11 Marzo de 2020 15:01
La última vez que la Organización Mundial de la Salud declaró una pandemia fue en el 2009 a raíz del virus H1N1, más conocido como gripe A o gripe porcina.
Identificado por primera vez en la ciudad mexicana de Veracruz, se estima que eventualmente terminó infectando entre el 11 y el 21% de la población mundial, es decir entre 700 y 1.400 millones de personas.
Si bien era la misma cepa que eliminó a casi el 2% de la población mundial en 1918, fue considerablemente menos mortal. Además, entre el 50 y el 80% de los casos más severos estuvieron relacionados con condiciones preexistentes como asma, diabetes, desórdenes cardiovasculares y embarazo.
Se estima que aquella pandemia, que se extendió hasta fines del 2018, causó entre 150 mil y 575 mil víctimas fatales. Comparativamente, hasta ahora el coronavirus ha causado 4.373 fallecimientos.
A diferencia también de la pandemia actual -y de la mayoría de las cepas de influenza- la H1N1 no afectaba mayormente a adultos mayores de 60 años e incluso en casos de gente previamente saludable llegaba a desatar neumonía o síndrome de dificultad respiratoria aguda.
En Argentina
Desde México, la gripe A pasó a Estados Unidos y Canadá, para exportarse desde allí a otros países. Hacia mediados de noviembre del 2009 ya había infectado a uno de cada seis norteamericanos, con 200 mil hospitalizados y 10 mil muertos que, sin embargo, eran menores a los causados usualmente por la gripe común aunque un índice de fatalidad más alto en menores de 50 años.
En Argentina, el primer contagio se confirmó el 7 de mayo de 2009: un hombre que llegó desde Ciudad de México. Hacia fines de ese mes, comenzaron a surgir contagios en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires y el GBA.
El primer fallecimiento, una niña de tres meses de edad, ocurrió el 15 de junio.
Con el inicio del invierno, la gripe H1N1 comenzó a extenderse a otras zonas del país y el gobierno decidió adelantar las vacaciones: a partir del 29 de junio todos los establecimientos educativos del país cerraron por un mes.
La demanda hospitalaria habitual se quintuplicó, con los contagios llegando a su pico máximo en la semana del 28 de junio al 4 de julio.
Además de la suspensión de los vuelos desde y hacia México -algo que causó conflictos diplomáticos con el gobierno mexicano- varios municipios del Gran buenos Aires suspendieron actividades públicas y deportivas.
En total, se calcula que 685 personas murieron en Argentina a causa de la pandemia, lo cual redundó en una tasa de mortalidad del 1,71%.