos en este caso.
¿Cuál es tu opinión sobre la aplicación de la ESI en las escuelas?
- La ESI me parece una ley que no es sólo una ley de educación sexual integral, literalmente como se la toma, es una ley que bien aplicada, o sea el programa bien aplicado, redunda en empatía, redunda en una sociedad mejor porque es una manera de conocer los derechos propios y los derechos ajenos, y por ende nos pone en tono más empático y siento que es un pilar para construir una sociedad más respetuosa y ahora justo estamos en un momento donde no se está viendo mucho eso. Pero la ley o el programa en sí, a pesar de que tiene una amplia trayectoria, tiene una implementación todavía muy insuficiente, no se da en la mayoría de las escuelas, no se da en la mayoría del territorio nacional, o sea que es una ley que por ahora está bastante en mitad de camino y con muchas obstrucciones socioculturales para implementarla.