por Gisela Nicosia
12 Septiembre de 2016 09:11
El juego de las tumbas. Creer o reventar, pero la preocupación invade a los padres de algunos adolescentes. Se trata de un entretenimiento que se difunde por Facebook e invita a los jóvenes a recorrer los cementerios para cumplir con un ritual que invoca a los muertos. En diálogo con BigBang, el padre Manuel Acuña, revela cómo es el macabro juego.
El juego de las tumbas: el nuevo y peligroso entretenimiento de los jóvenes.
El paso a paso macabro
“Consiste en formar un círculo alrededor de una tumba con un texto en el centro. El mismo está siendo compartido en Facebook. Al comenzar las invocaciones específicas de ese libro, tomados de las manos, se comienzan a escuchar sonidos provenientes del lugar o incluso desde adentro del círculo”, resume Acuña, quién por primera vez revela paso por paso para conocer la trama oculta de este falso juego inocente.
El sacerdote, especialista en exorcismos, asegura que los adolescentes tienen en su fantasía el deseo de “querer despertar a un muerto”. Según Acuña, los jóvenes comienzan con menor edad a experimentar con la uoija, para tener contacto con el "más allá" debido a su interés por conocer el mundo.
El sacerdote Acuña debió hacer un exorcismo múltiple.
“La ouija es un contacto, una superación. Ver que hay más allá. Ahora en Facebook, en distintos grupos cerrados se difunde este juego que es mucho más que un contacto, puede ser muy peligroso” asegura.
"Este juego, que se difunde por Facebook, puede ser muy peligroso
La curiosidad sobre lo esotérico de parte de los adolescentes y el interés en mantener contacto con el más allá no es algo infrecuente. El religioso suma que “en la adolescencia se intenta comprender el mundo y probarse a sí mismo en la resistencia frente al miedo. Saben que se espantaran por algo pero igual intentan ver qué les pasa”, dice.
Las jóvenes sufrían ataques de pánico y se mostraban agresivas.
En marzo de este año, familiares de unas jóvenes, de entre 14 a 16 años, lo consultaron. Manifestaron que las adolescentes sufrían de espasmos, caías al suelo, y sentían como una presión muy grande sobre ellas y con el paso de los días se agravaba la situación. “Las jóvenes luego de una semana de haber realizado el juego de las tumbas confesaron lo que ocurrió. Sus padres las llevaron a distintos médicos, pensando que tendrían alguna complicación de salud pero finalmente evaluaron realizar un exorcismo”, afirmó.
Las jóvenes estaban agresivas, irritables y molestas "por la presencia de los espíritus", según dijeron.
“Lo llamativo es que los ataques no los sufrían todas a la vez, sino que primero tenía síntomas unas de ellas, luego la otra. No hacía falta que estén juntas, donde estén le sucedía. Esto se denomina en transferencia de espíritus. Y las jóvenes sufrieron una posesión colectiva hecha con un solo espíritu”, señaló. Por la dimensión del problema que sufrían, en el exorcismo participó un grupo de liberación, de la Escuela de Exorcismo Argentina, Evaglio Póntico.
En el exorcismo participó un grupo de liberación de la Escuela de Exorcismo Argentina.
Cosa de brujas
“Los padres al no creer en nada, las llevaron al médico, averiguaron si había una disfunción cerebral, no la llevaron al psicólogo, le ofrecieron ir a una bruja porque le habían dicho que era una brujería y menos mal que no lo hicieron. Hubiera sido peor, porque el brujo liga más con lo oscuro”, contó Acuña y como consejo, les pidió a las jóvenes que realicen “una vida coherente”. “Como si fuera una enfermedad por la que nos diagnostican medicamento, les aconseje ir a la iglesia, no jugar más, tomar los sacramentos y no ver películas de terror. Evitar el contacto con un mundo que no sólo es conocido por ellas, sino que las conocen también”, finalizó.
Charly-Charly fue furor el año pasado. Los jóvenes decían hablar con los espíritus.
Para el sacerdote no hay que minimizar lo que significa cuando “el miedo habilita”. Y advierte a los padres que estén atentos sobre qué temas leen sus hijos, a qué le temen, qué curiosidades tienen, cómo es su grupo de pertenencia y de qué hablan. Los textos de fantasía que son tomados como humorísticos o sin sentido, advierte Acuña, pueden ser más peligrosos e incluso son utilizados por brujos.
