Una vez llegados a Rusia, no todo es fútbol. Pese a las dificultades con el idioma, es posible buscar una acercamiento con las chicas rusas, probablemente las más lindas de Europa.
Pero nada es como en Buenos Aires. Acá, al que se aproxima con los tapones de punta le sacan roja directa. Se trata de ser pacientes, educados y simpáticos, sin hacerse los cancheros.
En Rusia casi todo se hace de una manera muy diferente a como estamos acostumbrados en la Argentina. Su cultura y su estilo de vida encuentran pocos puntos en común con la nuestra. Y a la hora de intentar un acercamiento con una chica rusa, es donde más quedamos en off-side los argentinos.
Las mujeres rusas, además de ser muy hermosas, no eluden el contacto visual y son muy amables cuando se inicia una charla. Van por la calle regalando sonrisas y muchas de ellas están dispuestas a conocer a los turistas y brindarles parte de su tiempo.
Pueden aceptar tomar un café o una cerveza, o para salir a caminar y mostrarte lo mejor de su ciudad. Pero a no confundirse, casi nunca estas salidas terminan con besos fogosos y con abrazos. Al menos, no a la primera, como puede ocurrir algunas veces en nuestro país.
Aquí es muy fácil conocer una chica acá a través de Tinder, lo usan bastante y se consiguen muchos “matches”. Con la ayuda de algún traductor se puede conversar y hay muchas que hablan inglés y hasta español. En pocos días en Rusia he tenido más partidos que en un mes en la Argentina.
Con un poco de charla, se pasa al WhatsApp y de ahí surgen los primeros encuentros. Una cerveza, una caminata, mucha charla y muchas sonrisas. Los hombres en Rusia son muy serios y a ellas les encanta el buen humor y el desenfado de los argentinos, pero nada de apresurarse.
Si ellas están interesadas te lo harán saber. Pero si algún desubicado piensa que puede "ganar" de entrada, que se olvide. El estilo no es ese.