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Consejos y estrategias para que los niños pequeños coman mejor y sin berrinches

Desde no obligarlos a comer, hasta eliminar las pantallas de la mesa familiar. Cómo actuar y a qué estar atento.

por Agustina Acciardi

24 Mayo de 2019 18:55
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Una de las etapas más difíciles para los padres es cuando los hijos empiezan a comer. Aunque al principio los bebés tienen una dieta bastante acotada, con el paso del tiempo lo más complicado es ampliar sus horizontes, y que los niños finalmente coman sano y variado.

Los berrinches que incluyen gritos, corridas y llantos a la hora de comer son comunes durante la etapa infantil, por lo que BigBang dialogó con dos profesionales de la nutrición, quienes indicaron estrategias y consejos para que los padres aprendan que, a pesar de que la alimentación es un tema complejo, hay muchas maneras de enseñarle a los chicos a comer bien y sano.

La licenciada en Nutrición Agustina Gutiérrez indicó en primer lugar que la alimentación de los nenes es clave desde el primer día que nacen. "Los bebés alimentados a pecho no toman todos los días la misma leche, no sienten todos los días los mismos gustos, porque va a depender de lo que coma la madre, no es como un bebé alimentando con leche de fórmula, que siente todos los días el mismo gusto. Por eso, una vez que empieza la alimentación complementaria, es importante comenzar con alimentos que vienen de la naturaleza", dijo.

En este sentido, la profesional aclaró en algunos casos los pediatras no suelen dar los mejores consejos para darle de comer a un niño, por lo que es importante consultar a una nutricionista antes de que el chico comience con sus primeros platos. En general, los médicos recomiendan que a los nenes no se les de azúcar ni sal, pero muchas veces se aconseja que coman yogur o queso untable, alimentos industrializados que tienen sal, azúcar y un montón más de agregados.

En cuanto a los errores que más se cometen a la hora de tratar de darle de comer a los chicos, se encuentran obligarlos a que se sienten a comer en la mesa familiar durante mucho tiempo, y querer que se terminen todo el plato aún cuando dicen que no quieren más. 

"Un error común es querer que el nene se siente en la mesa, y cuando es chico no tiene la concentración suficiente para mantenerse toda una comida sentado, porque necesitan moverse, correr, jugar, y no es para nada necesario incentivarlos a terminarse todo el plato. Esa medida es algo subjetivo, es una porción que sirvió un adulto, y cuando son pequeños, hasta los 4 o 5, los chicos tienen la capacidad de autorregular la ingesta y comer lo que realmente necesitan", sostuvo.

"Si uno los incentiva todo el tiempo a que se terminen el plato, porque eso es lo que 'está bien', o peor aun, muchas veces se lo obliga a terminar el plato mediante la extorsión del postre, lo único que se está haciendo es enseñarle a desoír esas señales innatas que tienen, las cuales provocan que después cuando somos grandes, terminamos el plato sin prestar atención a si tenemos hambre o no", sumó, al mismo tiempo que aclaró que muchas veces los padres tienen miedo de que el niño no crezca porque no se alimenta como ellos creen que está bien, por lo que, mientras que el médico indique que todo marcha de forma correcta, es importante respetarle sus pausas.

Según Gutiérrez, desde el momento en que los chicos empiezan con su alimentación complementaria, los padres deben ofrecerle variedad, respetar los horarios de las comidas, y sobre todo, darles siempre el ejemplo y mostrarles que es bueno comer variado y colorido.

En cuanto a los más pequeños, la nutricionista no recomienda darle a los bebés galletitas o pan para que jueguen o se entretengan, mientras que para los chicos un poco más grandes hay que evitar usar las comidas como premio o castigo. "Hay que evitar incentivar a terminar el plato con la excusa de que después viene el postre. No hay que frustrarse y pensar que la comida no le gusta de primera, porque los chicos, comos los grandes, tenemos algo que se llama neofobia, que es la fobia a lo nuevo. Así que es necesario que prueben entre 10 y 15 veces cada alimento", finalizó.

En relación a esto, la nutricionista Noel Argüello comentó que muchas veces los pediatras sugieren que el niño se incorpore a la mesa familiar recién al año, cuando lo ideal es que lo hagan apenas comienzan con su alimentación complementaria. "En lo posible, lo ideal es que los padres estén al lado de él. Eso crea el habito de ver y absorber lo que uno hace", dijo.

"No es aconsejable darle de comer mientras el niño juega, ni tampoco estar persiguiéndolo. Desaconsejo que le pongan pantallas para comer, ni TV, ni celulares, porque lo que se fomenta es una alimentación no consciente. Tiene que prestar atención a lo que se le sirve y fomentar la masticación. Como última instancia, se le puede poner un juguete en su sillita, pero siempre tratando de que se concentre en lo que coma", recomendó.

Además, Argüello sugirió que lo mejor es que el chico empiece solo a investigar lo que se le sirve, y que lo ideal es que agarren la comida con las manos, para llevársela a la boca y para poder jugar con los sentidos.

Por último, para la etapa de neofobia, la profesional aconseja hacer preparaciones llamativas, o disfrazar un poco los alimentos para que nene no vea lo que evita comer. "Hay que saber que son etapas, no hay que forzarlo ni ponerse mal como padre, como toda etapa, tiene un proceso de finalización", cerró.

Consejos

No desesperarse cuando el niño no come. Ofrecerles el ejemplo. "Que nos vean consumir de todo aunque ellos no lo elijan", sugirió Gutiérrez. Que prueben comidas pero no a partir de la extorsión. "Eso hay que evitarlo porque seguimos reforzando la idea de que esa comida es tan mala como para tener que ofrecer una recompensa a cambio", sumó la licenciada. A partir de alimentos que sí le gustan y que son de confianza para él, se pueden vehiculizar comidas nuevas. Desde un lugar de tranquilidad, es necesario que prueben entre 10 y 15 veces cada alimento, para empezar a familiares con la textura y el sabor. No obligarlo a que se termine el plato. Tienen que comer hasta donde realmente quieren. Hay que evitar darle siempre los mismo platos que ya come bien. Variar las formas de preparación con cada alimento. Ofrecer alimentos y no chatarra, que la chatarra como snacks, gaseosas, postres, salchichas, y demás, sean la excepción. Buscar ayuda profesional si no se consiguen buenos resultados. "Lo veo mucho en consultorio, vienen niños que no quieren probar nada nuevo, pero después de charlar, explicarles acorde a su edad por qué es importante comer variado, proponerles hacer una grilla donde dibujen la carita de lo que sienten cada vez que prueban algo nuevo, y sobre todo, que se lo diga alguien 'de afuera', ayuda a que se logra mejor adherencia que cuando sólo insisten los padres", finalizó la profesional. Respetar los horarios de la comida. Incorporar a los bebés a la mesa familiar. No darle de comer mientras el niño juega. No utilizar pantallas mientras come. Que coman solos y usen sus manos. "Así, el niño no se entretiene con otra cosa que no sea los alimentos", aclaró Noel Argüello. Hacer preparaciones llemativas durante la etapa de neofobia. "Se pueden hacer platos con caritas o formas, o por ahí en la etapa en que no comen verduras, hay que disfrazarlas un poco en diferentes preparaciones, como tartas o tortillas, para que el niño no vea lo que está evitando", añadió.
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