Futuro Vegetal dio la nota, una vez más. Esta vez irrumpieron en la super mega mansión que Lionel Messi compró en 2022. El inmueble quedó totalmente vandalizado: cubierto de pintura roja y negra.
Los activistas del clima fueron claros, quisieron concientizar sobre "la responsabilidad de los ricos en la crisis climática". Y con la performance realizada en la casa del rosarino no erraron: compró la casa por unos 11 millones de euros a un empresario suizo.
La casa de Messi cuenta con un sauna, una sala de cine y un spa distribuidos en 568 metros cuadrados, en un terreno de 16.000 m² y por eso la consigna fue: "Ayudá al planeta, comete un rico. Abolí la policía".
Los videos son espectaculares: jóvenes corren con extintores con pintura roja y negra llenando de color las paredes inmaculadas de la casa de Lio. Luego, se tomaron fotos y las publicaron en sus redes sociales oficiales: "Actuamos. Tintamos la mansión ilegal de Messi en Ibiza".
Además, explicaron: "Mientras esto sucede, solo en Baleares han muerto entre 2 y 4 personas como consecuencia directa de la ola de calor. El 1% más rico de la población es responsable de la misma cantidad de emisiones de carbono que los dos tercios más pobres".
Futuro Vegetal es reconocida por realizar este tipo de provocaciones con la única finalidad de generar conciencia sobre el ecologismo y el ambientalismo: "Esto solo es posible por el sostenimiento por parte de los poderes públicos de un sistema económico-social que atenta contra la vida", comunicaron.
Además, llamaron a la reflexión política: "Mientras que la extrema derecha culpa de la crisis a las migrantes y demuestra una extrema violencia contra ellas, quienes luchamos por un mundo mejor tenemos claro que el problema es la desigualdad social. Atajemos los problemas de raíz".
Más sobre Futuro Vegetal
En 2022 tuvieron su intervención más viral: fueron en patota al Museo del Prado y allí pegaron con una especie de plasticola sus manos a los marcos de las obras de arte de Francisco de Goya.
Una de sus últimas intervenciones fue en un super yate en Ibiza que pertenece a la multimillonaria Nancy Walton Laurie, una de las herederas de Walmart. Allí también desplegaron pintura sobre el yate y fueron tendencia.