Con la implementación de la cuarentena en nuestro país tras la aparición del coronavirus, muchas aplicaciones, que quizás antes no eran tan conocidas, empezaron a usarse para realizar reuniones o incluso para mantener clases a distancia.
Sin embargo, este tipo de conexión no presencial con otras personas, muchas veces puede resultar estresantes y es importante detectar que existen cinco razones por la que una situación así puede darse.
La ausencia de comunicación no verbal es irritante
Nuestros sentimientos y actitudes se transmiten en gran parte con señales no verbales como expresiones faciales, el tono y registro de la voz, gestos, postura y la distancia entre los comunicadores.De hecho, en una reunión cara a cara procesamos estas señales en gran parte de forma automática, algo que a través de Zoom o de cualquier otra aplicación parecida, no se ve.
Por eso mismo, al mantener una conversación por video, necesitamos trabajar más duro para procesar las señales no verbales, lo que nos consume mucha energía.
El miedo a que se vea algo inapropiado en la reunión
Al trabajar desde casa, es muy común sentirse ansioso y alerta, ya que uno necesita estar atentos para controlar cualquier ruido o situación fuera de lo común que pueda pasar en nuestra casa.Incluso, si en el hogar hay niños, la videollamada puede resultar aún mucho más irritante, ya que habrá demasiadas chances de que se escuche o se vea algo que no corresponde si se trata de una reunión formal.
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No darse un recreo antes de comenzar la videollamada
En el trabajo, suele pasar seguido que nos encontramos con gente camino a una reunión y nos ponemos al día o discutimos nuestras opiniones antes de comenzar.De hecho, la simple acción de dejar nuestra oficina y dirigirnos a otra sola, ya genera una distracción que no se da cuando el encuentro es desde casa.
Lo que sucede, es que con la cuarentena algunos se imponen más tareas de las habituales, y al momento de tener que conectarse a la aplicación, ingresan sin antes haberse tomado un descanso o haberse dado un espacio para la relajación.
Mirar nuestra propia cara es estresante
Según los especialistas que opinaron para el sitio BBC, la capacidad de verse a uno mismo permanentemente mientras se da la llamada, puede generar factores por demás estresantes, sobre todo si la persona intenta todo el tiempo salir bien y no mostrar una posición en la que se sienta incómoda.
El silencio genera conflictos
En una conversación común, lo silencios dicen mucho. Sin embargo, a través de una videollamada, y ante la falla de Internet o del sistema de comunicación, el silencio provoca ansia.Incluso un retraso de 1 o 2 segundos en la respuesta puede hacer que la gente perciba a la persona que habla como menos amistosa o enfocada.