Este jueves la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó la venta de los barbijos Atom Protect, de uso común fabricados por la pyme “Kovi” y desarrollados por un grupo de investigadoras de la Universidad Nacional de San Martín y el Conicet. Se trata de un desarrollo importante, ya que funciona como “barrera” e impide el paso del virus que provoca el Covid-19.
Los barbijos ya se encontraban a la venta desde hacía varias semanas, tal como anticipó el mes pasado BigBang. Sin embargo, hasta ahora no tenían la autorización de la ANMAT que certifique que su uso puede prevenir el contagio de coronavirus. El elemento de protección cuenta con tres capas, una antibacterial, otra antiviral y una antihongos, que impiden el paso del Sars-Cov-2.
La gran novedad es que a diferencia del resto de los barbijos este desarrollo realizado en conjunto por la pyme bonaerense ubicada en Lomas del Mirador e investigadoras del Conicet y la Universidad Nacional de San Martín impide el paso de cualquier tipo de virus. Además, pueden utilizarse hasta ocho horas sin ningún tipo de recambio y pueden lavarse y reutilizarse hasta 15 veces sin perder sus propiedades.
TRES CAPAS PROTECTORAS
El barbijo tiene un diseño de tres barreras de protección que impiden el paso del virus: la primera frena el ingreso y egreso de fluidos (impermeabilizante), la segunda es de protección sanitizante y la tercera también está embebida en sanitizantes y absorbe la humedad del habla y la respiración, al tiempo que destruye gérmenes emitidos por el propio usuario.
La historia nació meses atrás, cuando el barbijo o tapabocas comenzó a ser obligatorio en todo el país para evitar la expansión del virus. La fábrica textil se encontraba en pleno desarrollo de toallas que repelan los malos olores cuando la pandemia sacudió a toda la industria. En medio de la crisis, surgió la idea de desarrollar un barbijo que además de eliminar patógenos y hongos, sea capaz de repeler al nuevo coronavirus. Cada uno por unidad se consigue a $324.
“Es una solución real a un problema concreto, a costo argentino y con industria local”, señaló a BigBang el CEO de Kovi, Alan Gontmaher. El desarrollo científico estuvo a cargo de un grupo de investigadoras del Conicet que a su vez conformaron un grupo de trabajo con las científicas Griselda Polla, Ana María Llois y Roberto Candal, que junto a cinco becarios trabajaron en la iniciativa y el desarrollo de nanotecnología para la fabricación del barbijo.
“En 30 días lo tuvimos, después vinieron las pruebas de laboratorio bacteriológicas, con fungicidas y se hicieron correcciones”, sostuvo Gontmaher a BigBang. “La idea es que solucione el problema de la población en general, no está destinado a profesionales de la salud, que utilizan barbijos descartables”, sostuvo el empresario, quien remarcó que el objetivo de este tipo de tapabocas es para el uso cotidiano en trabajos, transporte público o para ir al supermercado.
-¿Cómo funciona?
Destruye al coronavirus desde su ADN, no importa la cepa. También destruye al virus de influenza. Lo destruye en términos generales, también ataca a bacterias y hongos.
-¿De qué forma?
El virus es un pedazo de ARN. Se interfiere para que no tenga capacidad de reproducirse y pierda la capacidad de infectar, porque se introducen partículas de células sanas.
-¿Dónde está el secreto?
La tela es un material convencional. El secreto está en el producto que es embebido, del que no puedo dar detalles. Básicamente se impregna en tintorería y el producto queda fijado.