Las cifras sobre los casos de niñas abusadas y violadas aumentan. La escalada evidencia la existencia de una población sufriente y violentada, pero no refleja a fondo las vivencias de la víctimas, su impacto en lo cotidiano, y la repercusión en su vida social y familiar. ¿Qué sucede con las huellas de lo vivido, más allá de las modificaciones psíquicas que hayan podido ser operadas a ese respecto? ¿Cómo continúan sus vidas luego de ser ultrajadas?
Es importante establecer una red de contención.
El abordaje psicológico a una víctima de violación incluye la contención inicial, la evaluación de riesgos y la interconsulta psiquiátrica. Así lo establece el protocolo para la atención integral de víctimas de violaciones sexuales publicado por el Ministerio de Salud en abril de 2015.
Se debe planificar un tratamiento breve y focalizado en las semanas siguientes además de mantener latente la posibilidad de extender el tratamiento o sumar al grupo familiar. A su vez, se recomienda una entrevista diagnóstica de problemáticas familiares, sociales y laborales para comprender el contexto en el que se encuentra la víctima. Algunos de los objetivos que deberá enfrentar el equipo interdisciplinario son:
Identificar los puntos más urgentes en la contención.
Dar espacios para la expresión del sufrimiento, aunque al principio será doloroso, es necesario soltar y acomodar los hechos.
Aportar elementos para que la persona comprenda que la violación no se relaciona con sus características, comportamiento o historia personales, sino que forma parte de su vulnerabilidad de género.
Escuchar y viabilizar su reclamo de justicia y de reparación.
Propiciar la recuperación y abrir alternativas para que pueda ir organizando las facetas de su vida que se vieron afectadas.
Pero el cuadro se complejiza si se suma un panorama desfavorable o dilatado en la solicitud de interrupción del embarazo producto de la vejación. Y ni que hablar si se pone como ejemplo el caso de la niña de 12 años violada en Jujuy, que debió enfrentar una cesárea y luego conocer que ese bebé murió.
Según explican especialistas consultados por BigBang, en muchos casos es difícil acceder al relato de lo que padecieron y lo que sienten. El miedo por haber sentido el horror de ser violadas, la vergüenza y la culpa hacen que no resulte fácil contar lo que le pasó. La primera obligación de los profesionales de la salud es garantizar el acceso a la atención de toda persona que se encuentra bajo su cuidado. Una rápida atención médica y psicológica reduce los riesgos para la salud física y mental de las víctimas de violación.
"Las secuelas dependerán de la personalidad e historia de cada víctima, además de otros factores tales como: sexo, edad, contextuales, (si el violador es el padre o madre, un pariente, un extraño), tipo de abuso, (frecuencia, severidad, si hubo o no violencia durante el acto)", inicia el análisis Ana Rozenbaum de Schvartzman, médica psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, dedicada al psicoanálisis de niños y adolescentes. Rozembaum agrega que el proceso de contención y recuperación de la persona se diseña según cada caso y se trabaja en pos de que pueda convertirse en una mujer adulta superando el trauma. Para ello, la primer red de contención que necesitará es la familiar.
"El equipo de profesionales deberá contener a la familia y darle herramientas para que puedan sostener a la víctima. Se le debe demostrar a esa niña que sigue siendo querida, y que nada ha cambiado", sostuvo. Otro factor importante para acompañar el proceso son los vínculos de su generación. "Es importante el rol que juegan sus pares, amigas de su edad, que sigan con el mismo vínculo para que no se sienta rechazada por el ambiente social directo. Además el terapeuta y una psicología social podrán evaluar más acciones para trabajar sobre la idea de que lo sexual no es algo malo sino algo placentero y que cuando se elige y cuando está rodeado de lo que se llama amor", explica.
"Las secuelas dependerán de la personalidad e historia de cada víctima, además de otros factores"
LAS SECUELAS DEL TRAUMA
La víctima de violación puede sufrir distintas secuelas debido al trauma. Puede suscitarse desde el sentimiento de culpabilidad y hasta comprometer a la autoestima con un aspecto masoquista. "Se instaura una confusión en las interpretaciones causales, ya que puede entenderse el abuso como ligado con una persecución, una voluntad de dañar, suscita interrogantes que nunca pueden encontrar respuestas satisfactorias, y con razón. Puede conducir a identificaciones con el agresor, no solo como defensa, sino como reacción primaria de supervivencia", añadió.Lo mismo podría sufrir la familia directa de la víctima.
Al respecto, la licenciada en psicología especializada en temas familiares, Silvia Galay explica que también en el trabajo familiar se profundiza la necesidad de abordar el tema y eliminar la idea de la culpa. "Se debe intentar acompañarla, estar, escucharla, pero no violentándola con preguntas. Darle los tiempos que necesite para hablar. Las preguntas sobre los hechos íntimos también son violaciones y en una persona lastimada el dolor es mayor", resume.
En la mayoría de los casos, el agresor es una persona cercana al entorno, en especial cuando la víctima es menor. Suele ocurrir que el violador haya mantenido algún tipo de vínculo desde el cuál busca cometer el abuso. Ya sea con la propia víctima o un tercero que lo acerca a su objetivo. Sobre esto, Galay detalla que también los familiares deben hacer un tratamiento para evitar caer en la duda de la responsabilidad sobre el hecho. "Se trabaja sobre la idea de responsabilidad sobre el asunto. El sentimiento de culpa existe y aparece entre los pensamientos en el entorno del estilo, ¿Qué habré hecho para generarlo?, o también: ¿Cómo no me di cuenta que...?", indicó.
En esa línea, Galay explicó que cada tratamiento se analiza en cada paso y se hacen intervenciones a medida que pasa el tiempo. Además recomienda mantener siempre contacto con las madres o familiares de otras mujeres que sufrieron este tipo de situaciones para aprender de experiencias vividas.
Se debe realizar un trabajo de contención en todo el entorno de la víctima.
Algunos casos resonantes logran mayor visibilidad y exposición mediática. En el contexto actual, el debate sobre el aborto se puede convertir por momento es un peso extra al dolor que enfrenta la víctima. Pero claro, cuando se trata de una menor de edad, se deben tomar más recaudos para protegerla.
"Siempre habrá gente a favor y en contra. En casos más públicos, por decir de alguna forma, las opiniones de tercero pueden aumentar el trauma. No es necesario estar pendiente de lo que se diga. Y como dijimos antes, la niña que sufrió una violación debe ser preservada de todo lo que pueda dañarla", concluyó.