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“¡Cómo me cuesta caminar!”: la secuela post confinamiento que afecta a los adultos mayores

En medio de la tercera ola, muchas personas dejaron de salir y hoy les cuesta volver a la normalidad. ¿Falta de ejercicio, artrosis, problemas circulatorios o una enfermedad neurológica?

por Matias Ayrala

29 Enero de 2022 08:00
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A más de dos años del inicio de la pandemia de coronavirus, la ciencia continúa en el descubrimiento de diversas secuelas en las personas que atravesaron la infección. Desde tos, cansancio o sensación de falta de oxígeno, urticaria o manchas en la piel hasta falta de olfato o gusto, o lesiones en los pulmones o en el corazón en los casos más graves. Lo cierto es que fue descubierta una secuela que no tiene nada que ver con el COVID-19 aunque si está vinculada a la pandemia.

 

Así como se reveló desde el comienzo de la pandemia que los adultos mayores eran el grupo poblacional que corría más peligro frente al virus, los médicos ahora han descubierto que el confinamiento ha tenido una consecuencia en ellos y ahora, las consultas más frecuentes están vinculadas en los problemas para caminar o realizar actividades físicas como lo hacían antes de la cuarentena. 

 

En una entrevista con BigBang, el doctor Diego Vega Laiun, socio fundador de la Fundación Argentina de Neurofisiología Clínica, explicó: “La prioridad, en tiempos en que no se sabía que los riesgos de contraer el virus al aire libre, y lejos de las aglomeraciones eran muy bajos, siempre fueron los cuidados. Pero hoy comenzamos a ver más que nunca las consecuencias del confinamiento en la movilidad, y ese es un punto que merece la pena ser analizado”

 

Y agregó: “Por lo general, cuando a nuestros 'viejitos' les cuesta caminar, la gente suele creer que es por la famosa artrosis, pero muchas veces no es esta la causa. Porque la principal característica de esta afección es el dolor puntual en un área localizada, como la rodilla o la cadera. Pero cuando sienten las piernas débiles hay que definir si esta claudicación en la marcha se debe a problemas circulatorios o a neurológicos”.

 

-¿Cuáles son los riesgos para los pacientes con problemas circulatorios?-Cuando un individuo con problemas circulatorios no se mueve, corre más riesgos de presentar trombosis venosa profunda -formación de coágulos o trombos, por lo general en las piernas- que pueden percibirse como debilidad en los miembros inferiores. Si bien el dolor y la hinchazón son características de este cuadro (que debe ser tratado con anticoagulantes para que esos trombos no de desprendan y “viajen” hacia el pulmón) estas manifestaciones no siempre aparecen.

-¿La falta de fuerza en las piernas puede deberse a otra enfermedad?-La insuficiencia de fuerza en las piernas también puede deberse a problemas neurológicos. En este caso, los problemas pueden estar en la médula espinal o de los nervios. Por ejemplo, pueden ocurrir polineuropatías (que afectan a la sensibilidad o a la movilidad), procesos sistémicos en los que se daña las fibras nerviosas (axones) y las cubiertas de los nervios (vaina de mielina). Ciertas neuropatías se desarrollan durante años, mientras que otras pueden comenzar y agravarse en días, más cuando hay una reducción del flujo sanguíneo al nervio, cuando no caminan o ejercitan, ante una mala alimentación o un mal control de la glucemia.

-¿Qué otra causa puede generar problemas para caminar con normalidad tras el confinamiento?

-El origen de la claudicación en la marcha puede comenzar con una estenosis/ estrechamiento en alguna parte de la columna(un trastorno relativamente frecuente en mayores de 50 años, en el que se estrecha el canal medular) que más tarde puede llevar a una lesión medular. También puede aparecer una polineuropatía, eso quiere decir que los nervios se afectan una vez que salen de la columna vertebral.

 

-¿Ese cuadro puede agravarse?

-Un canal un poco más estrecho de lo habitual no tiene por qué causar molestias en una persona, cuando el espacio sigue disminuyendo y comprime a las estructuras nerviosas, puede provocar, tras una caminata breve, dolor, molestias o pesadez en una o las dos piernas, lo que obliga al paciente a descansar. Otros síntomas son hormigueo y debilidad en estos dos miembros inferiores. Cuando hay un problema en la médula espinal lo detectamos a través de un estudio llamado potenciales evocados somatosensitivos.

 

-¿Qué consejos le da a los adultos mayores?

-El sedentarismo empeora los problemas en los nervios periféricos de los pacientes, si son diabéticos mucho mas, por lo cual contar con un diagnóstico diferenciado, puede ser la clave para recibir el mejor consejo médico, el de moverse más.

-¿Por qué es importante el diagnóstico diferenciado?

-Porque a veces, la clave para sentirse mejor no es un anticoagulante u otro medicamento más complejo, sino simplemente salir del sedentarismo de manera controlada.

 

-¿Cómo es ese estudio?-Cuando los problemas son neurológicos, el examen que los diagnostica es la electromiografía (EMG),  que se compone de los vocablos 'electro', por actividad eléctrica, 'mio', por la actividad de los músculos y “grafía” porque se registra la actividad eléctrica de los músculos en un papel. En la EMG analizamos cómo una orden que emite nuestro cerebro pasa por diferentes partes del cuerpo hasta llegar al músculo, y de manera inversa también podemos ver como los estímulos sensitivos o táctiles viajan por diferentes partes de nuestros miembros hasta llegar al sistema nervioso central. Aunque este estudio no suele conocerse de manera masiva por fuera de la comunidad médica, el  concepto es el mismo que el de un electrocardiograma, pero aplicado a los nervios y a los músculos. Con todo, este estudio sí implica dolor, ya que se inserta un electrodo en un músculo mediante una aguja con el fin de medir la actividad eléctrica.

 

-¿Por qué sucede eso?-Este problema se registra ante la desmielización. La mielina es una capa que envuelve a los nervios periféricos y nuestras fibras nerviosas y determina la velocidad con la que viajan los estímulos sensitivos y motores.

 

-¿Y con qué objetivo se realiza?-Se suele requerir una EM para la evaluación de alteraciones motoras o sensoriales, con presencia de dolor o disminución de la sensibilidad en un territorio determinado. También sirve para detectar una debilidad muscular orgánica en contraposición a una debilidad subjetiva condicionada por dolor, psicológicas, o bien secundaria a una lesión del Sistema Nervioso Central (SNC). Tanto la electromiografía como los potenciales evocados son una consulta médica que finalizan con una exploración específica, no es un simple estudio como un análisis de sangre, no es igual para todos los pacientes, cabe aclarar que estos estudios no solo requieren un nivel de interpretación preciso de los gráficos, sino también de examinar al paciente. Por ende, son los médicos neurofisiólogos clínicos los  profesionales idóneos para practicarlos. En tiempos en que no sólo se habla de vivir más años, sino también de transitarlos lo mejor posible, contar con información ayuda. No debemos conformarnos con atribuir molestias al paso del tiempo. Vivir mejor es nuestro derecho y los profesionales de la salud estamos para ayudar.

  

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