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Cirugías estéticas y salud: cómo saber si un profesional es apto y cuáles son los peligros

Entrevista con el cirujano Agustín López Vargas.

por Florencia Tozzi

02 Septiembre de 2023 08:00
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El 31 de agosto llegó una noticia que se replicó únicamente en dolor y pedidos de justicia: falleció Silvina Luna. A sus 43 años y tras luchar por su vida 78 días internada en el Hospital Italiano, la modelo murió a causa de una mala praxis generada por Aníbal Lotocki en el año 2010 y que hasta el momento, mantiene un listado de víctimas guardadas en el bolsillo. Sin embargo, y a pesar de todo un pasado que lo condena, hoy en día el médico intenta mediante la justicia regresar a los quirófanos para poder continuar con su labor como si nada hubiese ocurrido. 

A pesar de que el culpable del fallecimiento de Luna esté en libertad, todos saben lo que ocurrió y hasta ella misma lo explicó en varias ocasiones: "Me operé con él en el 2010 y en el 2013 comencé con problemas en los riñones. Me puso metacrilato en el cuerpo sin mi permiso", había declarado. Por eso hoy todas las miradas apuntan hacia él y esperan que desde la justicia, se le aplique una condena ya que la modelo se convirtió en la tercer persona que fallece por mala praxis a raíz del mismo médico cirujano. Antes de ella fueron Cristian Zárate y Mariano Caprarola.

Aun así, quienes se capacitaron por años para hoy poder ejercer dentro de un quirófano, cuentan con el miedo de que su profesión se ensucie simplemente porque hubo uno que estafó. Así lo demostró Agustín López Vargas (MN 153408), cirujano general y cirujano plástico de la UBA y director de Cirugía de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública en diálogo con BigBang, en donde manifestó: "Es injusto que por culpa de Lotocki ahora la gente crea que las cirugías son un procedimiento inseguro".

Además, afirmó que el producto que utilizó Lotocki en el cuerpo de Luna "genera microesferas que aumentan a nivel de la sangre el calcio y eso genera un deterioro de los riñones". Asimismo, cree que a pesar del dolor por la partida de la actriz y el daño que le hicieron, hoy la gente comenzará a tomar más consciencia de con quién intervenirse y en caso de hacerlo, realizarlo de manera segura sabiendo que el profesional está capacitado para ello. 

-¿Qué tienen que tener en cuenta las personas a la hora de realizarse una cirugía?

-Específicamente en cirugía nosotros tenemos lo que se dice el “Triángulo de seguridad” que es, por un lado, un profesional idóneo, que sea especialista y que esté certificado. Por el otro, que se hagan en instituciones habilitadas, por ejemplo: Sanatorios, quirófanos que tengan la complejidad necesaria, que tengan útiles, que tengan una idea de cuidado o intensivo cardiológico y la tercer pata de eso es la información del paciente. Nosotros tomamos que ese es un triángulo de seguridad que tratamos de darle prioridad y que ayuda a que la cirugía, que no es algo inocuo, tenga la tasa de seguridad al máximo posible.

-¿Cómo puede hacer un paciente para saber que el cirujano con quien se va a operar está capacitado para ello?

-Principalmente, pedirle el título de graduado a la persona con la que se va a operar. Por ejemplo se puede consultar si está dentro de sociedades tanto regionales como nacionales, eso da un marco de seguridad que es muy bueno. Pedirle o saber cómo es la actualización continua que hace ese profesional, yo creo que dentro de nuestra especialidad y la de muchos más, la capacitación y actualización continua hace a una mejor profesión o ejercer mejor la cirugía. Yo me iría pensando en buscar profesionales idóneos especializados y que pertenezcan no sólo a sociedades sino que puedan demostrar que están capacitados para el trabajo que hacen y que lo hacen asiduamente.

-¿Por qué se opera dentro de un quirófano?

-Existen cirugías que se pueden realizar en consultorios, que son cirugías menores. Por ejemplo, si es una extracción de piel, es una cirugía que se hace con anestesia local y se hace en un consultorio y no deja de ser una cirugía. Hay otro grupo de cirugías que son medianas y grandes que son las más frecuentes que conoce todo el mundo y esas sí se realizan en quirófanos con el acompañamiento de un anestesiólogo, un cardiólogo y otro cirujano más, instrumentador circulante, y donde se haga tiene que ser por supuesto en consultorios habilitados.

-¿Cómo hace uno para saber si los consultorios están o no habilitados?

-Eso lo puede hacer en el paciente porque figura en internet tanto los profesionales que están habilitados como las instituciones que están habilitadas para realizar cirugías.

-¿Qué es lo que se puede hacer y lo que no en un consultorio?

-Cirugías que sean medianas o más grandes, o que requieran una complejidad para quirófano, nosotros dentro del consultorio podemos hacer procedimientos que no revistan gravedad o que no tengan una posibilidad de necesitar otra institución. Si yo opero unas mamas y pienso que tal vez va a necesitar una recuperación en cuidados intensivos o en piso, esa parte va a tener que ser en quirófano. Sacar una lesión de piel con anestesia local, no hace falta y se puede hacer en un consultorio.

-¿Qué es ilegal dentro del quirófano?

-Un montón de cosas se consideran ilegal, empezando por utilizar productos que no estén habilitados para ese uso. Ejercer la especialidad de algo que no estás capacitado o formado y otra cosa es prometer resultados a los que no se pueden llegar o que no son reales. Nosotros dentro de la medicina, específicamente en la cirugía plástica, buscamos que el paciente tenga las expectativas reales a los resultados que nosotros podemos conseguir.

-¿Qué pasa si no se llega al resultado?

-Eso hay que verlo en la consultas y en el seguimiento que se realiza de todo procedimiento o toda cirugía, tiene un acompañamiento y el acompañamiento tiene que ser muy exhaustivo porque es parte del profesional actuante que somos nosotros y ahí es donde vamos viendo el resultado y podemos ver junto al paciente si llegamos a sus objetivos. En caso de que no se llegue, hay una instancia que se puede llegar a requerir una revisión, que quiere decir una nueva cirugía para llegar a ese objetivo o a veces la medicina como medicina que es, no es una ciencia exacta por lo cual podemos llegar a la conclusión de que se llegó hasta lo máximo que se pudo y eso es el máximo que se pudo con esta terapéutica. Siempre la idea es que sea en conjunto con el paciente, que él lo comprenda pero obviamente que en medicina no todo resultado siempre termina perfecto y no es lo que se espera tampoco de un resultado.

-¿Cómo es el proceso de recuperación de una operación?

-Es muy variante según la cirugía que se haga, pero no es lo mismo una cirugía chica, que la inflamación se va a la semana y a las dos semanas ya se puede hacer actividades, que por ejemplo una cirugía mommy makeover que es una cirugía para mejorar el abdomen y las mamas a las pacientes que tuvieron embarazos y en ese caso, para volver a las actividades físicas les toma un mes y en volver a las actividades laborales les puede tomar de siete a 10 días.

-¿Puede haber efectos negativos después de una operación?

-Por supuesto. Se llaman “complicaciones”. En el caso de que sucedan, lo importante de saber es que esas complicaciones o efectos adversos están descriptos en la bibliografía y tienen su tasa. Eso quiere decir que nosotros cada vez que hacemos un procedimiento, hay un porcentaje que obviamente siempre buscamos que sea el mínimo, pero hay un porcentaje que está descripto que puede tener tal complicación. Por ejemplo, un trombo. Entonces nosotros, como médicos cirujanos tratamos de minimizar al máximo los riesgos sabiendo que ese riesgo es inherente al procedimiento que estamos haciendo y lo que hacemos como profesionales es tratar de minimizarlo pero ese riesgo no desaparece.

-A Aníbal Lotocki se lo señala como un cirujano que le aplicó a sus pacientes cosas sin su permiso mientras ellos se encontraban sedados, en plena cirugía. ¿Por qué puede suceder eso?

-No sé qué habrá pensado o que habrá hecho para hacer esas cosas, pero con la información que tenemos todos, entiendo que el producto que se utilizaba es PMMA, Polimetilmetacrilato, y la resina de ese componente. Ese componente, lo que genera microesferas que aumentan a nivel de la sangre el calcio y eso genera un deterioro de los riñones. Por lo cual, ese producto, que se verá cual es el causante, principalmente ese producto no lo ponemos. No sé qué habrá pensado o por qué lo habrá hecho, pero es un producto que está habilitado para poner a nivel subdérmico o en pocas cantidades para mejorar algún defecto. No está indicado para generar grandes volúmenes porque cuando genera grandes volúmenes puede generar efectos indeseados.

-¿De qué manera sabes que lo que te están metiendo en el cuerpo está bien o está mal? 

-Hay muchas veces que los profesionales, nosotros como cirujanos, tenemos la obligación de explicar qué es lo que vamos hacer, cómo lo vamos hacer y qué productos vamos a utilizar. De hecho, algo de buena práctica que yo hago es abrir el producto y mostrarle al paciente para que esté al tanto de lo que estamos haciendo y lo que vamos a utilizar. Eso tiene que tener un consentimiento previo, yo no sé qué pasó con Lotocki. Sé que nosotros para hacer cualquier procedimiento, antes hacemos un consentimiento informado extenso donde se tiene que explicar lo que hacemos, utilizamos productos que estén aprobados por ANMAT y le explicamos al paciente exactamente de lo que vamos hacer. Eso se hace en una consulta previa o antes de hacer el tratamiento.

-¿Qué se hace en caso de que haya efectos negativos?

-Por ejemplo, en el caso del ácido hialurónico, que es un producto que utilizamos que está habilitado y que tiene indicación para utilizarse como relleno, tiene lo que vendría a ser un antídoto que se llama hiarulonidasa, entonces en el caso de que el volumen que generamos o la reacción que se genera en el cuerpo no es la esperada, lo que utilizamos es hiarulonidasa para disolver ese ácido hialurónico y que ya no esté en el cuerpo. A pesar de eso, el hialurónico es un producto re absorbible, diferente al polimetilmetacrilato que es un producto permanente y esa es la principal diferencia.

-¿La única manera de quitar el polimetilmetacrilato es mediante una cirugía?

-Lamentablemente sí. Lo malo que tiene ese producto es que no se disuelve y la manera de retirarlo del cuerpo es trayéndolo de forma quirúrgica, lo cual además de generar un trauma genera una secuela física en el lugar y que además, no evita que lo que ya migró esté circulando en el cuerpo. Nuestra indicación es realmente no utilizar productos que no estén habilitados para esa función.

-¿Qué sentís vos como profesional al ver que alguien como Lotocki actúa en la medicina?

-Por un lado, me pone triste la situación de lo que sufrió durante todo ese tiempo Silvina Luna y el desenlace que tuvo, es algo que obviamente nos pone triste a todos, y dentro del pensamiento específicamente con el profesional, siento que a veces va a ser por un lado contraproducente, porque quizás nos ponen a los cirujanos a todos en la misma bolsa y por otro lado, me genera un sentimiento que realmente siento que la gente va a entender que lo que estamos tratando siempre son procedimientos médicos y que hay que tratarlos con la seriedad que lo requiere y con profesionales que están realmente preparados para eso y que se hayan especializado para hacer lo que están haciendo. Eso es muy importante porque hay muchas personas que pueden llegar hacer técnicamente algún procedimiento o una cirugía, pero no todo el mundo está capacitado para eso y es lo que tiene que buscar el paciente, buscar los mejores resultados pero siempre cuidando su salud.

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