Mediante un decreto publicado este jueves en el Boletín Oficial, el Gobierno autorizó el cultivo de cannabis con fines medicinales y la venta de productos cannábicos en farmacias. La nueva reglamentación llega a tres años de la sanción de la ley que le ponía límites al autocultivo. Los pacientes o sus tutores deberán registrarse para ser autorizados.
La reglamentación busca ponerle fin a la óptica “punitivista” que todavía persiste sobre el cannabis para uso medicinal debido a la falta de regulaciones de la ley aprobada en 2017, que fue aplicada de forma parcial por el entonces presidente Mauricio Macri. Ahora, el decreto de Alberto Fernández modifica el artículo 8 de la ley e incluye la autorización del cultivo personal y en red para los usuarios, investigadores y pacientes que se registren en el Programa Nacional de Cannabis (Reprocann).
El Reprocann es un programa que ya había sido creado, aunque en la práctica jamás estuvo operativo. Según el decreto, es “impostergable crear un marco reglamentario que permita un acceso oportuno, seguro e incluso y protector de quienes requieran utilizar el cannabis como herramienta terapéutica”.
En julio pasado, el ministro de Salud, Ginés González García, y su vice, Carla Vizzotti, presentaron ante científicos y organizaciones de activistas (una de las más reconocidas por su labor y su militancia es Mamá Cultiva) la nueva reglamentación. De hecho, la falta de regulación de la ley de cannabis medicinal aprobada en 2017 era que el gobierno anterior no otorgó presupuestos ni contemplaba a quienes cultivaban con fines terapéuticos pero no para las enfermedades para las que se había sancionado la norma.
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Según el decreto, las restricciones reglamentarias implicaron una “barrera al acceso oportuno del cannabis por parte de la población” y como respuesta “un núcleo significativo de usuarias y usuarios han decidido satisfacer su propia demanda de aceite de cannabis a través de las prácticas de autocultivo, y con el tiempo se fueron organizando redes y crearon organizaciones civiles que actualmente gozan no solo de reconocimiento jurídico, sino también de legitimación social”.
A partir de este decreto, las personas registradas en el Reprocann podrán cultivar en sus casas, así como también podrán hacerlo las organizaciones y las universidades, siempre y cuando sea con fines terapéuticos.