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Canosa se superó: del "hermoso rebaño de pelotudos", a su análisis del atentado a CFK

Arengó el discurso del odio y apuntó (una vez más) contra políticos y periodistas.

07 Septiembre de 2022 12:06
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"Le quiero agradecer a mi hermoso rebaño de pelotudos tan maltratado por este gobierno, por estar ahí, acompañarme y no dejarme sola desde el día en que nos fuimos", es una de las primeras definiciones polémicas que tiró la periodista Viviana Canosa desde el vivo de Instagram que realizó ayer, y que fue visto por más de 32 mil espectadores. 

Hace un mes, desde el canal América 24 donde ella trabajaba y hacía su programa de forma cotidiana, la censuraron y la quitaron del aire, para luego emitir un programa especial con diez minutos de su silla vacía y un resumen de todas las barbaridades que la referente libertaria tuvo la libertad de decir en la señal.

"Fue una gran provocación lo que hicieron conmigo. Diez minutos en los que yo no estaba y aparecía una silla vacía. Lo sentí como violencia psicológica, no sólo conmigo, si no con todos ustedes que me siguen -o me seguían- a diario. Les jode mucho la libertad y le tienen pánico a la libertad de expresión", criticó.

Su versión de la censura

"Todo este despelote fue por un video que duraba 38 segundos donde la gente le decía ladrón a Sergio Massa. Ese material lo pusieron todos los medios", explicó Canosa en sus redes sociales. "Desde que asumió como superministro y vi en las primeras filas a las autoridades del canal en donde trabajo (sic), a (DanielVila y a (José LuisManzano, sentí que los días para mí ya estaban contados. Pero nunca pensé que su primera medida sería censurarme. ¿Si me sorprendió? Sí, un montón. No me creo tan importante. Massa es un facilitador de negocios y yo apenas soy una humilde periodista de televisión que estaba haciendo un éxito en esa pantalla", confesó.

"Hago periodismo por vocación y no soporté que me quisieran poner una mordaza. Quiero que sepan también que nunca tomó mis decisiones por calentura y siempre pienso mucho en lo que voy a hacer y el paso que voy a dar. Ya habíamos tenido otros episodios en el canal, pero todos conversables y negociables. Y siempre pude hacer y decir lo que quería. Pero esta vez fue imposible: en América, con Massa, no se jode: fue censura".

La periodista cuestionó el argumento que sus jefes le dijeron aquel día, que no querían televisar escraches. "El día anterior no les pareció mal que los muchachos de (el intendente de La Matanza, FernandoEspinoza, escracharan a Patricia Bullrich en La Matanza. Eso lo pasaron durante todo el día, las 24 horas. Eso no les pareció agresivo", reclamó.

"Lo primero que pedí cuando firmé con América fue la libertad, cuando no la tuve, me fui. Yo no pensé ni en la plata ni en mi ego, pensé en no defraudarme ni a mí ni a ustedes. El gerente del canal que mandaron a mi camarín a las 20:25 no estaba dispuesto a dialogar de nada", relató.

"Ellos no pensaron que hablaba en serio cuando dije que si no podía poner el informe me iba, y entonces me fui. Y como el programa no lo hicimos, nos fuimos a cenar con todo el equipo. Ahí nos enteramos que el canal había sacado un comunicado donde reconocían la censura", continuó.

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Criticas contra el gobierno y un discurso de campaña libertaria

Desde el atentado sufrido por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner la semana pasada, muchos de los discursos políticos confrontativos fueron bajando los decibeles. No fue así con algunos sectores, representados por la presidenta del PRO, la diputada santafesina Amalia Granata y el diputado nacional Javier Milei, con quien los rumores la vinculan a Canosa en términos de avanzar juntos en la construcción política, algo que se evidenció en las críticas y argumentos esgrimidos contra el Gobierno Nacional.

"Ellos quieren manejarlo todo. A nosotros, lo que decimos, pensamos y sentimos. Quieren un discurso único. Piensan que no mostrando lo que pasa, eso no sucede. Les jode mucho la libertad y la tienen pánico a la libertad de expresión. Armaron un relato y no pueden soportar que nosotros vengamos a tirarlo abajo. Hay que poner luz, como a las ratas, para que huyan. Van a correr. A ellos les gusta el silencio y la clandestinidad, ¿para qué? Para seguir afanándonos la Patria y la República", la periodista en ningún momento decidió frenar su estilo frontal, aun en medio de los repudios generalizados contra los discursos de odio.

"Son amor puro. Nos dan clases de moral. Hablan de tolerancia y son los creadores constantes de enemigos y conspiraciones. Se autoperciben amorosos y el odio somos nosotros. Quieren cambiar impunidad e indulto por paz social. Todo lo que hacen es para lograr la impunidad de la Jefa. El alegato del fiscal (Diego SebastiánLuciani los desequilibró. Y a partir de ahí empezó el despelote. Se mueven en la mentira y en el relato, así roban y tienen impunidad", acusó Canosa.

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El atentado

La periodista, como si buscara recuperar el tiempo perdido fuera del aire, apretó el pedal a fondo y comenzó a dudar y dar aire a las teorías conspirativas alrededor de lo sucedido el jueves frente al departamento de CFK en el barrio de Recoleta.

"¿Por qué no se puede decir que el atentado fue raro? Todo está manchado por la política. Primero sacaron las vallas, le cantaban a Larreta sos la dictadura, por unas vallas que puso para prevenir todo lo que pasó al día siguiente. Pero no primó la cordura, le sacaron las vallas. Me enteré el otro día, que a pedido de la señora, de la jefa, no hay cámaras de seguridad en esas cuadras. Lo más loco es que, finalmente, en el primer día sin la Policía de la Ciudad hubo un atentado. Un concejal K y un policía agarraron al delincuente. La custodia no funcionó, nadie se abalanzó sobre CFK. La dejaron seis minutos más ahí sola firmando libros. El arma era vieja, no funcionaba bien, el asesino no supo manipular el arma, el teléfono se borró, a la novia del acusado la detuvieron varios días después, pero ellos no dan explicaciones. Ahora, si vos tenés dudas sobre el atentado, sos un traidor a la Patria", criticó.

Palos para todos y todas

Ginés Gonzáles García: ¿se acuerdan cuando le quiso pegar a una pasajera en un avión porque lo increpó al ladrón de vacunas? Juan Grabois: el gerente del pobrismo que se burlaba y aplaudía a quienes lo insultaban, hablando de saqueos y derramamiento de sangre días antes del atentado. Pablo Moyano y Luis D'Elía: los patoteros que fueron a la asunción del superministro. Mirta Tundis: lloraba por los jubilados cuando Mauricio Macri era presidente y ahora se están muriendo de hambre, pero ella no dice nada. Myriam  Bregman: antes estaba a favor de la ficha limpia y ahora se abstiene para que sigan gobernando los corruptos. José Mayans: ¿lo escucharon pidiendo suspender el juicio de vialidad? Lázaro Báez: de ser un bancario a tener la constructora más grande del sur y tener más territorio que las Islas Malvinas.  Máximo Kirchner: 'quieren un peronista muerto', decía horas antes del atentado. Hebe de Bonafini: proponía una pueblada para que Cristina no vaya presa, la misma que quería probar las pistolas taser, con Antonia Macri, la hija del expresidente.  Alberto Fernández: pasó de marchar para que se esclarezca el homicidio de (el fiscal Alberto) Nisman, a amenazar a Luciani diciendo que se suicidó y espera que no haga lo mismo. Elizabeth Gómez Alcorta: defiende sólo a las mujeres verdes.

Su futuro

"Seguramente a partir de mañana me van a ver en algún canal", prometió Canosa. Aunque eso no significa la vuelta de su programa, sino que desde ahora dará entrevistas a los medios de comunicación, algo que evitó desde que se fue de América.

"Esto para mí no es fácil porque yo me hago cargo de mi casa, de mi hogar, de mi familia, y este mes, no lo voy a cobrar porque me fui. Yo estaba haciendo un éxito, y nadie se baja de un éxito. Yo no podía hacer otra cosa. Mi renuncia sirvió para exponer que había censura. No me fui porque tenía otro trabajo ni tengo otro ni siquiera hoy. Pero estoy feliz con la decisión que tomé. ¿Cómo hago para pedirle a los políticos que sean leales, honestos, dignos, decentes, si yo no estoy a la altura de las circunstancias?", se preguntó.

Está claro que nadie se baja de un éxito, aunque también que, en medio de un descenso de los discursos de odio, los empresarios de la televisión tendrán que pensar dos veces si la adquisición no da más problemas y causas judiciales, que dinero y éxito televisivo.