por Agustin Gulman
18 Enero de 2018 15:58Con el foco puesto en la descongestión del tránsito en una zona crítica de la Ciudad, el Gobierno porteño avanza con las obras del Paseo del Bajo, que será inaugurado en abril de 2019 y prevé una inversión millonaria que supera los U$S 600 millones.
Se trata de un corredor exclusivo para camiones y colectivos de larga distancia que unirá la autopista Illia con la Buenos Aires- La Plata. Calculan que el trayecto para el que hoy se demora entre 40 minutos y una hora se reducirá a entre cinco y diez minutos.
Junto al ministro de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, BigBang recorrió la mayor obra en marcha en el ámbito de la Ciudad. La autopista se extenderá por 7,1 kilómetros: los camiones y colectivos de larga distancia ingresarán a la altura de la calle Brasil, desde la Buenos Aires- La Plata; y desembocará a la altura de la avenida Antártida Argentina, en la zona de Retiro, hasta empalmar con la zona del Puerto y la autopista Illia.
El Paseo del Bajo fue anunciado a principios de 2017 por Mauricio Macri y Rodríguez Larreta.
Solo tiene una entrada y salida en cada sentido, y en la construcción está previsto que ante un siniestro vial puedan ingresar equipos de emergencia y rescate.
Desde hace años, un clásico casi a toda hora durante el día y la tarde es la gran congestión vehicular en las avenidas Huergo y Madero, producto del intenso tránsito de camiones, colectivos de larga y corta distancia y automóviles. Según explicaron desde el Ministerio que conduce Moccia, por día circulan 15.300 camiones; 28 mil colectivos y 90 mil vehículos particulares.
Se trata de la obra más importante de la Ciudad de Buenos Aires.
La autopista será subterránea y su construcción es entre las avenidas avenidas Huergo y Alicia Moreau de Justo. Tiene dos carriles en cada sentido y la velocidad máxima prevista será de 60 kilómetros por hora. Sin embargo, hay tramos en los que por cuestiones ambientales la traza emergerá a nivel de terreno, para eludir la estructura de un triducto pluvial-cloacal.
El objetivo es agilizar los tiempos del tránsito pesado y generar una “mayor conectividad” entre el sur y el norte de la Capital Federal. “Sin la obra, a las 18 cualquier día de semana no se puede cruzar la calle porque hay una pared de camiones entre Retiro y la bajada a las autopistas 25 de Mayo y Buenos Aires-La Plata. Los camiones se meten en el centro para acceder al Norte o llegar al puerto. Se van a sacar los camiones y colectivos de larga distancia del centro porteño”, destacó Moccia en diálogo con BigBang.
En la Ciudad aseguran que además de agilizar los tiempos, el proyecto mejorará el medioambiente. En hora pico, un trayecto que puede demorar hasta una hora se reducirá a entre cuatro y cinco minutos. Pero además, señalan que una vez finalizada la obra habrá una mejorar en el ambiente producto de la “disminución de la emisión de gases y contaminación sonora”.
Lo llamativo es que la obra prevé también la apertura de calles entre el microcentro y Puerto Madero, donde no existía cruce ni peatonal ni vehicular, ya que allí circulan trenes de carga. El caso de la calle Tucumán es uno de ellos. Además, por encima del Paseo del Bajo habrá un parque que se extenderá por seis hectáreas.
Las obras finalizarán en abril de 2019.
COSTOS Y PLAZOS
La megaobra fue anunciada hace un año por el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en un acto en el que además estuvo presente la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. No sólo por la infraestructura, sino por una cuestión de plazos y costos es la obra más importante que tiene en marcha la Ciudad de Buenos Aires.
Moccia detalló a BigBang que la inauguración oficial está prevista para el 19 de abril de 2019. A partir de ese día, los camiones y los colectivos de larga distancia comenzarán a circular por la autopista “en trinchera”, mientras que el resto de los vehículos particulares lo harán por las avenidas Huergo y Madero.
La obra millonaria le costará a la Ciudad 650 millones de dólares, de los cuales 400 millones provienen de un crédito de la Corporación Andina de Fomento, que debió ser avalado por el Gobierno nacional. La licitación culminó en diciembre de 2016, y resultaron adjudicatarias tres empresas, ya que la construcción se realiza por tramos: Corsan Covian,Green-CEOSA y IECSA-Fontana Nicastro- UTE, que era propiedad de Angelo Calcaterra, el primo del jefe de Estado, hasta que fue veniida a Marcelo Mindlin.