14 Agosto de 2019 12:53
Luego de anunciar el miércoles la evacuación del pueblo de Nyonoska a causa de un incidente de contaminación nuclear, el Ministerio de Defensa de Rusia anuló la medida. Se temía que el lugar hubiera sido afectado por la explosión, el jueves pasado, de un misil con motor nuclear.
El poblado tiene poco más de 500 habitantes y se encuentra muy cercano al polígono donde estalló el misil, en la costa del Mar Blanco. En el accidente perecieron cinco ingenieros de Rosatom, la agencia atómica rusa, y dos militares.
La fuente isotópica de alimentación del misil causó que los niveles de radiación en Severodvinsk, ciudad situada a 20 kilómetros del lugar del incidente, aumentaran entre 4 y 16 veces por encima de lo habitual durante un lapso de alrededor de 40 minutos. La organización Greenpeace calculó que el aumento en realidad fue 20 veces mayor a lo aceptado.
A pesar de la suspensión de la evacuación, parte de los vecinos de Nyonoska decidieron abandonar la localidad por su propia cuenta, trasladándose a localidades vecinas o a casas de campo cercanas.
El gobierno ruso, mientras tanto, aseguró que la evacuación no tenía que ver con niveles de radiación, sino con una operación militar que eventualmente fue cancelada. "No es la primera vez que nos invitan a dejar la zona durante un tiempo, para nosotros es una rutina", señaló Irina Zamiatina, vecina de Severodvinsk, en diálogo con El Mundo de España.
En ese sentido, Aleksandr Nikitin, investigador del grupo ambiental noruego Bellona, señaló en The New York Times, que la operación frustrada probablemente fue ordenada para que los militares pudieran sacar el reactor dañado del fondo del mar.
Paralelamente, las autoridades locales insisten en que "no se requieren medidas de emergencia, y hay una normalización de la situación de radiación, por lo que no hacen falta medidas de protección radiológica para la población".
Lo cierto es que el ejército ruso prohibió nadar y pescar durante un mes en toda la bahía cercana a la zona de la explosión, mientras que la población local se ha abastecido de pastillas de yodo para enfrentar una eventual contaminación radioactiva.