La creatividad muchas veces es la reacción frente a un límite, sea la gambeta que nace para esquivar al rival o el uso improvisado de un ingrediente para reemplazar un faltante en una receta.
Para Julián, más conocido en redes como @chulengol, la idea que lo volvió un personaje viral comenzó gracias a la antigua restricción de 140 caracteres en Twitter.
El reciente cruce de Centurión con la policía, retratado por @chulengol.
"No me alcanzaban las palabras para expresar las ideas que tenía", le cuenta a BigBang. "Y como no sabía dibujar, adopté un estilo 'mal dibujado' que me permitiera expresarme".
Así nacieron sus características historietas, donde Chulengol satiriza el fútbol argentino, aunque también a situaciones de ligas extranjeras e incluso de la política.
La inspiración de Chulengol nació principalmente de 9gag.
Su inspiración fue, en principio, una de las webs "madre" del fenómeno de los memes: 9gag.com. Allí, se encontró con "Dolan", un pato Donald dibujado en Microsoft Paint con un estilo voluntariamente infantil que se convirtió en el protagonista de incontables viñetas de usuarios.
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Un universo de personajes
Las amarillas a Pablo Pérez, un clásico de las viñetas de Chulengol.
El otro puntal de las escenas de Chulengol es la distorsión de la ortografía a favor del efecto humorístico. Así, los nombres reversionados de futbolista y directores técnicos se convirtieron prácticamente en personajes con derecho propio: el ex arquero de Independiente Diego "el Ruso" Rodríguez es "el rosu" (sí, así en minúsculas), Jorge Sampaoli es "sampaloty" y el mediocampista de Boca Pablo Pérez es "pobla peres".
El jugador xeneize es, de hecho, su mayor éxito reciente. Blanco constante de las viñetas a causa de su proclividad a ganarse tarjetas amarillas, ahora es protagonista de un juego para Android ideado por el historietista en el cual, justamente, tiene que recoger amonestaciones que caen del cielo y esquivar árbitros.
"No es la intención representar a nadie en los dibujos, es sólo una excusa para tomarse con humor algo", explica Chulengol. "Al principio algunos hinchas se ofendían, pero con el tiempo se fueron dando cuenta de que lo quee trato de hacer es muy inocente y simple, sin segundas lecturas. Y, por suerte, ningún futbolista me expresó algún tipo de enojo. ¡Al menos si pasó no se molestaron en avisarme! Muchos futbolistas, incluso me dijeron que se merecían un dibujo".