13 Junio de 2021 08:00
A mediados de mayo, el Senado hizo “historia” al sancionar de manera virtual una ley que actualizó la regulación de la Cruz Roja y su vínculo jurídico con el Estado Nacional, en medio de la ardua labor de la institución por colaborar, combatir y prevenir el avance de la pandemia de coronavirus mientras seguía luchando contra otras complicadas enfermedades como el Dengue.
Diego Tipping, presidente de Cruz Roja Argentina, le había explicado a este portal que, por ejemplo, la Cruz Roja capacita en primeros auxilios “a más de 50 mil personas” por año. También detalló que aquella norma sancionada en el Senado establecía la colaboración de la Cruz Roja Argentina con las autoridades del Estado Nacional, las provincias, la Ciudad de Buenos Aires y los municipios en situaciones de desastres o emergencias públicas.
También dispone la autorización a la institución para desarrollar actividades de carácter humanitario en todo el territorio, y encuadra en la Ley 25.855 de Voluntariado Social, la prestación de servicios de los voluntarios de Cruz Roja: “La ley declara la inembargabilidad e inejecutabilidad del patrimonio de la Cruz Roja Argentina y los fondos provenientes de donaciones”.
Entre los beneficios, la norma permite la gratuidad en los procesos judiciales en los que intervenga como parte actora; la asignación de espacios gratuitos de publicidad en medios de comunicación que integren el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos; y la exención del pago de peajes para vehículos y ambulancias de la Cruz Roja.
Cabe destacar que la Cruz Roja mantiene actualmente un muy importante papel en la lucha contra el coronavirus. De hecho, llevó a cabo un teletón “Unidos por Argentina” en la primera semana de abril de 2020 que, junto la campaña “Argentina nos necesita”, recaudó -según le detalló Tipping a este portal- 91.8 millones de pesos a base de donaciones.
Con ese dinero, la Cruz Roja compró miles de insumos médicos para combatir la pandemia de coronavirus: unos 50 mil protectores faciales, 50 mil antiparras y 300 mil barbijos, 2.000.000 de guantes de nitrilo, 5.000 guantes de látex, 200.000 camisolines hidrorepelentes y se realizaron obras de ampliación de un centro de monitoreo remoto.
En medio de este contexto, el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina presentó un estudio en colaboración con la Fundación INECO, en el que advierte que los niños fueron los principales afectados por la pandemia, tanto en el plano educativo como socioafectivo. De acuerdo con el informe, los chicos entre los 4 y 5 años fueron los más golpeado por el encierro y suspensión de las clases presenciales.
Sin ir más lejos, desde el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina señalan que este rango etario de jardín de infantes manifestó dificultades a la hora de expresar sus emociones, la concentración, la conducta o la capacidad para relacionarse con los demás en medio de esta pandemia. La investigación se realizó en 20 provincias del país, con la participación en el relevamiento de datos de Scouts Argentina.
El documento detalló que los 9 de cada 10 padres de niños de entre 4 y 13 años afirmó en marzo de 2020, poco antes del inicio de la pandemia, que sus hijos asistían todos los días de la semana a la escuela. “Esta frecuencia se ve condicionada por el nivel socioeconómico de cada hogar, siendo aquellas familias con mayores problemas económicos las que los niños y niñas tienen más dificultades para asistir a la escuela”, advirtió el informe.
Pero con la llegada del COVID-19 al país, ese número se redujo drásticamente: el 48% de los padres señaló que el confinamiento afectó la continuidad escolar. El 22% sostuvo que la escuela mandó excesiva tarea y que eso afecto la continuidad escolar. Otros (el 16%), en cambio, advirtieron que la continuidad pedagógica se vio afectada por diversos problemas de conectividad a la hora de presenciar los Zooms educativos.
Tipping resaltó que la virtualidad "exigió un esfuerzo extra a todas las partes". "La tarea de las instituciones educativas, los docentes y los padres fue fundamental para evitar un impacto negativo mayor de la pandemia sobre la escolarización. Prácticamente la totalidad de los padres consideran que la relación entre la familia y la escuela es buena y se sienten acompañados".
A pesar de esto, explicó que el 8% de los padres señala que sus hijos o hijas "tienen alguna dificultad en aspectos como las emociones, concentración, conducta o capacidad para relacionarse con otras personas desde que la pandemia llegó al país”. Según el informe, las dificultades socioafectivas de los chicos están relacionadas a la ansiedad, el ánimo decaído, menor concentración y problemas de conducta.
En ese sentido, Teresa Torralva, presidente de Fundación INECO, detalló: “Aquellos padres de niños y niñas cuya continuidad escolar se vio afectada en este contexto de pandemia, reportaron más dificultades emocionales. Sin embargo, el nivel de resiliencia reportó ser estable a pesar de estas condiciones, pudiendo considerarse un factor protector en este escenario”.
El mes pasado, el presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Francesco Rocca, y el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja hicieron un llamamiento a los Estados y a las empresas farmacéuticas para que se avance a una solución frente a la desigualdad en el acceso a las vacunas.
En este sentido, alertaron sobre la importancia de acelerar, bajo la custodia de la Organización Mundial del Comercio (OMC), las negociaciones relativas a la propiedad intelectual y a otras barreras que impiden intensificar la escala de producción de vacunas en todo el mundo. "Alentamos a los Estados a que consideren todas las medidas posibles para impulsar la producción, la distribución y el acceso equitativo a las vacunas contra la Covid-19", señalaron.
Al mismo tiempo, Rocca, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, advirtió: "En medio de la peor pandemia de los últimos 100 años, la exención de la propiedad intelectual para las vacunas contra la Covid-19 es un compromiso político necesario para atender desigualdades en el acceso a la escala y la velocidad que precisamos".
Mientras que Rocca también destacó: "Los 50 países más pobres del mundo representan el 2% de las dosis administradas a nivel mundial. Los 50 países más ricos están vacunando a un ritmo 27 veces superior al de los 50 países más pobres. África representa el 14% de la población mundial y, sin embargo, apenas el 1% de las dosis administradas".