La historia de ATAV te tiene atrapado, o atrapada. O tal vez ATAVado o ATAVada. Lo sabemos bien: las notas sobre la serie son, de un tiempo a esta parte, las más leídas de BigBang. Las historias de Bruno, Torcuato, La Polaca y Lucía te tienen en ascuas, y estás pendiente del salto temporal que está por producirse en cualquier momento. Lo que tal vez no sabías es que, muchísimo antes de que la serie llegara al Trece, existía un proyecto con el mismo nombre. Y que en ese proyecto, la participación de Vicuña no sólo era necesaria, sino absolutamente imprescindible. Y a tal punto lo era que -primicia exclusiva- en el primer ATAV la V corresponde precisamente a la participación de Vicuña. Para decirlo con claridad: podía faltar cualquiera en el elenco, excepto Vicuña. Porque sin Vicuña no había ATAV posible.
Lo que te vamos a contar te sorprenderá: es la historia de ATAV antes de ATAV. O, cómo dice el título, por qué Vicuña estuvo desde el primer momento. La historia de ATAV -o, mejor dicho, de ATAV antes de ATAV, no empezó en Buenos Aires, sino en Bolivia. Es que ATAV (arte del tejido en alpaca y vicuña) es (según se autodedinen), "un grupo de artesan@s [que] realizamos tejidos, bordados y diseños en alpaca y vicuña", que ofrece "variedad de mantas en varios colores y modelos con hermosos diseños y bordados con propuestas innovadoras".
En diálogo con BigBang, la artesana Miriam Gómez explica en qué consiste su ATAV: "Nosotros realizamos la prenda desde cero, osea desde que se tiene la lana en bruto, por el momento estamos trabajando de entre cuatro a cinco personas". Si querés comunicarte por Facebook con ellos, podés entrar acá.
"Mi madre, que es la principal impulsora de esta idea de negocio, es nacida en la provincia Ingavi, actualmente nos encontramos trabajando en la provincia Murillo en la ciudad de La Paz", explica Miriam. En la página del ATAV de ella, formulan una aclaración paradójica: "La lana más cara del mundo (la de vicuña) no es lana sino una fibra animal, ya que sólo las ovejas dan lana".
Miriam desconocía por completo la existencia de la serie televisiva argentina. "No sabíamos de su existencia: lo acabamos de buscar y sí nos sorprende la coincidencia la verdad: nos enteramos a través de usted", cuenta. Tanto mayor es su sorpresa cuando se entera de que uno de los protagonistas de la serie es un actor chileno llamado... ¡Benjamín Vicuña!
-Oooh, ¡qué curioso la verdad...! ¡No tenía idea de eso! -reconoce, absolutamente sorprendida.
Los precios de las mantas del ATAV boliviano difieren según la fibra elegida: arrancan desde los U$S 80 (alpaca) y llegan nada menos que hasta los 2500 dólares (manta de vicuña).
"Cada pedido es una bendición", admite Miriam.
Desde aquí, invitamos a Benjamín Vicuña, pilar de uno de los ATAV, a comprarle una manta de vicuña a las dueñas del otro ATAV, ya que seguramente puede hacerlo, podrá abrigarse de una manera elegante y protagonizará una gran anécdota.