Después de muchos días de información cautelosa, la Armada confirmó ayer que registró el miércoles una “anomalía hidroacústica” que tuvo lugar tres horas después de la última vez que el ARA San Juan hizo contacto con la base. Investigan si pudo haberse tratado de una explosión en las baterías.
No hay noticias de los 44 tripulantes.
El ruido se detectó el miércoles a las once de la mañana y se registró a 48 kilómetros al norte de la última posición del submarino, que había cambiado su rumbo por dirección de la base tras notificar un cortocircuito en las baterías. La indicación fue clara: regresar de inmediato al puerto de Mar del Plata.
La búsqueda ahora se trasladará hacia esa zona con buques de la Armada y un avión de la Fuerza Aérea de Brasil. Cabe destacar que ya había sido rastrillada, pero la detección sonora cambia el panorama hasta ahora semi optimista de los rescatistas y complica el panorama de los 44 tripulantes.
Un ruido anómalo aceleró la búsqueda.
"Este nuevo indicio será analizado en los Estados Unidos a requerimiento de la Armada por agencias que se dedican especialmente a buscar elementos acústicos del mar en todo el mundo”, precisó el vocero de la Armada, Enrique Balbi.
¿Qué es lo que se sabe hasta ahora? Según la teniente Lili Hinz de la Armada estadounidense que estudia la anomalía, el ruido no corresponde a la vida marina o a algún sonido oceánico. “No fue una ballena y no es un sonido que ocurra con regularidad”, se limitó a confirmar.
El submarino permanece desaparecido desde hace siete días.
La búsqueda lleva más de una semana y en los últimos días se sumaron al operativo de rescate potencias militares como Estados Unidos y Gran Bretaña; mientras que Rusia ya ofreció su ayuda, pero no envió efectivos todavía.