24 Febrero de 2021 12:19
A menos de una semana de que inicien las clases presenciales en la provincia de Buenos Aires, la ministra de Educación provincial, Agustina Vila, cambio los protocolos sanitarios y las burbujas, según confirmaron desde el Gobierno.
A diferencia del protocolo original para el regreso a las aulas, publicado en octubre de 2020 bajo el nombre “Plan jurisdiccional de la provincia de Buenos Aires para el regreso seguro a las aulas”, la actualización del documento no determina una cantidad fija de estudiantes por burbuja educativa, sino que establece que el tamaño de los grupos dependerá del tamaño de los espacios áulicos y del cumplimiento del distanciamiento social obligatorio: 1,5 metros entre estudiantes y 2 metros entre los mismos y sus docentes.
Y lo principal: confirma que las jornadas deben ser simples, de cuatro horas, y que en caso de que una escuela aún no se encuentre en condiciones de garantizar la presencialidad de sus alumnos y alumnas -por problemas en la infraestructura o por la evaluación epidemiológica de la autoridad sanitaria-, adopte otra modalidad.
Según voceros de la autoridad educativa provincial, cada escuela definirá el modelo a seguir en función de su infraestructura y de sus recursos humanos; en caso de necesitarlo, podrá combinarlos. Según las fuentes consultadas, los 16.000 establecimientos de educación obligatoria de la provincia no deberán presentar su protocolo para su aprobación. Sin embargo, la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense se ocupará de inspeccionar el correcto cumplimiento de las normas establecidas en todas las escuelas.
Estas alternativas implican el uso como aulas de espacios pedagógicos que habitualmente tienen otros fines (SUM, bibliotecas, laboratorios, clubes de barrios), pero también estrategias en torno a la conformación de los grupos de estudiantes y la asistencia a la escuela.
Según explicaron es posible organizar la presencialidad a través de una asistencia programada. Por ejemplo, en un curso de 21 chicos que se desarrolla en un aula que tiene espacio para 18 respetando el metro y medio de distancia entre alumno, se programa que rotativamente falten tres estudiantes por día. Así se gana mayor presencialidad cuidando el distanciamiento físico establecido por el protocolo.
En el caso de los grados que por el tamaño de su matricula deban desdoblarse en tres grupos, se procurara utilizar un espacio complementario de la escuela de mayor capacidad para que la subdivision se realice en dos grupos. O bien, si se dispone de un espacio adicional y personal docente, dos de los grupos podrán tener clases presenciales durante la misma semana y el grupo restante, la siguiente.
Además, habrá una jornada de trabajo docente por mes, sin asistencia de estudiantes, para favorecer la articulación entre las actividades presenciales y no presenciales.