04 Diciembre de 2016 11:30
A casi una semana del accidente aéreo del equipo brasileño Chapecoense, las autoridades colombianas y bolivianas avanzan en la investigación para determinar qué fue lo que precipitó la caída del vuelo. Ahora, tras confirmar que no contaba con la cantidad de combustible suficiente, la fiscalía avanza contra la controladora aérea que aprobó en Santa Cruz el cuestionado plan de vuelo.
Celia Castedo Monasterio fue la mujer que aprobó el cuestionado plan de vuelo en Santa Cruz, Bolivia.
Celia Castedo Monasterio trabaja en la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea de Bolivia y fue la que, el lunes por la tarde, discutió con el fallecido despachador de la empresa Lamia, Álex Quispe, las falencias del plan presentado para poder despegar rumbo a la ciudad de Medellín.
Sobrevivieron sólo seis de las 77 personas que iban abordo.
En el informe que la mujer de 30 años presentó a las autoridades, asegura que le marcó tres fallas graves: la inadecuada autonomía de vuelo, la falta de un plan alternativo, el informe mal llenado. Sin embargo, el vuelo despegó y de eso se agarra la fiscalía de Santa Cruz para solicitar el viernes a última hora que sea investigada por negligencia y falta de cumplimiento de deberes.
El equipo, haciendo tiempo en el aeropuerto de Viru Viru
El diálogo con el despachador de Lamia que la complica
Quispe: “Eso no más es, así me han dicho y también el capi”.
Castedo: “Eso no está bien, consulte bien y cambie el plan de vuelo”.
Quispe: “Así no más, señora Celia, esos datos me han dado para el FLP (plan de vuelo)”.
Castedo: “Pero es cabalito (expresión boliviana para indicar que es la medida exacta) el EET (tiempo en Ruta) y la autonomía, ud. se ha equivocado y no lo quiere cambiar”.
Quispe: “No, señora Celia, esa autonomía me han pasado, nos alcanza bien”.
Castedo: “No, porque es igual al tiempo en ruta”.
Quispe: “Sí, así no más lo presento, lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe. Es así no más. Tranquila, eso está bien, ahí no más déjemelo”.
En su descargo, la mujer manifestó su bronca para con el miembro de la tripulación, quien regresó media hora después para cumplir sólo con algunas de las modificaciones que ella le había indicado.
La mujer enfrenta ahora una demanda penal por negligencia.
“Le mostré mi molestia porque muchas veces los despachadores no tienen en cuenta nuestras observaciones”, manifestó.
Así quedó el lugar del accidente.
Pese a que reportó la causa que sólo cuatro horas después haría estrellarse al avión en la zona de Cerro Gordo, la mujer afronta ahora una denuncia penal por haber permitido, pese a sus advertencias, el despegue.