Una vez al año, el cáncer deja de estar relegado al ámbito hospitalario y se mete en el espacio público. Se habla de la enfermedad, se escuchan experiencias de vida con ese diagnóstico o simplemente de recuperación, tras de haber sido diagnosticados en algún momento. Todos los 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, jornada que se usa principalmente para concientizar sobre la prevención y la salud.
"Sos una guerrera", "No parecés enferma", "Qué valiente", son algunas de las frases que se suele decir a un paciente con cáncer. Aunque sean dichas con la mejor de las intenciones, las palabras tienen peso, generan un impacto emocional y a veces pueden beneficiar o perjudicar a quien las recibe. En esta línea, en los últimos años profesionales se dedican no sólo a la educación sobre el cáncer sino además a romper con el tabú que este genera.
De la mano con la psicología, profesionales de la salud indagan en la manera en que cada uno pone en palabras su propio tránsito de la enfermedad y también en la necesidad de sentirse acompañado desde la empatía. De lleno en el análisis de la comunicación respecto del cáncer, BigBang dialogó con Agustina Chacón (MT 36925), psicóloga especialista en psicooncología. Esta rama de la psicología "es una especialidad que tiene sus inicios formales alrededor de los años 70, 1970, a raíz de la incidencia de la enfermedad oncológica en la población y también que la gente empezaba como a vivir más después de haber tenido cáncer. Entonces la idea de pensar cómo impactaba a las personas, la situación de la enfermedad y el post-enfermedad, hace que empiece a tomar como mayor cuerpo lo que ahora es la psicooncología que se encarga no solamente del paciente durante el tratamiento, sino que también de los familiares y del equipo médico".
Cuando recibe a los pacientes, escucha "lo no dicho" en relación a la enfermedad que transitan, es decir, "cómo viven con cáncer". Y allí aparecen las huellas de las palabras que reciben cuando alguien se entera del diagnóstico, o lo que escuchan en los medios de comunicación cuando hacen referencia a la patología. El cáncer no solo afecta el cuerpo, sino también la mente. Según la entrevistada, la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático son comunes en pacientes y sobrevivientes. Estas palabras se respaldan con un estudio publicado en la revista Psycho-Oncology, que relata que entre el 30 % y el 50 % de las personas con cáncer experimentan trastornos psicológicos en algún momento de su tratamiento.
El miedo a la muerte, los efectos secundarios de la quimioterapia y la incertidumbre sobre el futuro generan una carga emocional abrumadora. Sin embargo, muchas veces la salud mental queda relegada en la atención médica, centrada principalmente en la parte física de la enfermedad: "Frente al diagnóstico, la primera reacción es esta, me voy a morir, es lo primero que aparece. Después empieza a transitar el proceso de tratamiento y el miedo aparece en diferentes situaciones. Una vez que se adapta a la quimioterapia, a la radioterapia y demás, baja todo lo que es la sintomatología ansiosa, baja lo que es el miedo frente a los controles, ¿sí? A ver cómo funcionó el tratamiento, aparece nuevamente el miedo. Y en particular aquellos con enfermedad avanzada, en general, las personas temen más al sufrimiento que a la muerte en sí. El hecho de las limitaciones, el verte que se está mejorando, el dolor, eso es lo que más se teme", explicó Chacón.
Para combatir el tabú y mejorar la salud mental de los pacientes, es fundamental normalizar las conversaciones sobre el cáncer. La educación y el apoyo emocional deben ser parte integral del tratamiento. Asociaciones de pacientes y grupos de apoyo demostraron ser herramientas eficaces para brindar contención emocional y compartir experiencias. Esto se relaciona directamente a los cambios que sufrió la salud mental y sus tratamientos, que según la doctora los avances se identificaron especialmente en los últimos años: "Primero que el diagnóstico se dice, antes no se decía, porque antes era casi como una sentencia de muerte. Ahora si viene el diagnóstico, lo primero que pensás es que voy a morir, después sí ya se empieza a hablar, de hecho, bueno, en los medios el tema de cáncer de mama, por ejemplo, ya va a estar como muy visibilizado, y sí se ha modificado la mirada que hay acerca del diagnóstico. Y eso ha cambiado, ¿por qué? Porque también se ha visibilizado nuestro trabajo en el equipo médico, que antes los pacientes no solamente no querían saber nada de tener cáncer, sino que tampoco querían ir al psicólogo, porque la decisión, encima que tengo esto, también van a pensar que estoy loco", comenzó.
"Ahora, la verdad que nos hemos integrado muy bien al equipo médico, esto también es gracias al cambio de mirada que tienen los médicos en relación a los aspectos emocionales del estar enfermo, y realmente vienen a consultar y consultan muchas veces por cuestiones puntuales", continuó su relato la profesional, donde remarcó la importancia de como paciente estar rodeado de una red de apoyo: "Yo primero que nada te nombraría algo que no es psicológico pero sí que tiene un gran papel para el paciente que es la red familiar oficial. Eso para nosotros, para los psicólogos, cuando viene un paciente a consultar y demás, nosotros preguntamos quien lo acompaña, de qué manera son estos vínculos, qué tipo de vínculos son amorosos y contenedores, porque esto es un predictor de buena adaptación. Esta buena adaptación no tiene que ver con que se cure o no se cure el paciente, es otra cuestión. ¿Cómo va a afrontar el proceso de tratamiento?", nombró a la hora de ser consultada sobre las herramientas psicológicas que se pueden utilizar para ayudar a los pacientes.
Según Agustina, uno de los principales avances fue la sinceridad ante el paciente, a quien se le respeta sus derechos: "En general ya no se oculta el diagnóstico, como te decía, por ahí lo que sí se tiende a ocultar es si la enfermedad avanza, O si la enfermedad avanzó, que sepa hasta ahí, que después no sepa otras cosas porque no le van a ayudar, mucho más si la persona es una persona mayor. En general, lo que se trata en estos casos, primero que siempre se trata de decir la verdad, el paciente tiene el derecho a saber, también tiene el derecho a no saberlo, si el paciente no quiere saber y no pregunta, no hay que empujarlo a esa pregunta que no quiera hacer, pero hay que explorar por qué y ver si realmente le va a ayudar el saber algunas cosas. En general los pacientes también están enfermos y sienten en el cuerpo también la enfermedad".
En caso de que una persona diagnosticada de cáncer prefiera no saber detalles de la enfermedad, el equipo médico informa a la red de contención; en esta rama de la psicología se considera a la familia como paciente de segundo orden "porque muchas veces los citamos para ver cómo están, cómo están afrontando la situación, cómo pueden ayudar, qué ayuda necesitan ellos como cuidadores", reflexionó Chacón y confesó que estos pormenores afectan directamente al paciente diagnosticado: "Una familia que no está de acuerdo con el médico tratante y demás puede ser muy disruptiva en la comunicación médico-paciente. Entonces necesitamos que todos quienes son activos en este equipo estén en consonancia, tengan como un mismo, una misma mirada que es aliviar, cuidar, curar, tratar, entender, ser empáticos con el paciente".
Los expertos también enfatizan la importancia de la atención psicológica desde el momento del diagnóstico. En este contexto, y en ánimos de finalizar la entrevista, Agustina Chacón cerró con unas palabras para aquellas personas que enfrentan un reciente diagnóstico de cáncer: "Yo lo que le diría es que sí, que es un diagnóstico que genera mucho miedo, que lo que siente es válido, que no hay maneras ni correctas ni incorrectas de llevar adelante la enfermedad y que busque ayuda, que se rodee de gente que lo ayude y que vaya paso a paso".