05 Marzo de 2025 13:56

En medio de una jornada agobiante, con temperaturas que superaron los 40 grados de sensación térmica, la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense quedaron sumidos en la oscuridad por segunda vez en menos de 24 horas. Un nuevo apagón masivo afectó a cientos de miles de personas, generando caos en el transporte público, colapso en los servicios y un profundo malestar en la población, que enfrenta una crisis energética sin respuestas claras.
El nuevo corte ocurrió pasadas las 12:40 del mediodía, cuando dos líneas de transmisión de 220 kV operadas por la distribuidora Edesur salieron de servicio de manera abrupta, provocando una pérdida de demanda de más de 800 MW en el Gran Buenos Aires. La falla dejó sin suministro eléctrico a vastas zonas del AMBA, incluyendo puntos neurálgicos como la Casa Rosada, el Ministerio de Economía, el Congreso de la Nación y la Legislatura Porteña, lo que aumentó la gravedad de la situación.
El impacto fue inmediato y devastador. Cuatro líneas del subte (B, C, D y E) quedaron fuera de servicio, mientras que cientos de comercios, oficinas y hospitales tuvieron que operar con sistemas de emergencia o directamente cerrar sus puertas. En la calle, los vecinos, ya golpeados por el calor extremo, manifestaron su indignación ante la falta de respuestas de las empresas distribuidoras de energía y del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), cuya página web colapsó, impidiendo conocer el número exacto de afectados en tiempo real.
Este nuevo episodio se suma a otro gran apagón registrado en la madrugada de este miércoles 5 de marzo. A las 5:25, una falla en la misma doble terna de alta tensión que conecta la subestación Bosques con Hudson dejó sin electricidad a más de 550.000 usuarios en un primer momento, cifra que descendió a 250.000 pasadas las 8 de la mañana. En aquel entonces, la interrupción del servicio se extendió por Villa Crespo, La Paternal, Parque Patricios, San Cristóbal, La Plata, Caballito, Avellaneda, Florencio Varela y Lanús, entre otras localidades.
El corte de la madrugada también tuvo repercusiones en el suministro eléctrico de las centrales Dock Sud y Ensenada de Barragán, lo que generó un desbalance en la frecuencia del sistema y una caída de 500 MW adicionales en el Gran Buenos Aires. Sin embargo, y pese a la magnitud del problema, aún no hay explicaciones concretas sobre la causa exacta de la falla. "El sistema es inestable y vulnerable. Estamos al límite de la capacidad en una jornada de calor extremo", comentó una fuente del sector energético.
Mientras la población intenta sobrellevar la crisis con ventiladores apagados y heladeras descompuestas, la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades y las empresas proveedoras de energía solo incrementa la incertidumbre. Muchos temen que la situación se repita en los próximos días si las temperaturas se mantienen elevadas y la infraestructura sigue sin mejoras.
Por lo pronto, la Secretaría de Energía asegura que está investigando las causas del doble apagón, mientras que desde Edesur y Edenor se limitan a informar sobre los trabajos de reposición del servicio. Sin embargo, la sensación en la calle es de abandono y desconfianza: para miles de personas, el calor sofocante y la oscuridad se han convertido en la nueva normalidad en el AMBA.