El juez federal Claudio Bonadio incautó treinta obras de arte que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner tenía en su departamento del barrio porteño de Recoleta, allanado meses atrás en el marco de la causa que investiga si empresarios pagaron coimas para quedarse con obra pública.
Bonadio ordenó retirar de la propiedad unas treinta obras de arte que fueron “interdictadas”, es decir, con el objetivo de que puedan ser subastadas si Cristina fuera hallada culpable. Se trata de unas treinta piezas de arte que ya habían sido inventariadas durante el allanamiento a la propiedad de la ex presidenta realizado en agosto.
Según La Nación, entre las obras de arte que retiró la Policía Federal ayer pasadas las 20 había cuadros, jarrones y esculturas, que ahora quedarán en manos del juzgado federal que comanda Bonadio y serán tasadas. Cerca de Cristina creían que el operativo era una maniobra para “distraer” a la sociedad horas después de que aumentaran fuertemente las tarifas de transporte y servicios públicos.
Así se llevaban los cuadros de Cristina Kirchner.
El operativo en la propiedad ubicada en Juncal y Uruguay no se extendió demasiado tiempo. Sin embargo, Cristina no se encontraba allí, entre otras cosas porque dejó de vivir en ese departamento desde aquel allanamiento de agosto pasado: horas después de que se concretara, la ex presidenta denunció a la Justicia que se había encontrado un químico tóxico que dañó al personal de limpieza.
Mientras tanto, Cristina se encuentra de vacaciones en la Patagonia, adonde viajó junto a sus hijos y sus nietos para pasar las fiestas. En su entorno creen que las obras de arte pueden quedar en manos de Bonadio hasta que se le ocurra al juez o pueden definir devolverlas mañana.
Días atrás hubo un antecedente: el bastón presidencial de Héctor Cámpora que fue secuestrado en ese mismo allanamiento de agosto podría ser devuelto a la ex presidenta debido a que se comprobó que es auténtico y que se trató de un regalo de la familia de Cámpora a Néstor Kirchner.