Para trasladarse desde su casa en Puerto Madero hasta el Congreso donde asumió la presidencia, Alberto Fernández encaró un gesto de humildad: lo hizo manejando su propio auto, un Toyota Corolla.
Sin duda, los quinieleros estuvieron atentos al número de la patente en un día tan especial. Y lo cierto es que el destino los recompensó: el 769 que identificaba al automóvil salió a la cabeza en la Lotería Nacional en el sorteo de las 14.
Así, el apostador que se animó a jugar 100 pesos a la cabeza accedió a un premio de 60 mil. Si apostaron a los 5 se llevaron 12.000 pesos, si jugaron a los 10 ganaron 6.000 y si lo hicieron a los 20 se llevaron 3.000.
El que no tuvo tanta suerte fue el mismo Fernández, quien durante el trayecto en auto fue rodeado por personas que celebraban su asunción, algunas de las cuales en el fervor del momento dejaron marcas y abolladuras en el vehículo.