La lucha contra el coronavirus da pie a todo tipo de teorías sobre la forma de combatir la enfermedad. Algunos rumores afirman que la luz ultravioleta (UV) y la vitamina C pueden usarse como tratamientos médicos contra la COVID-19.
El hecho es que los expertos no han encontrado suficiente evidencia científica de que las dos variantes puedan ayudar a las personas a combatir el nuevo coronavirus. Y en uno de los casos hasta puede resultar perjudicial para la salud.
Fue el propio presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien en una conferencia de prensa sugirió que debería experimentarse con la UV en el cuerpo humano. También dijo que se debería probar con la ingesta de desinfectantes.
"Nos gustaría informar al público que no hay protocolos para aconsejar o permitir el uso seguro de la luz ultravioleta directamente en el cuerpo humano en las longitudes de onda y las exposiciones comprobadas para matar eficazmente un virus como el SARS-CoV-2", aseguraron en un comunicado conjunto la Asociación Internacional de Ultravioleta y RadTech North America.
Los científicos creen que la luz UV es bastante peligrosa si se usa directamente en el cuerpo humano.
"La radiación UV puede causar irritación en la piel y dañar los ojos", dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"No es seguro usar desinfectantes UV en su cuerpo", advirtió la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU.
"Durante años, hemos usado UV en el aire, las superficies y en habitaciones de los hospitales, sin humanos en la habitación", dijo a USA Today Jim Malley, experto en luz UV y profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de New Hampshire.
"Nos protegemos en el laboratorio con protectores faciales y guantes para mantener los rayos UV lejos de nuestros ojos y nuestra piel", agregó.
Además, los expertos se mostraron escépticos sobre la irradiación de sangre UV (UBI), que implica extraer una medida de sangre y exponerla a la luz UV.
El UBI es "un tratamiento invasivo en el que muchas cosas podrían salir mal", escribió en abril Edzard Ernest, profesor emérito de la Universidad de Exeter, y agregó que "faltan por completo" ensayos clínicos sólidos sobre el UBI.
En cuanto a la vitamina C, muchos científicos han sugerido que hay menos evidencia de que otorga inmunidad contra el virus o alivia los síntomas para los pacientes con COVID-19 que reciben una dosis alta.
William Schaffner, profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en el estado estadounidense de Tennessee, dijo al New York Times que no hay evidencia que sugiera que los suplementos de vitamina C puedan ayudar a prevenir la COVID-19.
"Si va a haber una ventaja, será muy modesta", indicó.
Además, aún no hay resultados disponibles sobre el ensayo clínico lanzado el 11 de febrero por investigadores del Hospital Zhongnan de la Universidad Wuhan de China para evaluar la eficacia y seguridad de las infusiones de vitamina C para el tratamiento de pacientes con COVID-19.
Según informes de los medios en abril, Charles Mok, un médico de 56 años de Michigan que afirmó en múltiples videos que las infusiones de vitamina C supuestamente reducen la severidad de los síntomas y la duración de la enfermedad, así como que aumenta la inmunidad de aquellos que tienen alto riesgo de contraer COVID-19, ha sido acusado de fraude en la atención médica y conspiración.