La gente tiene hambre y los porcentajes no paran de aumentar. En Argentina cada vez hay más pobreza y cada día se vuelve más difícil. Con la inflación de mayo del 7,8% que si bien fue un porcentaje menor del que fue en abril, para el quinto mes del año volvió a repetirse la misma cifra que sucedió en marzo y eso genera cada vez más preocupación en el país. Por aquella razón, según pudo informar el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) la canasta básica total (CBT) estableció un nuevo precio para no ser considerado pobre, que marca un declive total: ni siquiera con dos sueldos cobrando la mínima se llega al número que se requiere.
La canasta básica total es de lo más importante en el país porque es justamente lo que establece el umbral de la pobreza y en lo que fue el mes de mayo aumentó 7,2%, por debajo de la inflación del 7,8%, lo cual deja como resultado que una familia de cuatro integrantes, contando dos adultos y dos chicos, necesitó $217.916 para no considerarse dentro de la pobreza.
Si los porcentajes son llevados a cabo teniendo en cuenta los últimos 12 meses, quedaría como resultado que las variaciones de la CBA y de la CBT resultaron del 122,6% y 118,6%, por lo que acumulan en el año incrementos del 47,4% y 42,9%, respectivamente.
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Mientras que, la canasta básica alimentaria (CBA), que define la línea de la indigencia, marcó una suba del 5,2% por lo que ese hogar requirió de $87.719 para cubrir sus gastos mensuales y las necesidades básicas.
En cuanto a los gráficos expuestos por Indec, la conclusión es que para no caer bajo la línea de pobreza, en mayo una persona necesitó de $70.523 y en cuanto a un hogar de tres personas, compuesto por una mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61, requirió $173.486 en mayo para no ser pobre. Y sumándole un integrante más a la familia compuesta por cuatro personas que necesitó $217.916, en una casa donde vive una pareja de 30 años con tres hijos menores de cinco años, requirieron una suma de $229.199.