Llega diciembre y son pocos los que no sucumben ante la tentadora idea de "cambiar por completo" el modo en el que vivimos. En época de balances, es fácil proyectar nuevos hábitos para el año entrante, aunque por lo general jamás se cumplen. A continuación, seis tips para encarar el 2024 con todo y cumplir con los objetivos.
1. El peligro del "fracaso ocasional"
El psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire -en el Reino Unido-, hizo una investigación sobre las claves para mantener las decisiones de cambio. En un estudio con cinco mil personas que se habían puesto metas, los que mostraron menor índice de éxito fueron aquellos que tenían una "actitud fatalista" frente a diferentes aspectos de la vida. Para Wiseman, es común que los viejos hábitos regresen con cierta regularidad, con lo cual es importante ver esas "derrotas" como ocasionales y temporarias y no como una excusa para abandonar el proceso por completo. El fracaso ocasional es "la principal causa que frena a la gente en el cambio", señala el psicólogo. "Si después de empezar una dieta tienen un día en que atacan a los helados y las hamburguesas, muchos tienden a pensar 'ya está, fracasé' y se rinden. Luego de un revés hay que recomenzar al día siguiente".
2. Crear redes de ayuda
Este es un concepto obvio, claro y no es ningún secreto: con ayuda, las cosas son más fáciles. El apoyo de la familia, los amigos y hasta los compañeros de trabajo resulta fundamental para sostener los cambios y no perder de vista los objetivos. Los expertos afirman que las mujeres tienden a beneficiarse más de estas redes de contención que los hombres, y son mejores para ofrecer apoyo. "Los hombres tienden a tratar de incentivarte a que comas ese postre que estás tratando de evitar", señala Wiseman. Y también suelen restarle importancia a los pequeños cambios de conducta y hasta burlarse.
3. Llevar un registro del cambio
Tomarse el trabajo de llevar un registro de los cambios, por pequeños que sean, puede ayudar considerablemente en el proceso: no sólo obliga a revisar las conductas a menudo, también permite poner en perspectiva los logros acumulados.
4. Plantearse objetivos alcanzables
Los psicólogos no se cansan de repetir esta máxima: las resoluciones tienen que ser alcanzables, objetivos a la medida de nuestras posibilidades y cuya realización sea medible y verificable. Ponerse la meta de correr una maratón puede ser demasiado para alguien que no suele correr. Por otro lado, el vago propósito de "ponerse en forma" puede ser difícil de medir. "Es más efectivo comenzar diciendo 'voy a ir al gimnasio una vez por semana' y luego incrementarlo a dos veces", aconseja Wiseman.
Es muy importante ser realista: para aumentar las chances de éxito, es mejor elegir un objetivo en el que concentrarse de manera exclusiva, que tener un montón de promesas a cumplir a la vez.
5. Comprender los disparadores
Es importante conocer cuáles son los catalizadores de las viejas conductas que queremos cambiar, para poder evitarlos. Pueden ser medidas sencillas, como no tener dulces en la casa si eso es lo que nos tienta para abandonar la dieta. O entender cuáles son los disparadores del estrés que nos lleva a desear un cigarrillo.
Los expertos señalan que es posible crear nuevos disparadores que desencadenen nuevas conductas: Por ejemplo, se puede establecer que cuando empieza el noticiero de la tarde en la TV es el momento en que vamos al gimnasio, y asociar así ambas cosas para crear nuevos hábitos.