Romina y Marcelo esperaban que llegue la noche para mover los muebles de su casa en Ezpeleta, partido de Quilmes. Noche a noche, convertían en un prostíbulo el mismo lugar en el que vivían con sus seis hijos. Los niños más chicos quedaban encerrados en habitación. Pero a su hija de 13 años la obligaban a trabajar como 'mesera sexy'.
Se detuvieron a los clientes.
La investigación y posterior allanamiento se pudo realizar gracias a las denuncias de los vecinos que observaban como llegaban chicas para prostituirse en remises.
Además de esta organización familiar, el matrimonio tenía un arreglo con un grupo de remiseros que iban a buscar a las mujeres que luego ofrecerían sus servicios sexuales en el prostíbulo. De acuerdo a la investigación, muchos de ellos cobraban un dinero extra para mantener la complicidad.
En la propiedad había parlantes y luces para ambientarlo como si fuera un boliche. También se vendía alcohol y había una barra de tragos. Como si fuera poco, contaban con una persona de seguridad en la puerta.
Las mujeres prostituidas cuentan con asistencia.
En el allanamiento, los oficiales de la Jefatura Departamental Quilmes lograron la identificación de once hombres, aparentes clientes del lugar, cinco mujeres y seis menores de edad, hijos de la pareja aprehendida.
Los dueños de la casa tiene 31 y 43 años. Ambos mantenían encerrados a sus hijos en el momento en el que el personal policial ingresó al domicilio de forma sorpresiva, excepto a la mayor de 13 años que era moza mientras sus padres cobraban los tragos que la chica repartía.
En tanto, las mujeres que eran prostituidas fueron asistidas por personal de Trata del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y de Migraciones.