08 Junio de 2017 13:29
Cientos de consultas, la recomendación de un grupo de psicólogos y psiquiatras y hasta la convocatoria de un grupo de documentalistas mexicanos que lo contactaron para tenerlo en un especial que producían. El folleto con su teléfono se viralizó rápidamente y miles de personas corrieron a consultarle a Alberto por sus “clases de Spinner”, el famoso juguete que es furor en la Argentina.
La imagen se viralizó rápidamente en las redes sociales, pero Alberto dice que es falso.
Alberto -prefiere no dar su apellido- le cuenta a BigBang que las últimas horas fueron un verdadero calvario. Debió desinstalar el Whatsapp de su teléfono por la gran cantidad de consultas que recibía a pesar de que nada tiene que ver. “No tengo idea de ese juego, alguien puso un cartel, le sacaron una foto y lo viralizaron”, aclara el hombre de 67 años.
Alberto se dedica a la informática y desconoce quién podrá ser la persona que le jugó la broma pesada por la que ahora recibe cientos de llamadas a diario y una gran cantidad de mensajes. “No me insultan, todo lo contrario: todo el mundo quiere tomar clases de Spinner, me piden que les haga un hueco de horario, están muy entusiasmados, sobre todos los padres, porque tengo entendido que hay chicos con autismo que utilizan el juguete”, señala.
El juego es furor en la Argentina y hasta el presidente Macri se sumó al desafío Spinner.
Según el folleto, el juguete “quita la ansiedad” y “ayuda a adelgazar”. Se ofrecen “prácticas al aire libre”, “descuento a grupos” y “clases especiales a jubilados”. Si bien la imagen ya se había difundido en las redes sociales y Alberto ya había recibido una gran cantidad de llamados, esta tarde ocurrió algo muy particular: el ministro de Modernización porteño, Andy Freire, publicó en su cuenta de Instagram la foto, con una frase más que llamativa: “¡Un emprendedor genuino!”.
“No lo conozco a Freire, no sé de dónde lo habrá sacado. Pero esto corre rápido por las redes sociales”, se quejó el hombre de 67 años ante BigBang. Incluso, aclara que ni siquiera sabe cómo se utiliza el juguete del que habla todo el país en las últimas horas. “No me da para ir a dar clases de esto”, se ríe.
Lo curioso es el grado de aceptación que tuvo el falso folleto. Según Alberto, lo llamaron “de todos lados”: “Hay un foro de psicólogos y psiquiatras que me recomendaba. ¿Cómo un psiquiatra o psicólogo puede recomendarme si ni siquiera me conoce? Es una barbaridad”, se queja el hombre. Incluso, de varios medios de comunicación lo contactaron, pero lo más insólito fue el llamado que recibió desde México: “Querían entrevistarme para un documental”.