por Gisela Nicosia
03 Agosto de 2015 03:39Muchas mujeres se muestran sexualmente insatisfechas por el uso de viagra en sus parejas porque aseguran que son encuentros programados. Toman la pastilla azul para tener sexo y nada es espontáneo. Ante esto se lanzó Magnus 36, un complemento para que los hombres sean espontáneos con ellas y logren llevarlas a la cama.
La espontaneidad en la cama es un condimento difícil de conseguir en el estilo de vida actual. Las presiones, el estrés y otras variables pueden alterar esa “chispa” que mantiene el vigor sexual en la pareja. Las mujeres son más sensibles a los cambios y pueden verse afectadas por las tensiones y los hombres, con su falta de conquista, no saben estimularlas.
Ellas quieren gozar.
La búsqueda del príncipe azul que incluya un buen rendimiento entre sábanas es tan utópica como la idea de encontrar una aguja en un pajar. Afortunadamente el problema de la falta de erección se solucionó, casi en su totalidad, con la ayuda de la aparición del viagra.
Hace poco más de una década, la aparición del sildenafil revolucionó la sexualidad por su eficacia para hacer que el varón se sintiera plenamente seguro. Para no tener problemas de erección, debía tomar un comprimido en ayunas, como mínimo entre 30 y 45 minutos antes de la relación, y durante aproximadamente 4 horas podía esperar que todo funcionara según lo esperado. Para el caso de una versión aggiornada para ellos llegó Magnus 36, que estimula al hombre a que en esas 36 horas pueda tener relaciones de manera menos “preparada” y hasta incómoda porque se debe espera 30 minutos luego de la toma del comprimido y en algunos casos la llama se apaga.
La famosa ”pastillita” azul de los hombres.
El componente principal del Magnus 36 es el tadalafilo que se produce la excitación y el placer sexual gracias a una intensa dilatación de los vasos sanguíneos en el área genital.
Un mundo de sensaciones, un mundo de vibraciones
Más allá de que la eficacia del comprimido, el sexólogo Juan Carlos Kuznesof insistió en que “es muy importante preguntarse cuál es el estado emocional en que se toma la pastilla”. “No está mal que los médicos receten un medicamento cuando se les acerca un paciente con un problema en su vida sexual, pero también es muy importante que traten de entender todo lo que implica la parte afectiva de la sexualidad”, afirmó.
Algunas prefieren los juguetes para aumentar el placer.
En la relación sexual, se ponen en juego la posibilidad de expresarse con manifestaciones que son previas al lenguaje, que nos conectan con sensaciones experimentadas en la primera infancia, y que tanto pueden dar lugar a las emociones más profundas, como así también a los temores más arraigados.