02 Mayo de 2018 10:25
Durante sus años como estrella de Hollywood, brillando en filmes como Desayuno en Tiffany's, Sabrina y Mi Bella Dama, el encanto de Audrey Hepburn residía principalmente en su aparente fragilidad y vulnerabilidad.
Audrey Hepburn es una de las bellezas más legendarias de la historia del cine.
Sin embargo, detrás de esa fachada se ocultaba un espíritu fuerte y valiente, que la llevó a colaborar activamente en la resistencia contra los nazis en Holanda.
Pequeña valiente
Nacida en Bruselas (Bélgica), Audrey tenía sangre aristocrática: su madre, la holandesa Ella Van Heemstra, era baronesa. Luego del divorcio de su padre, el inglés Joseph Ruston, ambas partieron a la tierra de los tulipanes y los molinos de viento.
Y aunque Ella estaba convencida de que Holanda permanecería neutral durante la Segunda Guerra Mundial, la sombra nazi llegó en 1940, cuando Alemania invadió el país.
Van Heemstra, en principio, había simpatizado con la Unión Británica de Fascistas. Sin embargo, pronto cambió de idea y empezó a colaborar activamente con la resistencia contra los alemanes. Audrey, por su parte, se sumaba desde el universo que mejor conocía: el arte.
Audrey junto a su madre, la baronesa Ella von Heemstra.
Así, entrenada en danzas clásicas, la futura actriz -que en aquel entonces tenía apenas 11 años- actuaba en veladas de ballet organizadas por su madre que servían para recaudar fondos en apoyo a la guerrilla anti-nazi.
Audrey, además, llegó a encarar una tarea mucho más peligrosa: transportaba dinero e información clave de la resistencia en notas que escondía en sus zapatos de bailarina.
Un dolor imborrable
"Si hubiéramos sabido que la ocupación iba a durar cinco años, nos habríamos suicidado", declaró con brutal honestidad la actriz años después. "Pensábamos que terminaría la semana siguiente, en seis meses o en un año. Y así es como la soportamos".
Hepburn trabajó en África como embajadora de UNICEF.
La tensión en la vida de Audrey no sólo venía de la constante vigilancia sino también de pérdidas cercanas. Su tío, Otto van Limburg (marido de la hermana mayor de su madre) fue ejecutado por los nazis, mientras que Ian, medio hermano de la actriz, fue deportado a un campo de trabajos forzados.
Y aunque el final de la guerra le trajo la mudanza a Londres que desembocaría en el inicio de su carrera como actriz, Hepburn jamás dejó de lado su costado humanitario. Así, desde 1954 hasta su muerte trabajó para UNICEF llevando ayuda a varias de las comunidades más pobres de África.