La ausencia de turistas en la ciudad italiana de Venecia a raíz de la pandemia de coronavirus ha tenido un inesperado efecto secundario: las aguas de sus canales, usualmente turbias, se han vuelto cristalinas y hasta puede verse a los peces nadando.
Sin embargo, esto no tiene que ver con un descenso en la polución sino con la ausencia de de tráfico en botes, que usualmente remueve los sedimentos y vuelve opaca el agua.
"La claridad del agua no significa que esté limpia", le expresó a ABC News el investigador Pierpaolo Campostrini. "Se debe a la ausencia de resuspensión de los sedimentos".
Las bajas temperaturas también tienen un rol: de acuerdo a Campostrini, el frío determina que haya poca síntesis de componentes orgánicos provenientes dióxido de carbono.
El aire de Italia sí parece haberse limpiado a causa del descenso en emisiones contaminantes por parte de fábricas, autos y otras fuentes industriales, de acuerdo a nuevos datos del satélite Copernicus de la Agencia Espacial Europea.