La incertidumbre que genera el coronavirus en el mundo entero, provoca que, en muchos casos, lo adultos comiencen a ponerse nerviosos y a sufrir de mucho estrés. Desde que las cosas se agravaron, se ha decidido en la Argentina, y en otros lugares, que los mayores de edad que puedan trabajar desde su casa, se queden el mayor tiempo posible dentro de sus hogares para cuidar a los chicos que tampoco tienen clases.
Sin embargo, cuando los padres sufren y le demuestran a sus hijos que tienen miedo, la situación para los niños puede volverse bastante compleja. Por esto mismo, en las últimas horas Unicef alertó que los adultos deben brindarle a los pequeños contención y seguridad, para evitar que sufran una angustia innecesaria.
Como la sobreexposición a información que aún no logran procesar, puede llevar a que los chicos sientan una incertidumbre desmedida, es necesario alertar sobre la necesidad de proteger a los menores de este impacto invisible y secundario que tiene el virus.
“Los niños y niñas más pequeños aún no han adquirido la madurez suficiente que tenemos los adultos para entender los aspectos biológicos, sociales y económicos de las pandemias, ni tienen la capacidad de reflexión necesaria para hacer un análisis crítico de las informaciones erróneas, malintencionadas o prejuiciosas que hay en circulación. Es por eso que es tan importante escucharlos, alentarlos a que expresen sus miedos y dedicar tiempo a resolver sus dudas e inquietudes en un lenguaje adaptado a su capacidad de comprensión”, explicó Luisa Brumana, médica epidemióloga y Representante de UNICEF Argentina.
En este sentido, la profesional señaló que es de vital importancia proteger la salud emocional de los chicos y las chicas en los próximos días, sobre todo luego de que el Gobierno Argentino haya pedido públicamente a la población extremar medidas sanitarias de prevención, evitar la concentración de gente y reducir la circulación en la vía pública.
“Las personas adultas al cuidado de los chicos y las chicas tienen la responsabilidad de ayudarlos a continuar su educación en casa generando nuevas rutinas. Ya sea a través de la lectura, el aprendizaje mediante juegos, trabajando con ellos en las tareas escolares que envíen sus docentes y ayudándolos a participar de manera segura en plataformas de aprendizaje en línea”, sumó Brumana.
Por eso mismo, para niños de hasta 6 años, lo fundamental es evitar que se expongan mucho tiempo a noticias sobre el virus, mientras que al mismo tiempo es importante lograr que no estén involucrados en las conversaciones de los adultos.
En cuanto a los adolescentes, resulta vital escuchar sus preocupaciones y responder sus preguntas, y también es bueno evitar que pasen todo el día frente a las pantallas, por lo que serviría de mucho establecer rutinas donde continúen con sus actividades diarias.
Además, tanto para chicos como para adolescentes, en un momento donde son fundamentales los cuidados extremos, los padres deben enseñarle como pueden protegerse a través de la higiene y de ciertas conductas básicas que hoy son imprescindibles.
"Hablar de estos temas, armar planes para el día, acordar horarios que incluyan tiempo para trabajo pedagógico, actividad física y dispersión, contribuyen al cumplimiento de los objetivos que cada uno tiene. Además, esto aporta para una convivencia armónica en un contexto de incertidumbre y estrés", indicaron desde Unicef.