por Alejo Paredes
26 Agosto de 2023 08:00"Si no lo hacés, le sacás todas las chances". Con esta frase, el instructor de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y DEA (Desfibrilador externo automático) de la Fundación Vittal y miembro del equipo del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) de Lomas de Zamora, José Luis Colanero, graficó la importancia de que la sociedad se involucre cuando vea que una persona se desvanece, no responde y deja de respirar.
En mayo de este año se presentó un proyecto de ley en la Cámara de Senadores de la Nación que tiene por objeto lograr que que los trabajadores de espacios de acceso público reciban capacitación en las técnicas de RCP y en el uso del DEA. La iniciativa modifica la norma actual que regula el sistema de protección integral de eventos por muerte súbita en espacios públicos y privados de acceso público a fin de reducir la morbilidad súbita de origen cardiovascular.Dicho proyecto establece que “los titulares o responsables de la administración o explotación de los espacios públicos y privados de acceso público deben capacitar a todo el personal a su cargo, de modo tal que siempre haya alguien disponible para aplicar las técnicas del uso de los DEA y RCP”. Además, resalta que “para la capacitación y aprendizaje se deberán dictar cursos teóricos-prácticos destinados al personal en las técnicas de RCP y DEA".
La importancia es justamente que podamos darle alguna chance. Si nosotros no hacemos nada por la víctima y ha tenido una muerte súbita, va a terminar ahí"
La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la Argentina, tanto para varones como para mujeres. De esas muertes cardiovasculares, la mitad ocurren de forma súbita. Un paro cardíaco súbito, que el corazón se detiene, puede ocurrir en gente que está aparentemente sana, que no tuvo ningún síntoma y que está haciendo habitualmente sus cosas. O sea, que está en la casa, en el trabajo, en el subte o en una universidad.
"Se pierde un 10% de sobrevida por cada minuto perdido": el rol clave del RCP en el día a día
En la Argentina hay una muerte súbita cada 15 minutos. Son entre 40 y 45 mil por año. Y es acá donde aparece la importancia de involucrarse: si una víctima recibe maniobras de RCP seguido del uso del DEA dentro de los primeros 3 minutos, la posibilidad de que esa victima llegué con vida al hospital es cercana al 80%. ¿Qué pasa si esto no ocurre? Se pierde un 10% de probabilidades de llegar vivo al hospital por minuto perdido. "La importancia es justamente que podamos darle alguna chance. Si nosotros no hacemos nada por la víctima y ha tenido una muerte súbita, va a terminar ahí", resaltó Colanero en diálogo con BigBang.Sólo tenemos tres minutos. Pasado ahí, cada minuto vamos a perder un porcentaje de posibilidades"
Y siguió: "Y si hacemos algo, podemos prolongar esa muerte súbita hasta que llegue el servicio de emergencia o un DEA y podamos revertir la situación. Si yo a una persona que necesita RCP, no le hago RCP, cuando llegue la ambulancia no va a haber nada para hacer. Por más que la ambulancia sea súper rápida, porque es muy poco el tiempo que tenemos para que una RCP sea efectiva y logremos recuperar al paciente. Sólo tenemos tres minutos. Pasado ahí, cada minuto vamos a perder un porcentaje de posibilidades. Con lo cual, si yo no comienzo rápidamente la RCP, los porcentajes van a ser muy bajos cada minuto que pasa".
De esta manera, el profesional sostiene que esta maniobra no sólo hay que hacerla bien, sino rápidamente. Para eso está establecido algo que se llama la cadena de la vida que consta de 4 eslabones: el primero es constatar el estado de la víctima, si está inconsciente y si, en definitiva, no respira. Si esto ocurre, hay que llamar al 107 para pedir ayuda. El segundo es comenzar con las compresiones cardiacas, la reanimación cardiaca en el centro del tórax, 100 o 110 por minuto. "Si yo comienzo a hacer RCP, le voy a dar tiempo a la llegada del DEA, si en la institución o en el lugar donde yo esté no tengo un DEA, o si no tengo DEA, hasta la llegada de la emergencia, que puedan continuar con las maniobras", aclaró Colanero.
En ese sentido, el instructor de la Fundación Vittal remarcó que solamente con RCP "es muy difícil salvar a una persona" y que es fundamental el uso del DEA. "Cuando el paro es cardiorespiratorio, hay un problema en el corazón, que es una fibrilación ventricular, y la única chance de revertir eso es con la descarga de un DEA o un desfibrilar manual que están en las ambulancias. Por lo cual, en el momento de que yo comienzo a hacer RCP, lo importante es activar la emergencia para que venga la ambulancia y traiga un desfibrilador, o además, si estoy en un lugar y tengo un DEA, mucho mejor, por eso la importancia de que haya DEA en todos lados", destacó.
Nota al lector: no siempre habrá desfibrilador disponible en el lugar donde ocurra el episodio: se calcula que existen 200 veces más de probabilidades de morir por muerte súbita que por un incendio, sin embargo, en casi todas partes hay extintores de fuego (y está muy bien que los haya) pero en muy pocas se cuenta con desfibriladores, y también muy poca gente está capacitada en RCP.
Generalmente se dice que las maniobras de RCP son al tempo de la canción Stayin' Alive de los Bee Gees, aunque Colanero dio como opción mucho más argenta: la Marcha de San Lorenzo. El tercer paso de la cadena de la vida es pedir un desfibrilador y el cuarto eslabón es la espera de la ambulancia, aunque Colanero resalta que hasta la llegada de los profesionales no hay que dejar de asistir a la víctima. "Nosotros estamos acostumbrados porque trabajamos en emergencia, pero mantener la calma es fácil decirlo, no es fácil del todo hacerlo", explicó, consultado sobre una manera para que el contexto no sobrepase a las personas y los nervios no se apoderen de esa situación.
Y continuó: "Una vez una chica en un curso me dijo: ´Yo si es un bebé no sé si lo podría hacer´, y la respuesta es muy fácil, si no lo hacés, le sacás todas las chances, con lo cual, si nosotros queremos un buen resultado, hay que mantener la calma, dar ese paso que es difícil, dar el paso de decir: ´bueno, me animo a hacerlo´, con todos los miedos que eso involucre. Lo mejor es mantener la calma y dar ese paso y avanzar, siempre es mejor que suceda eso, a que después uno quede con esa duda infinita de decir: ´ay, si lo hubiera hecho, ay, si hubiera hecho tal cosa´, eso es mucho peor con el correr de los años, cuando se queda la duda de no haber podido haber hecho lo que tendría que haber hecho".
Recordemos que a principios de este 2023, el RCP estuvo en boca de todos luego de Hugo Tomei, el abogado defensor de Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), in tentara inculpar, o al menos generar dudas, alrededor de la joven que le hizo maniobras de reanimación a Fernando Báez Sosa para intentar salvarle, planteando un escenario inhumano donde el "mejor no meterse" parecería ser la mejor opción. "Bajo ningún concepto es posible generar un desenlace fatal al realizar RCP", remarcó al respecto Colanero.
Sobre el caso puntual del joven estudiante de derecho asesinado a golpes en la localidad de Villa Gesell en enero del 2020, el instructor decidió separarlo por dos partes: "La primera es que en el caso de él, como la causa de muerte no fue un paro respiratorio ni cardiorespiratorio, las chances de sobrevida eran muy bajas porque tenía daños internos que le habían provocado la muerte, con lo cual era casi nulo que el RCP hubiera podido haber hecho algo. Por otro lado, las técnicas de RCP se testean todos los años y están totalmente probados los procedimientos y son procedimientos internacionales que avalan que funciona y además avalan que yo no le puedo hacer daño a ninguna persona haciendo el RCP".
De esta manera, Colanero destacó que lo que quiso instalar Tomei "solo sirvió para ponerle un poco más de miedo a la gente y que duden en hacer la de RCP". "Lamentablemente es un poco molesta" dijo y aseguró que en un país normal, aquellos médicos que avalaron la teoría del abogado durante el juicio deberían ser juzgados y condenados.