El brote de Legionella que se desató a finales de agosto en un centro de salud de Tucumán generó enorme preocupación en las autoridades, ya que se registraron alrededor de 22 contagios, de los cuales 6 perdieron la vida y uno se encuentra internado en grave estado.
Al día de hoy, por la gran cantidad de contagios registrados, el sanatorio Luz Médica permanece cerrado y seguirá así por lo menos hasta que se haya hecho la desinfección correspondiente para eliminar la bacteria del lugar.
Lo que sucede es que aún no se identificó dónde se originó el brote, y por eso mismo hay un grupo de especialistas trabajando. "En estas horas se estuvo haciendo un trabajo con expertos, analizando los planos del sanatorio, y se tomaron muestras en distintos sitios donde se podría haber originado el brote", aseguró en las últimas horas el ministro de Salud provincial, Luis Medina Ruiz.
Si bien parece que el número de infectados ya no seguirá subiendo, todavía hay un paciente internado en estado grave, por lo que se aguarda por su pronta recuperación.
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Cuando aparecieron los primeros casos, las pruebas médicas que los especialistas hicieron inicialmente dieron negativo para hantavirus y Covid-19, pero ante la preocupación por los casos de neumonía bilateral que habían generado en los pacientes, se enviaron algunas muestras a la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos Malbrán”, de donde finalmente se confirmó que se trataba de Legionella.Consultado por BigBang, el infectólogo Lautaro de Vedia explicó que "la Legionella es una infección pulmonar producida por una bacteria", la cual fue descripta por primera vez en 1976 y que lleva ese nombre porque justamente el primer brote se dio en un hotel en los Estados Unidos, en una convención de integrantes de una legión extranjera, que pasaron a ser conocidos como los legionarios.
Esta enfermedad se contagia generalmente por vía inhalatoria, y en muchas ocasiones se la ha asociado con el uso del aire acondicionado. "El caso de Tucumán se dio justamente en personas que han estado internados, por lo que tengo entendido, de terapia intensiva o que han estado trabajado allí, pero no en sus familiares, hijos o esposas, ya que no hay contagio interhumano o por lo menos es poco frecuente", aclaró el especialista.
Además, explicó que los síntomas típicos son fiebre, dolor de cabeza, decaimiento general; y cuando hay casos más graves, puede haber dificultad respiratoria y puede que haya también que colocar respirador.
"El tratamiento es con antibióticos, y son algunos relativamente sencillos, el asunto es tenerla en cuenta, pensarla, porque el diagnóstico no es fácil, y más en nuestro país que no es frecuente, entonces hay que tenerla presente y pensar cuando se tiene un paciente con neumonía, si una de las posibilidades puede ser justamente esta. De todos modos, los tratamientos que utilizamos para esta enfermedad no son diferentes de los que usamos para la mayoría de las neumonías graves, ya que en general incluimos antibióticos que por el espectro de acción, cubren las posibilidades de la infección por Legionella", explicó el infectólogo.
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Por otra parte, comentó que no existe una vacuna para esta enfermedad, pero que sí tiene tratamiento con antibióticos. Sin embargo, según él, "la realidad es que a veces hay infecciones muy severas o la persona tiene defensas bajas o tiene enfermedades asociadas, y por lo tanto el tratamiento puede no ser efectivo".Por fuera de este brote que se registró en Tucumán, y que habrá que investigar cómo y por qué pasó, lo cierto es que en la Argentina hay casos muy aislados de esta bacteria. De hecho, la última vez que hubo tantos contagios fue en un hospital en Carmen de Areco, en el 2013, porque por lo general después fueron reportes aislados.