Racing es un sentimiento que no se puede explicar. Pero también es un club que lucha contra el olvido y busca la Justicia. Por ese motivo, a 45 años del golpe de Estado, la Academia les restituirá la condición a las socias y socios detenidos-desaparecidos por la última y más sangrienta dictadura militar. También recibirán su homenaje las y los hinchas detenidos-desaparecidos.
Una de esas historias es la de Alberto Roque Krug. Él era uno de esos hinchas que están en las buenas o en las malas. Racing era su pasión. La otra era la militancia. Primero en la Juventud Peronista y, tiempo después, en Montoneros. Cada fin de semana cumplía con la herencia familiar y alentaba a la Academia desde la popular del estadio Presidente Perón, en Avellaneda, flanqueados por sus padres y su hermano.
El 2 de diciembre de 1976, Alberto fue secuestrado en Lavalle al 2200, en Balvanera, junto a cuatro compañeros de militancia, en medio de un operativo ilegal de detención y posterior desaparición forzada. Años después, la Justicia pudo determinar que estuvo en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Tenía 24 años.
Durante esos años, su mamá continuó pagando la cuota de socio de Alberto. Tenía la esperanza de que su hijo, algún día, pudiera volver a alentar a Racing rodeado de su familia y enfundado en sus colores favoritos: el celeste y el blanco.
En tanto, su padre recorrió comisarías, iglesias y Tribunales. Presentó Habeas Corpus en todos lados. Pero en los 70, las puertas se les cerraban a los familiares de los militantes. Nunca obtuvo una respuesta. Falleció cuatro años después. La tristeza de un padre puede ser insoportablemente pesada.
Carlos Krug, el hermano mayor de Alberto, debió soportar el asedio de los militares. Cada semana, un Falcón verde frenaba en la puerta de su casa durante varias horas. Él había dejado la militancia en la JP, pero era delegado sindical en su banco. Con la vuelta de la democracia, la búsqueda de su hermano continuó sin parar.
Hace un año, poco tiempo antes de que el mundo se paralizara por la pandemia de coronavirus, Carlos, el actor Osvaldo Santoro, el periodista Carlos Ulanovsky, Miguel Laborde y Jorge Watts se juntaron para pedirle a Racing la restitución de la condición de socios a los detenidos-desaparecidos. Un tiempo después, el club aprobó la propuesta. Watts, que estuvo detenido-desaparecido durante 1978 en el centro clandestino de detención El Vesubio y fue uno de los fundadores de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, falleció el 3 de marzo de Covid-19. Esto también será un homenaje para él.
En una charla con BigBang, Krug asegura: “La restitución es una emoción muy grande. Saber que a mi hermano lo reivindican nuevamente como socio es muy importante y es una emoción enorme. Para mí, Racing me cumplió al 100 por 100. Y con respecto a mi hermano, esto significa cerrar un círculo en la parte afectiva. Racing era nuestro lugar. Mi hermano era fanático de Racing. Igual que toda mi familia, igual que mi papá... Yo era más tranquilo en ese sentido”.
Y continúa: “Nosotros íbamos a la cancha de Racing desde muy chicos. Mi hermano desapareció a los 24 años. Era muy joven. De chicos veníamos con mis viejos, después veníamos solos y siempre parábamos detrás de donde está la Guardia Imperial. Durante el último año, en 1976, todo era más difícil por un tema de seguridad de él. Pero siempre se la rebuscaba para ir a la cancha y era el lugar donde más lo veía. Teníamos nuestro punto de encuentro y pasábamos dos o tres horas juntos en total”.
“La propuesta de restitución de socios para los detenidos-desaparecidos por la última dictadura militar no nace de la nada, sino que se inscribe en un lazo creciente, y cada vez más potente, entre los clubes y los derechos humanos. O, dicho de otra forma, la construcción de la memoria histórica de la Argentina. Banfield fue pionero en esto en octubre de 2019 y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) avaló en una carta de su presidente los actos reparatorios hacia sus socios. Ferro también lo hizo. Y Racing se suma a esa oleada”, explica Julián Scher, que es coordinador del fútbol femenino de Racing, colaboró con la construcción del Archivo Histórico, es sociólogo y en 2017 escribió el libro Los desaparecidos de Racing, donde contó 11 historias de hinchas de Racing que fueron desaparecidos durante la dictadura militar.
Y sigue, sobre el plan de restitución: “La idea es realizar el acto reparatorio en pocos meses teniendo en cuenta la pandemia y lo que pase con el público en los estadios. El Archivo Histórico de Racing trabaja con toda la seriedad en una investigación muy profunda para encontrar la ficha de la solicitud de socios y los carnets, que permiten acreditar la condición de socios de los compañeros detenidos-desaparecidos”.
En tanto, Krug rememora su historia con Racing y cuenta: “Mi hermano y yo nos hicimos socios en 1964. Yo tenía 13 años y Alberto 12. En mi caso, Racing es mi vida. Tenía 13 años y estoy por cumplir 70, así que es toda una vida en el club. Toda una vida y desde distintos aspectos, no sólo desde lo deportivo”.
Y completa: “Mi hermano fue secuestrado en el 76 y yo volví a la cancha en 1977. Fue un momento difícil, muy difícil. Y una cosa inexplicable porque yo venía con mi viejo. Entonces mi papá decía que me traía a la cancha para entretenerme y yo decía que lo traía para que él se olvide un poco del tema de mi hermano. Mi viejo falleció muy joven, a los 69 años, en 1980 por todo lo que sufrió después de la desaparición de mi hermano”.
Para finalizar, Krug habla sobre Rosa, su madre, y relata: “Y mi vieja siguió pagando la cuota de socio de mi hermano por muchos años porque nunca asumió que estaba muerto. Después del fallecimiento de mi viejo, mi mamá empezó a ir a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo y ahí parece como que se dio cuenta lo que le había pasado a su hijo. Pero, te puedo jurar que ella murió sin asumir que mi hermano estaba muerto. Ella siempre supo que estaba desaparecido, pero nunca pudo asumir su muerte”.
En cuanto a los datos que Racing comenzó a recolectar, Scher cuenta: “Durante el primer fin de semana llegaron más de 20 mails dando cuenta de algunos datos de detenidos desaparecidos. Por mi parte, puse a disposición mi base de datos, que constaba con cerca de 30 nombres. Se deberá desgranar quiénes eran socios y quiénes no. Y los detenidos-desaparecidos que eran hinchas también serán homenajeados, con un diploma de honor. En toda esa tarea está el Archivo Histórico del club”.
Esta decisión de Racing se suma a la de homenajear a las víctimas del fusilamiento que ocurrió el 22 de febrero de 1977 en una de las puertas del Cilindro de Avellaneda, el estadio de la Academia. En ese sentido, Scher explica: “Esa madrugada, en pleno despliegue del proceso genocida llevado adelante por la última dictadura militar, fueron fusiladas seis personas contra uno de los portones del estadio de Racing”.
Nunca se supo quiénes eran esas personas. Tampoco quienes fueron los autores intelectuales y materiales de la masacre. Según investigaciones, era jóvenes que tenía entre 18 y 24 años, además de un hombre de 40. En 2019, el colectivo de hinchas Memoria Racinguista, pintó un mural frente a la puerta 19, sobre la calle Colón, donde se supone que se hicieron esos fusilamientos esa madrugada.
Hoy, además del mural, en las afueras del estadio hay un cartel que colocó la Municipalidad de Avellaneda donde se lee: “el 22 de febrero de 1977, la dictadura cívico militar fusiló a 4 hombre y a 2 mujeres en las inmediaciones de este estadio, sus cuerpos aún no han sido identificados. Presentes ahora y siempre”.
Racing recorre el camino de la historia. Racing se transforma en un sentimiento que lucha contra el olvido. Con la restitución de los socios detenidos-desaparecidos y el homenaje a los hinchas, la Academia se convierte en un club aún más grande. Un club que es de todos sus socios. Un club que mira la historia de Argentina.Un club que grita desde sus tribunas ¡Nunca más!. Un club que sabe que la memoria, la verdad y la Justicia son las condiciones necesarias para vivir en una sociedad más justa.