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Juan Martín del Potro: el Ave Fénix del tenis
Basta describir el comienzo de año del tandilense para que se luzca más todo lo que logró durante los últimos 12 meses: una operación en su muñeca lo había dejado fuera de las canchas durante todo un año, estaba en el puesto 1041 del ranking y él se veía más como ex jugador que como titán activo de la raqueta.
Sin entrenador, sin nadie más que su fe en sí mismo, Delpo tuvo un cambio híper radical a mediados de este año, como si hubiera firmado un pacto con el Diablo.
Todo comenzó en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde tuvo un cuadro mega complicado del principio hasta el final: debutó contra Novak Djokovic y cuando todos lo daban por muerto mandó a las duchas al bueno de Nole. De ahí en más se comió a todos crudos, inclusive a Rafael Nadal, a quien venció en la final. Sólo Andy Murray pudo frenarlo, y no le resultó fácil.
De los Juegos Olímpicos se fue con una medalla de plata y la ovación del público.
Luego vino el torneo de Estocolmo y el primer título en tres años, y con ese envión anímico se metió de lleno en el mundo de la Copa Davis: se transformó en héroe en la semifinal contra Gran Bretaña y en la final en Croacia logró lo que nadie del tenis argentino había logrado antes: levantó por primera vez en la historia la preciada “ensaladera de plata".
“Fue el mejor año de mi vida”, había dicho hace unas semanas, pero aún había uno más:
A mediados de diciembre fue elegido como “El deportista del año” en los Premios Olimpia.
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Donald Trump: de loquito desquiciado a líder del mundo
El 8 de noviembre pasó lo que muy pocos creían que alguna vez podía llegar a pasar: el magnate multimillonario Donald Trump, contra todos los pronósticos, se consagró como el 45° Presidente de los Estados Unidos.
Su campaña cargada de xenofobia, su impronta jetona, su manera pendenciera de hacer todo generó suspicacia entre sus pares del mundo de la política, donde muchos le dieron la espalda, inclusive gente de su propio partido.
Pero todo esto poco y nada le importó a Donald, y mucho menos a la gente: a medida que iba pasando la jornada electoral, los diferentes estados se iban pintando de rojo (el color de su partido) y finalmente se quedó con la mayoría del colegio electoral.
Su noche soñada culminó con Hillary Clinton, su rival del partido demócrata, negándose a admitir la derrota, algo que todos pronosticaban que él iba a hacer.
Algunos con miedo, otros con ilusión y otros tanto por el puro afán generado por el morbo, todos esperan ver qué pasará el 20 de enero de 2017, cuando asuma la presidencia.
3
María Eugenia Vidal: el ancho de espada de Cambiemos
Nadie apostaba por ella, y su incursión en la provincia de Buenos Aires la dejaban como una Heidi nadando en un estanque de tiburones rabiosos y justicialistas.
Sin embargo, con su carisma, su simpatía y su manera de decir todo directo, con calidez y sin subestimar al electorado, “Mariu” se cargó a Aníbal Fernández, a los grandes varones del Conurbano y arrancó el año gobernando la provincia más ampulosa, complicada y mal llevada del territorio nacional.
Tuvo muchas crisis durante 2016: paritaria docente, mafia del servicio penitenciario (con Triple Fuga incluida) y obra pública parada y desfinanciada, pero de todas salió más o menos bien parada.
A diferencia de Macri y su Gabinete, de mayor exposición pública y portadores de ajustes que calaron hondo en la ciudadanía, Vidal salió indemne dentro del imaginario popular y logró en 2016 ser la dirigente de Cambiemos con mayor imagen positiva.
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Bob Dylan: el folk que llegó al Nobel de Literatura
Al igual que el resto del mundo, el viejo músico norteamericano, ídolo de varias generaciones, se sorprendió cuando la Real Academia de las Ciencias de Suecia anunció su nombre seguido por el denominativo “Ganador del Premio Nobel de Literatura”.
Criticado por alguno y festejado por muchos más, la noticia puso un picante insólito en una premiación estructurada, nórdica, políticamente correcta e impoluta.
Por supuesto, los días fueron pasando y los inmaculados suecos se comenzaron a poner nerviosos por el silencio del viejo Bob y la incertidumbre que se formó a su alrededor bajo el dilema si iba a recibir o no el bendito premio.
Y como no podía ser de otra manera, Dylan hizo las cosas a su manera y si bien no rechazó el Premio Nobel, tampoco fue a buscarlo. En su lugar mandó una carta.
"Ni una sola vez he tenido tiempo de preguntarme: '¿son mis canciones literatura?", aseguró Dylan, quien agradeció a la Academia Sueca "por tomarse el tiempo de considerar esa cuestión tan concreta y, en última instancia, por dar una respuesta tan maravillosa".
5
Guns N' Roses: el regreso más esperado del rock & roll
Tuvieron que pasar 23 años para que el cantante Axl Rose y el guitarrista Slash volvieran a estar juntos sobre un escenario. Se dijeron de todo, se pelearon y las diferencias entre ambos parecían irreconciliables.
Sin embargo, un buen día de 2016, comenzaron a aparecer pistas en las redes sociales: que Axl comenzó a usar el viejo escudo de la banda, que Slash se mostraba misterioso y ansioso, que Duff McKagan, bajista original de la banda, mostrándose feliz y contento.
Finalmente, un show insólito marcó que el deseo de millones finalmente fue realidad: un recital sorpresa en The Troubadour, el mismo local en Los Angeles donde dieron su primer show, sería testigo del regreso más esperado.
Luego de este puntapié inicial, volvió toda la parafernalia: gira mundial, shows por doquier y, finalmente, el esperado regreso a la Argentina, donde Guns n' Roses dio un show en el estadio Rosario Central y dos en el estadio River Plate de Buenos Aires.
2017 promete ser también superlativo para la banda más salvaje del planeta: los tickets para toda la gira norteamericana se vendieron en tan sólo 4 minutos, marcando un récord absoluto. ¿Vendrá un nuevo disco ahora? Cruzamos los dedos para que sí.
6
Bonus track: el Deporte Argentino
Salvo nuestro tan bienamado fútbol, 2016 fue un año donde el deporte argentino pudo festejar logros que, hasta este año, eran inauditos en estas pampas.
Además de los logros antes mencionados del mundo del tenis con Juan Martín del Potro como gladiador estrella, los Juegos Olímpicos nos llenó de orgullo en deportes que no tenemos ni idea cuales son sus reglas y que sin embargo jamás nos pusimos colorados a la hora de opinar.
Enumeremos:
Paula “La Peque” Paretto demostró que con su 1,50 metros de altura es una gigante del tatami y se alzó con la medalla de oro en judo. Cuando aún muchos ni se habían desayunado con que habían arrancado los JJ.OO., paulita nos empezó a entusiasmar con sus tomas, sus agarrones, sus volteadas y su temple de acero ante la cara de mala de sus rivales.
Finalmente, el relato descontrolado de Bonadeo nos avisó a todos que podíamos festejar porque sin saber muy bien por qué, La Peque era medalla de oro y por un instante todos los argentinos nos sentimos herederos de Bruce Le.
Santiago Lange y Cecilia Carranza lograron la primera medalla de oro del yachting argentino. De nuevo: acostumbrados a ver deportes donde una pelota tiene que llegar o entrar en algún lado, el mundo de la náutica nos atropelló de frente y todos nos emocionamos con esa pareja que se movía frenéticamente para manejar un barquito.
Los familiares arrojándose al agua para saludar a los campeones y los campeones mismos preguntando desde su embarcación si era verdad o no que eran medalla de oro completaron una postal soñada para el deporte nacional.
La historia de vida de Lange completó el cuento de hadas: Santiago superó un cáncer de pulmón y con una energía revitalizadora conquistó el máximo galardón del mundo deportivo.
Los Leones siempre fueron como ese hermano de famosos que no puede ser tan popular como el susodicho y desde atrás corre sin parar.
Porque desde hace más de 15 años fueron sus colegas mujeres, Las Leonas, las que acostumbraban a dominar en el mundo del hockey. Pero este año los patitos feos se transformaron en cisnes y a pura garra conquistaron el universo del palito con forma de pipa.
Los chicos del hockey superaron a verdaderas potencias mundiales con la suma de esfuerzo, técnica, concentración y, lo más importante, hambre de gloria, conquistaron Río 2016 y se volvieron a casa con la medalla dorada.
El futsal, primo segundo de nuestro querido fútbol a secas, este año también hizo historia: Argentina se consagró campeón mundial de futsal por primera.
En Colombia, le ganó a Rusia 5-4 en la final. El mejor resultado argentino había sido el cuarto puesto en China Taipéi, en el año 2004.
Lo más importante, rompió con una hegemonía absoluta que ostentaban España y Brasil, únicos ganadores en las siete ediciones del certamen.