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Autos de alta gama, viajes al exterior y lujos: viaje a la mente del asesino del empresario descuartizado

Maximiliano Pilepich se dedicaba a la construcción y tenía un vínculo laboral cercano con Pérez Algaba.

por Maia Had
26 Agosto de 2023 08:00
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“Ya está, no aguantaba más”. El 26 de julio, la Policía bonaerense descubrió partes de un cuerpo en una maleta abandonada en un arroyo de la ciudad de Ingeniero Budge: era el del empresario Fernando 'Lechuga' Pérez Algaba, asesinado y brutalmente descuartizado. Después de un mes, las pistas y declaraciones apuntaron a Maximiliano Pilepich como el autor de la muerte.

Pero, ¿quién es Pilepich? El hombre, de 45 años, se dedicaba a la construcción en donde la venta de departamentos fue el principal sustento de su constructora. Como se puede observar en su perfil en las redes sociales, promocionaba una vida ostentosa, donde mostraba autos de alta gama y viajes al extranjero.

Junto a su esposa y su hija mayor recorrieron el famoso parque de diversiones Disney World. Además, tiene dos hijos menores que se pueden ver en otras fotos junto a la plata y manejando vehículos UTV, disfrutando de las vacaciones de verano.

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Junto a su papá estaban a cargo del negocio familiar GAP construcciones, dedicado a la construcción y a la venta de edificios en zona Oeste. Justamente por este negocio se lo relacionó con el empresario asesinado, que lo acusaba de haberle vendido tres departamentos que nunca le entregó.

Una de sus víctimas comentó: "Él vendía los departamentos, pero después no se podían escriturar porque no tenían las excepciones. Los hacía en zonas en las que no estaba permitido hacer edificios".

Aunque Pilepich no tenía antecedentes penales, lo conectan con el negocio de 'cortar' autos de lujo, esto quiere decir que los desarmaba para que dejen de aparecer en los controles o los ingresaba al mercado negro de repuestos ilegales.

Tres días después de que se hallara el cuerpo del empresario Pilepich declaró ante la Justicia y, sin embargo, decidió esconder la verdad sin saber que más adelante le iba a costar el cuádruple de agravante en la imputación.

En ese momento comentó que era amigo de Pérez Algaba desde 2019 cuando comenzaron una 'relación comercial', además admitió que se reunían dos o tres veces a la semana. La víctima comercializaba lotes con su grupo de ventas para la construcción de un barrio cerrado llamado Renacer, en Ruta 6 y Ruta 7. En su declaración reconoció que “no estaba en una situación favorable” y que por eso le pidió a Pérez Algaba que se hiciera cargo de las “calles, cerco perimetral y amenities” del barrio cerrado.

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En su indagatoria, afirmó que el 17 de julio firmaron un 'acuerdo cancelatorio' de la deuda por los departamentos de Pérez Algaba y afirmó que le entregó 90 mil dólares ese día y el día de la desaparición de la víctima, le dio otros 60 mil dólares.

Sin embargo, hay otro lado de la historia... el empresario buscaba a Pilepich y, como no lo podía encontrar, se contactó con Nahuel Vargas, socio y amigo del empresario de la construcción, que juntos fueron a buscarlo al predio Renacer. 

Dos disparos le costaron la vida al empresario. Dos disparos que Pilepich pensó que se iba a librar de todos sus problemas. Pero no fue así. 

En un domicilio de Renacer, Pilepich se encargó de llevar a cabo su plan. Vargas escuchó un ruido e ingresó a una habitación donde vio a Pilepich con dos pistolas en la mano y a pocos metros, el cuerpo de Pérez Algaba.

Vargas declaró que Pilepich estaba enojado con el empresario porque “había agregado a Instagram a su hija de 13 años, le escribía y luego realizaba capturas de pantalla y se las enviaba para provocarlo”. Acerca del descuartizamiento del cuerpo, Vargas afirmó que fue Luis Contrera quien lo había hecho. 

Contrera es una persona cercana a Pilepich. Vargas especificó que desconocía cómo había descuartizado el cuerpo, pero aseguró que Pilepich le había transferido 100 mil pesos. Por su parte, Contrera fue el primero de los imputados y detenidos en romper el silencio y su declaración coincide con el relato de Vargas.

El imputado aseguró que Pilepich y Vargas llegaron a su casa en dos autos, un VW Polo azul oscuro y un Ford Ka blanco. Pilepich le preguntó si se animaba a tirar unas bolsas que tenía en el baúl que, cuando las vio, notó que sobresalía una parte de un cuerpo, “específicamente una mano”.

Sin embargo, Contrera rechazó el pedido: “Antes cortaba autos con Pilepich, pero tirar un cuerpo no me animé. Pilepich me pidió que tirara el cuerpo por ahí, pero no dijo dónde. Me comentó que había matado a una persona, que era su socio, que le pegó dos tiros porque era un 'reverendo hijo de puta', que lo tenía cansado, pero no contó dónde lo había matado”.

Según lo que le comentó Pilepich a Contrera, los disparos fueron hechos cuando la víctima cambiada una lamparita. Ante la negativa, Pilepich se alejó del domicilio y a la hora volvió entregándole un perro beige, que se trataría del bulldog francés de la víctima. Además, le preguntó si podía 'cortar' un auto, el VW Polo azul. Sin embargo, cuando Contrera notó que en el baúl había sangre, no quiso hacer el trabajo.

En la actualidad, Pilepich está detenido y acusado "de homicidio agravado por el empleo de arma de fuego, por concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, placer y codicia, y por falso testimonio".