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Asesinaron a la mujer que denunció punteros vinculados a Hebe

Marcela Díaz quedó envuelta en una balacera entre dos bandas narco del barrio ubicado detrás del elefante blanco. Había denunciado a la Comisaría 48 por complicidad con los traficantes. Era testigo en una causa contra el hijo de un puntero que trabaja para la fundación que preside Hebe de Bonafini. “Me van a terminar matando”, había anticipado.

21 Julio de 2015 03:35
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Marcela Díaz murió el sábado pasado al quedar en medio de un tiroteo entre dos bandas narco que se disputan el territorio del barrio ubicado detrás del edificio Elefante Blanco, en Villa Lugano, donde manda Rubén “Pocho” Brizuela. La mujer había denunciado la complicidad de la Comisaría 48 de la Policía Federal y las bandas que operan en la zona. “Me van a terminar matando”, había anticipado en su última entrevista.

Según reveló Perfil.com, Díaz era testigo en una causa, que en su momento denunció como “armada” por el hijo de Brizuela, contra su pareja, Raúl Contreras. El hombre, que trabajó durante años como chofer en la fundación Madres de Plaza de Mayo, estuvo detenido por “intento de homicidio simple y amenazas agravadas por el empleo de armas de fuego”. A pesar de que la Justicia siempre le negó la excarcelación, Contreras fue sobreseído luego de dos años . 

El edificio del Elefante Blanco, en Lugano, fue testigo de la balacera del sábado pasado.

En su libro El negocio de los derechos humanos, el periodista Luis Gasulla había recogido el testimonio de Díaz, quien relató los negocios cruzados entre los punteros del barrio, Sergio Schoklender y la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Su testimonio fue clave debido a que la mujer trabajó durante años en el departamento de Compras de la empresa Sueños Compartidos.

ANTECEDENTES

La casa de Díaz en Lugano ya había sufrido un atentado en abril de 2011, luego de sus denuncias por el desvío de fondos en la fundación que preside Bonafini. Dos meses después de ese episodio, cuando Díaz se dirigía al juzgado para presentar pruebas sobre el incidente, cuatro hombres la bajaron del colectivo en el que viajaba y le robaron la mochila. Llevaba documentación fotográfica que mostraba al hijo de Brizuela disparándole a su casa y fotocopias de cheques por 84 mil pesos que habría recibido la jueza María Gabriela Lanz, a cargo de la causa contra su pareja. 

Las pruebas que había presentado ante la Justicia por las denuncias contra su marido.

“ME VAN A TERMINAR MATANDO”

En la última entrevista que le concedió a Perfil.com, Díaz confesó que tenía miedo de que la asesinaran. La ex trabajadora de la fundación Sueños Compartidos creía que los propios narcos que había denunciado terminaron comprando “testigos truchos” para armar la causa contra su esposo. Para enfrentar al poder, la ex empleada de la fundación de Bonafini se había armado un perfil apócrifo para continuar con sus denuncias contra los traficantes del barrio.