15 Septiembre de 2016 07:31
Antes y después de que arribaran los 250 kilos de pseudoefedrina que permanecían desde 2011 en el aeropuerto de Ezeiza y cuya presencia fue denunciada por el suspendido titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, hubo otros ingresos precursor químico, de 885 kilos, que superaron sin inconvenientes los controles.
Ahora, la duda que buscan revelar en la Justicia es por qué se frenó la operación de los 250 kilos y no las otras. Se trata de 885 kilos que accedieron al país por medio de cuatro importaciones. Dos se registraron antes y dos después de la operación de la firma Chemo, del empresario Hugo Sigman.
Días atrás identificaron en Ezeiza los 12 barriles de pseudoefedrina incautados en 2011.
Según La Nación, la primera importación se registró el 6 de junio de 2011. Primero lo hizo Laboratorios Duncan, con 35 kilos. Luego, Laboratorios Phoenix, con 400 kilos. En ambos casos no hubo complicaciones. Días después llegó el freno a los 250 kilos que permanecieron en Ezeiza. Y el 17 de junio, Laboratorios Casasco tramitó la entrada de 150 kilos. El 23 de junio de ese año, la firma Monte Verde SA ingresó otros 300 kilos.
Así, las hipótesis sobre lo que podría haber ocurrido no son pocas. La Justicia investiga por qué si los funcionarios de la Aduana detectaron irregularidades no hicieron la denuncia. La versión de Sigman apunta a errores o datos incompletos en los documentos que acompañaban el cargamento. Así, el agente de transporte aduanero no informó a la Sedronar, y la Aduana detuvo la operación.
Ahora la Justicia investiga por qué se frenó el cargamento de esos 250 kilos y no otros 885.
Según Sigman, para retirar la mercadería habría que haber pagado abogados que resultarían más costosos que los 250 kilos de pseudoefedrina, que manifestó que tuvieron un valor de 16.250 dólares. Otra de las hipótesis apunta a los agentes aduaneros y un posible intento de coima para destrabar la mercadería.
En una tercera línea de investigación, que también apunta hacia la Aduana, se plantean si no trabaron la mercadería con el objetivo de filtrar parte en el mercado negro. Ocurre que si bien el valor era de 16.250 dólares, en el mercado negro podría superar el medio millón de dólares.
Hugo Sigman, el dueño de la pseudoefedrina que fue incautada en el aeropuerto de Ezeiza.
Las diferencias entre los papeles de los 885 kilos de pseudoefedrina que sí ingresaron al país y los 250 que quedaron trabados en Ezeiza son centrales. Las operaciones exitosas fueron provenientes de la India, mientras que la fallida, desde Suiza. Los laboratorios que no tuvieron inconvenientes informaron que se trataba de “importación a consumo con documento de transporte”, mientras que el caso de la que permaneció incautada, figuraba como “de transbordo”.